
Al margen de la apertura del 76º Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, el presidente estadounidense Joe Biden organizó una «Cumbre Global » virtual contra el Covid-19.
Se había anunciado la participación de un centenar de países y de un centenar de organizaciones, pero sólo participaron algunos países desarrollados aliados de Estados Unidos y varias organizaciones diversas.
Durante esta “Cumbre Global”, el presidente Biden prometió que Estados Unidos repartirá por el mundo 500 millones más de dosis de vacunas anticovid para que el 70% de la población de cada país esté vacunado.
Pero los hechos justifican la incredulidad ante este anuncio ya que Washington no cumplió sus promesas anteriores de distribuir 160 millones de dosis respetando los plazos necesarios. Además, el precio de esas vacunas ha aumentado considerablemente desde entonces, así que nadie ve cómo podría Biden financiar ahora lo que no pudo financiar cuando los precios eran mucho menos desfavorables.
Los Estados que no disponen de medios para comprar las vacunas tienen generalmente menos de un 1% de su población vacunada, lo cual hace extremadamente difícil luchar contra el Covid-19 en esos países.
A pesar de eso, gran parte de los Estados que podrían beneficiarse con la nueva promesa del presidente del presidente Biden simplemente no participaron en su «Cumbre Global» contra el Covid-19, lo cual indica que desconfían de las promesas estadounidenses y de la política misma de Estados Unidos en materia de vacunación.
Estados Unidos, cuya política sanitaria contra el Covid-19 ha apostado todo a la aplicación de vacunas, presenta un balance catastrófico con un total de decesos por millón de habitantes 25 veces superior al de China.
Es la primera vez que una reunión organizada por Estados Unidos para distribuir donaciones se ve boicoteada por los posibles receptores.
Muchos de esos países ya se han acercado a China y Rusia en busca de soluciones.
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