Según el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) de la Federación Rusa, la CIA estadounidense está ‎reactivando sus contactos con los yihadistas en el norte de Siria e incluso está ‎reclutando para lanzar ataques esporádicos contra el ejército regular sirio. ‎

En junio de 2021, durante su encuentro con el presidente ruso Vladimir Putin en Ginebra, ‎el presidente estadounidense Joe Biden reconoció la derrota de Estados Unidos en Siria, ‎se comprometió a abandonar la intervención en ese país y aceptó que Rusia lo protegiera.‎

En aquel encuentro cumbre, Biden aceptó también la puesta en marcha del gasoducto ‎‎Nord Stream 2, aunque con un precio del combustible ligeramente superior al que Rusia suele ‎aplicar, lo cual era una manera de que los aliados europeos de Estados Unidos pagaran ‎compensaciones por la guerra contra Siria. ‎

Sin embargo, aprovechando la crisis que ha creado alrededor de Ucrania, Washington pretende ‎ahora impedir la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2 y reactivar la guerra de los ‎yihadistas contra Siria. ‎

El ataque yihadista de enero contra una cárcel controlada por mercenarios kurdos en una región ‎del noreste de Siria ilegalmente ocupada por fuerzas de Estados Unidos parece ser la primera ‎fase de la reanudación del reclutamiento de yihadistas por parte de Washington. ‎

Al mismo tiempo, la eliminación del califa del Emirato Islámico (Daesh), Abu Ibrahim al-Hashimi al-‎Qurashi, por un comando de fuerzas especiales estadounidenses, el 3 de febrero, permitió poner ‎un jefe más dócil a la cabeza de ese grupo terrorista. ‎

Sólo dos días después, el 5 de febrero, se realizó en Qatar una reunión entre líderes de la ‎Hermandad Musulmana, el ex primer ministro sirio desertor Riad Hijab y representantes de varios ‎‎think tanks estadounidenses para “repartir los papeles” entre diferentes grupos yihadistas. ‎