Permítame felicitarle por asumir la presidencia del Consejo de Seguridad para el mes de abril. ‎Quisiera aprovechar esta oportunidad para expresar a usted el pleno respaldo y cooperación de ‎Etiopía en el ejercicio eficaz de las serias tareas que a usted corresponden. ‎

Escribo a usted en relación con las negociaciones tripartitas relativas a la Gran Represa del ‎Renacimiento Etíope y quisiera en particular referirme a las cartas que han dirigido a usted los Ministros de Exteriores de Egipto y Sudán, fechadas respectivamente el 12 y el 13 de abril ‎de 2021. En ese sentido, me gustaría explicar la posición de Etiopía sobre el tema que ‎nos ocupa para que los miembros del Consejo de Seguridad tengan una visión más clara del ‎proceso de negociación tripartita que se desarrolla en relación con esa represa. ‎

Como usted seguramente recuerda, el Consejo de Seguridad examinó la cuestión de la Gran ‎Represa del Renacimiento Etíope en junio de 2020, en el marco del tema intitulado «Paz y ‎Seguridad en África». En aquella sesión, los miembros del Consejo saludaron la iniciativa que la ‎Unión Africana había adoptado para facilitar la búsqueda de una solución negociada a todas las ‎cuestiones en suspenso en el marco de las negociaciones tripartitas sobre la represa con vista a ‎encontrar «soluciones africanas para los problemas africanos» e indicaron que apoyaban ‎plenamente el proceso emprendido por la Unión. También exhortaron a las partes a continuar las ‎negociaciones de buena fe y a hacer las concesiones necesarias para alcanzar un resultado ‎mutuamente beneficioso. ‎

Como consecuencia de ello, se puso la cuestión en manos de la Unión Africana, lo cual dio un ‎nuevo impulso al proceso de negociación tripartita. El presidente saliente de la Unión, Cyril ‎Ramaphosa; el presidente actual Felix Tshisekedi y nuestra organización continental hicieron todo ‎lo que estaba en sus manos para ayudar las partes a superar sus diferencias sobre ciertas ‎cuestiones jurídicas y técnicas en suspenso. En ese contexto, hubo una serie de reuniones ‎durante los últimos 7 meses, en el marco del proceso emprendido por la Unión Africana, aunque ‎Sudán y Egipto interrumpieron las discusiones en varias ocasiones. Varios observadores ‎contribuyeron también a enriquecer las negociaciones tripartitas y el equipo de expertos que la ‎Unión comisionó para apoyar las discusiones presentó un proyecto de proposición que Etiopía ‎aceptó utilizar como documento de trabajo en el marco de las negociaciones emprendidas. ‎

Desgraciadamente, Egipto y Sudán no han manifestado ninguna voluntad de continuar las ‎negociaciones de buena fe y de hacer las concesiones necesarias para alcanzar un resultado ‎mutuamente beneficioso. Se dedicaron, por el contrario, a hacer naufragar las negociaciones ‎tripartitas y a internacionalizar la cuestión de la Gran Represa del Renacimiento Etíope para ‎ejercer sobre Etiopía un máximo de presión. Sus reiterados intentos de interrumpir las ‎negociaciones son síntoma evidente de una estrategia obstruccionista tendiente a descarrilar el ‎proceso. En estos últimos tiempos también han intensificado sus diatribas, en particular en el ‎contexto del inicio inminente del segundo año de llenado de la represa dada la proximidad de la ‎temporada de lluvias. En este sentido, no sólo han comenzado a hacer sonar tambores ‎de guerra sino que también firmaron un pacto de defensa para hacer llegar a Etiopía «una ‎severa advertencia» sobre la «intransigencia» que [Etiopía] supuestamente ha mostrado en el ‎marco de las negociaciones tripartitas sobre la represa. ‎

De esa manera, Egipto y Sudán han demostrado su falta de fidelidad al espíritu panafricano ‎consistente en encontrar soluciones africanas para los problemas africanos, además de ‎su intención negativa de perturbar la paz y la seguridad regionales si no lograsen mantener el ‎‎statu quo impuesto por su tratado injusto y exclusivo de 1959. Evidentemente, esas ‎gesticulaciones y diatribas no contribuyen a que se instaure la confianza mutua necesaria para la ‎preservación de una paz y de una cooperación regional duraderas. Es por ello que Etiopía juzgo ‎necesario notificar a la ONU esta evolución lamentable de la situación en una carta dirigida al ‎Secretario General el 11 de marzo de 2021. ‎

La presidencia sudafricana merece felicitaciones por los incansables esfuerzos que ha desplegado ‎para hacer avanzar el proceso de negociación a pesar de la obstrucción indebida a la que ‎se dedican esos dos países. Conviene mencionar al respecto los dos comunicados que el buró de ‎la Conferencia de la Unión Africana adoptó para ayudar los tres países a alcanzar una solución ‎favorable para todas las partes. Sudáfrica transfirió el expediente a la República Democrática del ‎Congo, que garantiza la presidencia rotatoria de la Unión Africana desde febrero de 2021. Etiopía ‎aprecia el papel de observador que Sudáfrica sigue desempeñando junto a los Estados Unidos de ‎América y la Unión Europea. ‎

En cuanto al enfoque llamado «del cuarteto», quiero precisar a los miembros del Consejo ‎de Seguridad que Etiopía no ha recibido ninguna comunicación oficial sobre el asunto, aunque ‎Egipto y Sudán se han expresado sobre esa cuestión en los medios y han movilizado otras partes ‎en apoyo a su proposición. Se trata de una situación tan extraña como desagradable ya que ‎Etiopía es la propietaria de la represa y la principal participante en las negociaciones relativas a esa ‎construcción. Sea cual sea la proposición elaborada por Egipto y Sudán, esos países deberían ‎haberla presentado a la instancia apropiada, en este caso la Unión Africana, en el marco del ‎proceso de negociación tripartita, para que fuese examinada por los tres países. El proceso de ‎negociación se rige por reglas y procedimientos y ninguna de las partes debe imponer sus puntos ‎de vista y opiniones a los demás. ‎

Es importante recordar que el proceso de negociación tripartita se basa en la declaración de ‎principios que los dirigentes de los tres países firmaron en 2015. Ese instrumento enuncia ‎claramente las medidas que deben tomarse cuando los países no logran dirimir sus diferencias ‎en cuanto a la interpretación o la aplicación de la declaración en el marco de las consultas y ‎negociaciones. Según los términos del principio 10, los tres países pueden formular un pedido ‎conjunto de conciliación o de mediación o someter la cuestión al examen de los jefes de Estado o ‎de gobierno. ‎

El paso que han dado Egipto y Sudán para promover el enfoque llamado «del cuarteto» no era ‎conforme ni con el espíritu ni con la letra de la declaración de principios. Apuntaba en realidad a ‎socavar las negociaciones tripartitas de la Unión Africana y a politizar conversaciones que ‎claramente eran sobre puntos técnicos. Etiopía estima que esta actitud es absolutamente ‎inaceptable. Al firmar la declaración de principios, los dirigentes de los tres países manifestaron ‎su buena fe, su apego a las negociaciones tripartitas sobre la Gran Represa del Renacimiento ‎Etíope y su voluntad de alcanzar una solución que beneficie a todas las partes. Al hacer presión ‎para promover sus propios objetivos, Egipto y Sudán renegaron por lo tanto del compromiso ‎que habían contraído en la declaración. Permítame usted subrayar en este sentido que Etiopía ‎sigue plenamente apegada a la declaración de principios como base del proceso de negociación ‎tripartita. Toda medida adoptada fuera de ese marco serviría sólo para socavar el proceso de ‎negociación trilateral y anular los progresos realizados hasta ahora, lo cual sería evidentemente ‎contrario a los intereses de los tres países. ‎

Es en ese contexto que la Unión Africana, bajo la presidencia de la República Democrática del ‎Congo, después de haber realizado las consultas necesarias con Sudáfrica, que había ejercido ‎antes la presidencia de la Unión, y con las tres partes, convocó una reunión en Kinshasa, del 4 al ‎‎6 de abril de 2021, para facilitar el regreso a las negociaciones tripartitas. Sin embargo, Egipto ‎y Sudán fueron a esa reunión con un objetivo evidente: oficializar el fracaso del proceso ‎emprendido por la Unión Africana y abrir el camino al examen de la cuestión de la Gran Represa ‎del Renacimiento Etíope por el Consejo de Seguridad. Esa es la razón por la cual los dos países ‎hicieron todo lo posible para que la reunión de Kinshasa se estancara inútilmente en cuestiones de ‎procedimiento antes de atribuir a Etiopía la responsabilidad del fracaso. Esta aprobó el proyecto ‎de comunicado presentado por la República Democrática del Congo, que apuntaba ‎fundamentalmente a anunciar la reanudación de las negociaciones trilaterales bajo la égida de la ‎Unión Africana, la adhesión de los tres países al fortalecimiento del papel de los observadores y la ‎conclusión de un acuerdo sobre el uso por parte de la presidencia de la Unión de los recursos a su ‎disposición para ejercer sus funciones facilitadoras. Pero Egipto y Sudán rechazaron esas ‎proposiciones sólo para hacer fracasar el proceso emprendido por la Unión Africana, tratando de ‎imponer su voluntad a Etiopía. ‎

Por su parte, Etiopía participó en la reunión con un espíritu de apertura y la intención de ‎comprometerse de buena fe en negociaciones de fondo que permitiesen avanzar sobre las ‎cuestiones en suspenso. Los esfuerzos que [Etiopía] ha realizado para tener en cuenta las ‎preocupaciones de Egipto y Sudán han ido mucho más allá de las obligaciones que el derecho ‎internacional le impone. Etiopía sólo se opone a una cosa: a que se mantenga el statu quo ‎fruto de un tratado de la época colonial que [Etiopía] no ha firmado y que siempre ‎ha rechazado. Egipto y Sudán hacen presión para mantener ese statu quo injusto mediante un ‎acuerdo global de vinculante [de obligatorio cumplimiento] que impediría a Etiopía utilizar ‎el agua que llega a la Gran Represa del Renacimiento Etíope. Etiopía no puede aceptar ‎condiciones tan injustas, que buscan obtener su adhesión a un tratado de la época colonial y ‎mantener el monopolio de Egipto y Sudán sobre las aguas del Nilo. ‎

Por consiguiente, si las negociaciones están estancadas, es indiscutiblemente por culpa de Egipto ‎y Sudán, que se han esforzado por socavar el proceso tripartita emprendido por la Unión Africana. ‎El deseo de esos países es ver fracasar las negociaciones, pero esa decisión no les pertenece. ‎Es prerrogativa de la Unión Africana, en su calidad de facilitadora del proceso de negociación ‎tripartita en marcha. En ese sentido, quisiera aprovechar esta ocasión para expresar al ‎presidente Tshisekedi la profunda gratitud de Etiopía por la competencia con la que ha dirigido ‎esos trabajos. Etiopía desea igualmente reafirmar su apego inquebrantable al proceso emprendido ‎por la Unión Africana, que [Etiopía] considera como la única opción viable para lograr que los tres ‎países alcancen una solución satisfactoria para todos. ‎

En cuanto al segundo año de llenado de la Gran Represa del Renacimiento Etíope, quiero informar ‎a los miembros del Consejo de Seguridad que esta operación se realizará conforme al calendario ‎previsto en la declaración de principios. El llenado de la represa es, en efecto, parte integrante ‎del proceso de construcción y el calendario para esa operación –julio y agosto, y también ‎septiembre si las condiciones hidrológicas lo permiten– ya fue aprobado por los tres países en ‎el marco del Grupo Nacional Independiente de Investigación Científica. En ese contexto, Etiopía ‎invitó oficialmente a Egipto y Sudán a designar operadores con vista a proceder a intercambios ‎de datos antes del inicio del llenado, previsto para la próxima temporada de lluvias. Ese gesto ‎demuestra el deseo de Etiopía de reflexionar de forma conjunta sobre dispositivos de ‎comunicación prácticos y útiles para instaurar la confianza necesaria entre los tres países. ‎

Es lamentable que Egipto y Sudán hayan rechazado ese gesto de buena voluntad y que sigan ‎exigiendo, injustificadamente, que la segunda etapa del llenado no se haga sin un «acuerdo ‎global» que impediría a Etiopía utilizar el agua que llega a la represa. Es importante subrayar que ‎ese argumento carece de base jurídica y que contradice además el derecho natural de Etiopía a ‎utilizar sus recursos naturales según el principio de un uso equitativo y razonable y con la ‎obligación de no causar daños significativos. Si los dos países se oponen a que el proceso de ‎llenado se realice sin acuerdo, la mejor manera de proceder es aceptar la propuesta de ‎compromiso formulada por Etiopía sobre la fase de llenado y la explotación de la represa y ‎continuar las negociaciones para alcanzar un acuerdo global. El proceso de negociación tripartita ‎en marcha bajo la égida de la Unión Africana constituye la única plataforma viable para lograr ese ‎acuerdo. Todo intento de ejercer presiones sobre Etiopía por medios diplomáticos u otros sólo ‎logrará poner aún más en entredicho la confianza entre los tres países, la cual es absolutamente crucial ‎para que avance el proceso de negociación tripartita. ‎

Por consiguiente, Etiopía ruega a los miembros del Consejo de Seguridad que exhorten a Egipto ‎y Sudán a retomar las negociaciones tripartitas y a respetar el proceso que la Unión Africana está ‎llevando a cabo, iniciativa regional importante que goza del pleno apoyo del Consejo, ‎de conformidad con el principio de complementaridad y con el deseo de hallar soluciones ‎africanas a los problemas africanos. ‎

Permítaseme finalmente incluir en la presente una nota que describe los progresos logrados y las ‎dificultades que han aparecido en el marco del proceso de negociación tripartita emprendido por ‎la Unión Africana, nota que precisa la posición de Etiopía sobre las cuestiones jurídicas y técnicas ‎en suspenso. Agradeceré a usted que tenga a bien comunicar el texto de la presente carta y de ‎la nota que la acompaña a los miembros del Consejo de Seguridad. ‎

Anexo: NOTA EXPLICATIVA

A. Gran Represa del Renacimiento Etíope

La Gran Represa del Renacimiento Etíope es una presa hidroeléctrica en construcción en un lugar ‎que presenta pérdidas por evaporación 3 veces inferiores a las de la Presa Alta de Asuán [1]. Su embalse es 2 veces más pequeño que el de Asuán. ‎Permite el ahorro de agua e incrementar la hidraulicidad en la cuenca del Nilo. Gracias a esta ‎represa, Sudán podrá desarrollar su irrigación e incrementar su producción de electricidad en ‎‎2 700 megawatts anuales. ‎

El embalse se llenará por etapas a lo largo de un periodo de 4 a 7 años, en función de las ‎condiciones hidrológicas. En cada etapa de llenado, a partir del segundo año, Etiopía aplicará ‎una medida unilateral de gestión de sequía. La primera etapa del segundo año de llenado ‎comenzará durante la temporada de lluvias de 2021, conforme al calendario de llenado adoptado ‎por el Grupo Nacional Independiente de Investigación Científica, que se compone de ‎‎15 científicos originarios de Etiopía, Egipto y Sudán. El llenado por etapas constituye también ‎uno de los elementos comunes en las reglas y directivas sobre la represa que elaboraron esos ‎países. ‎

Como se indica en la declaración de principios firmada por los dirigentes de los tres países ‎en 2015, y de conformidad con la concepción de la Gran Represa, el proceso de construcción ‎no se puede separar del proceso de llenado del embalse. Al comenzar este, con la próxima ‎temporada de lluvias de 2021, la presa retendrá 13 500 millones de metros cúbicos de agua, ‎lo cual representa sólo un 17,5% del flujo medio de 77 000 millones de metros cúbicos que ‎Etiopía aporta al Nilo. El volumen de embalse inactivo se llenará al final del segundo año del ‎proceso, lo cual permitirá utilizar todas las turbinas e iniciar la tan esperada generación de ‎electricidad. ‎

Las frecuentes reclamaciones y afirmaciones sin fundamento que emanan de Egipto y Sudán ‎sobre la seguridad de la represa resultan desalentadoras ya que el ministro sudanés de Irrigación ‎y Recursos Hídricos había declarado públicamente, el 8 de junio de 2020, que «la Gran Represa es ‎más segura que las represas de Sudán y Egipto». En el marco de su participación en los trabajos ‎del Grupo Internacional de Expertos, los dos países confirmaron además que la concepción y la ‎construcción de la presa eran conformes a las normas internacionales. En el principio 8 de la ‎declaración de principios, dijeron que apreciaban las medidas tomadas por Etiopía para garantizar ‎la seguridad de la presa. En el marco de las negociaciones en marcha se llegó a un acuerdo ‎sobre una disposición relativa al establecimiento de una cooperación entre Etiopía y Sudán ‎tendiente a garantizar la seguridad de la presa. Por consiguiente, las preocupaciones expresadas ‎por Egipto y Sudán sobre la seguridad de la presa se basan en alegaciones sin fundamento. ‎No hay dudas de que Etiopía concede gran importancia a la calidad y la durabilidad de esa obra. ‎

Sudán se queja constantemente sobre la primera fase del llenado de la presa y emite al respecto ‎declaraciones infundadas, a pesar de que Etiopía ya proporcionó explicaciones satisfactorias. Las ‎alegaciones sobre la escasez de agua supuestamente registrada en julio y agosto de 2020 ‎no pueden estar más alejadas de la realidad. Etiopía retuvo 4 900 millones de metros cúbicos ‎de agua, o sea menos de un 7% del flujo del Nilo Azul en 2020. [Etiopía] comunicó información ‎al respecto a Egipto y Sudán y solicitó a ambos países que le hiciesen saber cualquier ‎preocupación que pudieran tener, sin que estos se manifestasen en ese sentido. Durante el ‎periodo de llenado, la presa liberó diariamente 90 millones de metros cúbicos de agua. ‎En ese mismo momento, el Nilo Blanco alcanzó su flujo más elevado desde los años 1960, ‎lo cual permitió a Sudán disponer de una cantidad excesiva de agua. Aún más importante, ‎durante el mismo periodo cientos de personas murieron en inundaciones que además provocaron ‎la pérdida de grandes extensiones de cultivos. Ante la demostración de esos hechos, Etiopía ‎propuso, en la reunión de Kampala, la creación de una misión investigadora conjunta sobre las ‎alegaciones de escasez de agua presentadas por Sudán, como vía para responder a las ‎inquietudes de ese país, proposición que [Sudán] rechazó. Por consiguiente, Etiopía estima que la ‎alegación presentada por Sudán en relación con el llenado de la presa el año pasado no resiste ‎el análisis. ‎

B. Plataforma de negociación de la Unión Africana

La cuestión de la Gran Represa del Renacimiento Etíope fue presentada a la Unión Africana desde ‎junio de 2020. Su presidencia nombró una comisión de expertos encargada de apoyar el proceso ‎de negociación, comisión que formuló una propuesta que Etiopía aceptó utilizar como documento ‎de trabajo en el marco de las negociaciones. Por su parte, Egipto y Sudán interrumpieron ‎las negociaciones en 9 ocasiones desde julio de 2020 (ver el cuadro que aparece abajo). Esos ‎actos de obstrucción y las justificaciones poco creíbles que presentan los dos países son muestras ‎de que existe un evidente deseo de hacer fracasar el proceso emprendido por la Unión Africana. ‎

Bajo la presidencia de Sudáfrica, la Unión Africana no ha escatimado esfuerzos para alcanzar un ‎resultado mutuamente beneficioso. El Presidente de la República Democrática del Congo, que ‎ocupa actualmente la presidencia de la Unión, convocó a una reunión del 4 al 6 de abril de 2021. ‎Desgraciadamente, Egipto y Sudán han tratado de imponer medidas que habrían privado a los tres ‎países y a la Unión Africana de todo control sobre el proceso. En una iniciativa sin precedentes, ‎exigieron que el Gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea asumiesen un papel comparable ‎al de las partes mismas. También propusieron que los «observadores» desempeñen el papel ‎anteriormente asumido por la presidencia de la Unión Africana. Se esforzaron además por romper ‎la unidad y el vínculo institucional inherente entre la Comisión de la Unión Africana y ‎la presidencia de la Unión e impidieron que la República de Sudáfrica ejerciera su papel de ‎observador. ‎

Etiopía ha adoptado una posición tendiente a contrarrestar la actitud poco constructiva de Egipto ‎y Sudán y a abrir el camino a nuevos proyectos. Sudáfrica volvió así a sus funciones como ‎observadora, el papel de los observadores consiste ahora en proponer soluciones a pedido ‎conjunto de los países, y la presidencia de la Unión Africana ha sido autorizada a recurrir a la ‎Comisión de la Unión y a utilizar los demás recursos a su disposición en apoyo de su papel de ‎facilitación. Etiopía volvió a proponer terminar la elaboración de las reglas relativas al llenado y ‎adoptarlas, llegando a un consenso entre los tres países. Propuso además que se cree un ‎mecanismo de intercambio de datos. Desgraciadamente, ninguna de esas concesiones y ninguno ‎de esos esfuerzos de buena fe llegaron a satisfacer las exigencias de Egipto y Sudán, que estaban ‎decididos a hacer fracasar la reunión de Kinshasa y el proceso emprendido por la Unión Africana. ‎

A juzgar por las declaraciones de Egipto y Sudán y por las estrategias de esos dos países, pareciera ‎que estos no desean alcanzar un acuerdo sobre la presa. El Gobierno egipcio sigue asegurando ‎al pueblo egipcio que su voluntad es preservar el «derecho histórico» de Egipto. También ‎amenaza con adoptar las medidas que sean necesarias contra los países que toquen una ‎sola gota del agua del Nilo. Etiopía no tiene la intención ni la voluntad de conceder el menor ‎crédito a los «derechos históricos» o a la «utilización actual» que reclama Egipto. Por su parte, ‎Sudán ha utilizado tácticas tendientes a perturbar el proceso de negociación, partiendo del ‎principio que todo acuerdo pondría probablemente en tela de juicio su libre uso de las aguas ‎del Nilo. El diferendo sobre la represa, generalmente presentado como un litigio entre Etiopía y ‎los dos países situados aguas abajo, ilustra en realidad una división potencial entre Egipto ‎y Sudán. ‎

En ese sentido, la represa es sólo el pretexto que los dos países situados aguas abajo invocan ‎para mantener su mutua desconfianza y sus querellas latentes. Etiopía estima que la rivalidad que ‎se desarrolla entre bastidores entre los dos países también tiene solución: un orden basado en ‎reglas sobre la cuestión del Nilo. Egipto y Sudán rechazan esa opción, a pesar de ser esta viable, ‎y tratan por el contrario de obligar Etiopía a sacrificar su propio derecho a utilizar las aguas del ‎Nilo. ‎

C. Evolución de las negociaciones

Las negociaciones sobre las directivas y reglas relativas a la primera fase de llenado y a la ‎explotación anual de la presa se desarrollan desde finales de mayo de 2018. En septiembre del ‎mismo año, el Grupo de Investigación Científica, que se compone de 5 representantes de ‎cada uno de los tres países, terminó su informe, que Egipto se negó a validar. Hasta agosto ‎de 2019, toda comunicación con Egipto resultó imposible, a pesar de los llamados reiterados de ‎Etiopía solicitando la reanudación de las conversaciones. ‎

Desde las primeras horas del proceso trilateral, iniciado por iniciativa de Etiopía, hasta el punto ‎actual de las negociaciones, el país negoció de buena fe con Egipto y Sudán. Todos ‎los progresos alcanzados en el marco de las negociaciones pueden atribuirse a las iniciativas de ‎Etiopía. Desde agosto de 2019, esta ha hecho todo lo posible por responder a las exigencias ‎de Egipto, principalmente sobre la participación de terceros como observadores. ‎

En el marco de las conversaciones de fondo, Etiopía no ha escatimado esfuerzos por adaptarse a ‎las posiciones cambiantes de Egipto y Sudán y satisfacer sus crecientes exigencias. Principalmente ‎ha aceptado un proceso de llenado por etapas que podría llevar hasta 7 años, aunque la presa ‎podría llenarse en 3 años. Aunque la declaración de principios prevé la designación de una ‎persona de referencia encargada de coordinar los esfuerzos de cooperación, Etiopía propuso el ‎establecimiento de un comité técnico y ministerial que actuaría como mecanismo de ‎coordinación. Ha transmitido a Sudán y Egipto datos sobre la evacuación de agua en previsión ‎de los trabajos con vista al segundo año de llenado y está dispuesta a comunicar informaciones ‎sobre el proceso de llenado. Hay que señalar que Egipto se negó a hacer lo mismo, ‎seguramente debido al derroche de agua vinculado a sus propios programas y las entregas de ‎agua fuera de embalse que ese país realiza ilegalmente. Etiopía ha aceptado la aplicación de ‎medidas de enfrentamiento de la sequía durante el llenado y la explotación de la presa. ‎Los esfuerzos que Etiopía ha aceptado para tener en cuenta las preocupaciones de Egipto ‎y Sudán han ido mucho más allá de las obligaciones que le impone el derecho internacional. ‎Los únicos puntos en los que Etiopía se opuso a los reclamos de Egipto y Sudán tienen que ver ‎con el mantenimiento del statu quo sobre el uso unilateral del agua en sus territorios ‎respectivos, la cuota de agua que exigían los dos países, que les permite repartirse entre ellos el ‎flujo total de las aguas del Nilo, así como la pérdida debida a la evaporación ya que ‎esas posiciones no tienen en cuenta a Etiopía ni a los otros países situados aguas arriba. ‎Etiopía no puede aceptar las presiones que apuntan a obligarla a plegarse a un tratado de la ‎época colonial, tratado que no firmó y al cual siempre se opuso. El acuerdo que buscan Sudán ‎y Egipto, si están realmente decididos a llegar a un acuerdo, es un texto jurídico que ‎potencialmente prohibiría a Etiopía utilizar el agua que fluye hacia la presa. Aunque ha dado ‎pruebas de toda la flexibilidad posible y ha aceptado hacer numerosas concesiones sobre la ‎cuestión de la presa, Etiopía no aceptará condiciones tan injustas, que buscan empujarla a firmar ‎un tratado de la época colonial cuyo objetivo es preservar la hegemonía hidráulica de Egipto ‎y Sudán. ‎

Las negociaciones sobre la presa no han tenido éxito debido a las medidas adoptadas por Egipto ‎y Sudán para preservar un «derecho histórico» a toda luz ilegal e injusto o una «porción ‎hídrica» heredada de la época colonial. Como se indica más arriba, Egipto ha reafirmado ‎su voluntad de hacer que nadie obtenga «ni una gota de agua de su porción hídrica». ‎Por otra parte, Sudán no deja de sabotear las negociaciones y de bloquear todo avance en ese ‎sentido, lo cual hace pensar que no desea un diálogo claro y basado en reglas sobre el asunto. ‎Es esencial observar que según los términos del párrafo 1 del artículo 5 del acuerdo de 1959, ‎Egipto y Sudán firmaron un pacto para adoptar una posición común en negociaciones con ‎los demás países con orillas al Nilo. Ese es el principal obstáculo en las conversaciones ‎trilaterales. ‎

D. Enfoque adoptado por Egipto y Sudán

La cuestión del Nilo implica a 11 países. Los recursos del río se comparten entre una población ‎de más de 500 millones de habitantes. Egipto y Sudán afirman haber sido los primeros en ‎utilizar el río y en haber construido en él infraestructuras. Sin embargo, los demás países ribereños, ‎de donde proviene toda el agua, no tienen absolutamente ninguna obligación para con el ‎monopolio autoproclamado e impuesto por los dos países que se hallan aguas abajo sobre los ‎recursos acuíferos. ‎

Egipto y Sudán son los países que firmaron un tratado tendiente a garantizarles el «control total» ‎y el monopolio del uso de las aguas del Nilo. Hoy pretenden que la comunidad internacional ‎apruebe esa posición injusta en detrimento de otros 9 países, en particular de Etiopía, donde ‎se origina el 86% de las aguas del Nilo. ‎

La llave que permitiría desbloquear la cuestión del Nilo se halla en manos de Egipto y Sudán. ‎La solución consiste en establecer un marco convencional y un mecanismo regional que integre ‎los principios de uso equitativo y razonable y la obligación de no causar daños significativos. ‎Con ese fin, Egipto y Sudán tendrán que poner remedio a los daños significativos que ya ‎han causado a Etiopía con su uso unilateral del agua y con el monopolio que ejercen sobre ese ‎recurso. Egipto y Sudán amenazan con perturbar la paz y la seguridad internacionales aunque ‎no existe ningún tangible para la paz y la segurida. La hipérbole y los insultos no tienen ninguna ‎justificación. ‎

E. La Gran Represa del Renacimiento Etíope no amenaza la seguridad nacional o regional

La cuestión que Egipto y Sudán han sometido al examen del Consejo de Seguridad se relaciona ‎con un proyecto de presa hidroeléctrica que no se ha completado, que no consume agua y que ‎está en construcción en territorio de un Estado Miembro donde se origina el 86% de las aguas ‎del Nilo. ‎

La cuestión de la presa es objeto de negociaciones entre los tres países. El tema ha sido puesto ‎en manos de la Unión Africana y la presidencia actual reactivó las conversaciones en Kinshasa a ‎principios de abril de 2021. Etiopía ha reafirmado constantemente su apego inquebrantable a las ‎negociaciones tripartitas y su voluntad de llegar a una solución que beneficie a todas las partes. ‎

Etiopía, ferviente defensora del multilateralismo, está a la vanguardia de la acción emprendida ‎para promover la paz y la seguridad internacionales. Su posición de principios en ese sentido ‎ha resistido el paso del tiempo. El uso que Etiopía hace de las aguas del Nilo es plenamente ‎conforme a los principios de utilización razonable y equitativa y a la obligación de no causar ‎daños significativos. Además, el país ha creado una plataforma de negociación y ha hecho todo ‎lo posible por facilitar la cooperación.‎

La insistencia de Egipto y Sudán en lograr que el Consejo de Seguridad obligue a Etiopía a ‎interrumpir el llenado de la presa es muestra de una interpretación errónea del papel y los ‎mandatos del Consejo. El principio 10 de la declaración de principios prevé que cualquier país ‎puede invocar la cláusula de solución de diferendos y formular un pedido de mediación o de conciliación o ‎someter la cuestión a examen por parte de los jefes de Estado y de gobierno. Sudán y Egipto ‎están en su derecho de hacerlo. Pero estos dos países, recurriendo a los métodos dudosos que ‎acostumbran utilizar, han orquestado una campaña política y mediática tendiente a que se forme ‎un «cuarteto» sin informar de ello a Etiopía ni consultarla previamente. Hasta el día de hoy, ‎Etiopía no ha recibido ningún pedido oficial proveniente de Egipto o de Sudán sobre la ‎formación del mencionado cuarteto. Durante las conversaciones de Kinshasa, ambos países ‎renunciaron a la idea del cuarteto y de la mediación sin más consideraciones. ‎

Etiopía ha hecho esfuerzos importantes para lograr que las negociaciones trilaterales fructifiquen. ‎No desea que el hecho de recurrir a un mecanismo de solución de diferendos anule los progresos ‎ya alcanzados. Sin embargo, si los dos países ribereños situados aguas abajo deciden optar por ‎esa vía, Etiopía también hará valer sus argumentos y sus reclamos en aras de alcanzar ‎el resultado deseado. ‎

El envío de la cuestión de la presa al Consejo de Seguridad es absurdo por la evidente razón ‎de que no tiene que ver con los mandatos del Consejo. Eso demuestra además, de parte de ‎Egipto y Sudán, una ausencia de fidelidad al espíritu panafricano que consiste en hallar soluciones ‎africanas a los problemas africanos. Su intento de convencer al Consejo de Seguridad de que ‎la presa constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacionales es un ejercicio ‎insustancial. La presa es y debe ser fuente de cooperación más que de conflicto. Con ‎la voluntad y el compromiso políticos necesarios, su enorme potencial podría aprovecharse para ‎abrir nuevas posibilidades de cooperación y de integración regional. ‎

Como han declarado repetidamente los Estados miembros del Consejo durante los debates sobre ‎‎«el agua y la paz y la seguridad internacionales», la cooperación es la solución para el problema mundial del agua. Esa afirmación adquiere toda su vigencia en lo tocante a la cuenca ‎del Nilo, y la solución reside en el establecimiento de un mecanismo regional y de un marco ‎normativo sólidos y confiables. El Consejo no puede ni debe intervenir en una cuestión de ‎naturaleza técnica, que debería ser resuelta por los países interesados. Tampoco puede imponer ‎a un Estado Miembro un mecanismo de negociación que implique a terceras partes. A Etiopía ‎compete escoger, de manera totalmente soberana, las plataformas de negociación que desea ‎utilizar o las terceras partes que desea ver participar en ese proceso así como el mandato que ‎debería confiárseles. ‎

F. Segundo año del llenado de la Gran Represa del Renacimiento Etíope

Mientras Etiopía prepara el segundo año del proceso de llenado, siguen en negociaciones ‎el llenado del embalse y las reglas de explotación para cada año. Durante la temporada de lluvias ‎de 2021, Etiopía retendrá 13 500 millones de metros cúbicos de agua del Nilo Azul, o sea un ‎‎17,5% del flujo anual del río. El calendario de llenado –julio y agosto y también septiembre si las ‎condiciones hidrológicas lo permiten– fue adoptado por los tres países. Además, como indica ‎claramente el principio 5 de la declaración de principios, el llenado de la presa es parte del ‎proceso de construcción. ‎

El 8 de abril de 2021, Etiopía tomó la iniciativa de comunicar a Egipto y Sudán datos e ‎informaciones sobre los trabajos preparatorios y el llenado efectivo durante el segundo año. ‎Se tomó esa medida a pesar de la opacidad que ambos países han mostrado sobre sus propias ‎infraestructuras. Resulta efectivamente deplorable que Egipto y Sudán hayan rechazado participar ‎en el mecanismo de intercambio de datos que Etiopía proponía establecer como muestra de ‎buena voluntad y con la perspectiva de fortalecer la confianza. ‎

La oposición de Egipto y de Sudán al llenado previsto por segundo año no responde a causas ‎técnicas o jurídicas. Es un intento trivial de mantener sobre el Nilo una hegemonía ‎autoproclamada. Etiopía tiene una sola respuesta a eso: [Etiopía] tiene derecho a proceder al ‎llenado de la presa y continuará mejorando sus recursos hidrológicos así como la ejecución de ‎cualquier otro proyecto del mismo tipo dentro del respeto de los principios de utilización ‎equitativa y razonable y la obligación de no causar daños significativos. Egipto y Sudán ‎se oponen a la utilización de las aguas del Nilo por parte de Etiopía, invocando una supuesta ‎violación de la parte que ellos mismos se han atribuido y a un derecho de uso de las aguas ‎del Nilo impuesto de manera unilateral. Todos los proyectos de mejoramiento de los recursos ‎en agua que han realizado Egipto y Sudán, principalmente la Alta Represa de Asuán (con ‎dimensiones que son el doble de las de la Gran Represa del Renacimiento Etíope), se llevaron ‎a cabo de manera totalmente unilateral y sin consideración alguna hacia los pedidos de consulta ‎que Etiopía presentaba. La represa etíope, por el contrario, es objeto de discusiones y es ‎estudiada minuciosamente por esos dos países y por expertos internacionales. El llenado de la ‎represa y las reglas de explotación son examinadas detalladamente. Etiopía mantiene la frente ‎en alto porque ha hecho todo lo que estaba a su alcance por reorientar las estrategias ‎unilaterales e injustas que han caracterizado siempre el uso de las aguas del Nilo por parte de ‎Egipto y Sudán. ‎

Finalmente, Etiopía quiere reafirmar su voluntad inquebrantable de terminar la construcción de la ‎represa y de acelerar sus continuados esfuerzos por garantizar medios de subsistencia dignos a ‎su población. Sería interés de Egipto y Sudán renunciar a los discursos belicosos y negociar de ‎buena fe en el marco del proceso trilateral emprendido por la Unión Africana, única opción viable ‎para alcanzar un resultado mutuamente beneficioso. ‎

Perturbaciones del proceso de negociación emprendido por la Unión Africana

FechaEstado responsableJustificación
13 de junio de 2020 Sudán En medio de las negociaciones, el ministro sudanés de Irrigación y Recursos Hídricos perturbó ‎el proceso invocando la necesidad de hacer un informe al primer ministro sudanés.‎

Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 27 de junio de 2020, después de la primera ‎reunión extraordinaria realizada por el Buró de la Conferencia de Jefes de Estado y de gobierno, ‎el 26 de junio de 2020.‎

27 de julio de 2020 Sudán Sudán pidió la suspensión de las negociaciones por una semana, afirmando que tenía que ‎proceder a consultas internas.‎

Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 4 de agosto de 2020.‎

4 de agosto de 2020 Sudán Sudán, respaldado después por Egipto, pidió que las negociaciones se pospusieran por tiempo ‎indeterminado.

Las negociaciones se suspendieron hasta el 26 de agosto de 2020.‎

14 de septiembre de 2020 Sudán En medio de trabajos positivos tendientes a redactar un texto único, Sudán pidió la suspensión de ‎los trabajos. Se decidió que ese país convocaría una nueva reunión el 14 de septiembre de 2020, ‎pero no lo hizo y nunca explicó por qué.‎

Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 3 de noviembre de 2020.‎

3 de noviembre de 2020 Egipto y Sudán Al término de una reunión conjunta realizada el 27 de octubre de 2020, los ministros ‎de Exteriores y los ministros del Agua de los tres países habían decidido continuar las negociaciones ‎durante una semana y terminar el examen de las cuestiones de procedimiento. Sudán insistió en ‎cambiar las modalidades ya previstas. Etiopía propuso nuevas reglas, pero Egipto rechazó ‎el cambio de modalidades y la reunión fue suspendida.‎

Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 19 de noviembre de 2020.‎

21 de noviembre de 2020 Sudán Conforme al consenso que habían alcanzado, el 19 de noviembre de 2020, los ministros ‎de Exteriores y los ministros del Agua, Etiopía solicitó la realización de una reunión trilateral. ‎Sudán no asistió a esa reunión, a pesar de que Egipto, los observadores y el equipo de la Unión ‎Africana estaban presentes. Las negociaciones se vieron interrumpidas hasta el 3 de enero ‎de 2021.‎

Las negociaciones no pudieron reanudarse hasta el 4 de enero de 2021.‎

4 de enero de 2021 Sudán Los ministros de Exteriores y los ministros del Agua habían decidido, el 3 de enero de 2021, ‎realizar una reunión para pasar revista a la evolución de las negociaciones. La delegación de ‎Sudán no se presentó a esa reunión afirmando que tenía que realizar una reunión bilateral con ‎los observadores y los expertos de la Unión Africana.

Las negociaciones se suspendieron hasta el 10 de enero de 2021.‎

10 de enero de 2021 Sudán Los ministros de Exteriores y los ministros del Agua aceptaron la fórmula que había solicitado ‎Sudán, que quería reunirse con los expertos designados por la Unión Africana. El 10 de enero ‎de 2021, Sudán rechazó su propia proposición y no participó en la reunión prevista.‎

Las negociaciones se suspendieron hasta el 4 de abril de 2021.

4 de abril de 2021 Egipto y Sudán Egipto y Sudán exigieron la aplicación de un formato que ‎contravenía la declaración de principios al permitir que los observadores desempeñaran el papel ‎normalmente asumido por los tres países y ponía en peligro el proceso iniciado por la Unión ‎Africana convirtiendo a esta última en simple espectadora de las medidas tomadas por los ‎observadores. Egipto y Sudán rechazaron la propuesta formulada por la República Democrática ‎del Congo, tendiente a retomar las negociaciones el 20 y 21 de abril de 2021.

Fuente: ONU S/2021/376

[1Se ‎refiere a la Represa de Asuán construida entre 1960 y 1970 para embalsar las aguas del Nilo ‎en Egipto. Nota de la Red Voltaire.