El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió el 11 de marzo de 2022, convocado por la ‎Federación Rusa –que preside actualmente ese órgano de las Naciones Unidas– para deliberar ‎sobre los laboratorios biológicos militares descubiertos en Ucrania. ‎

Anteriormente, el ministerio de Exteriores de la República Popular China ya había solicitado a ‎Washington explicaciones públicas sobre la red de 336 biolaboratorios que el Departamento de ‎Defensa de Estados Unidos mantiene en 30 países [1]. ‎

Días después, la subsecretaria de Estado Victoria Nuland reconoció, ante la comisión del Senado ‎estadounidense para las relaciones exteriores, la implicación de Estados Unidos en investigaciones biológicas en Ucrania, tan peligrosas que Washington temía que ese material ‎biológico llegara a caer «en manos de las fuerzas rusas» [2].‎

En la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, la administración de las Naciones Unidas ‎confirmó que nunca fue informada de la existencia de programas biológicos militares en Ucrania, ‎país firmante de la Convención de la ONU que prohíbe las armas biológicas. ‎

Por su parte, Estados Unidos y sus aliados afirmaron que Rusia estaba haciendo sonar las alarmas ‎sin tener pruebas y, nuevamente, Francia acusó a Moscú –sin aportar pruebas– de haber utilizado ‎un arma biológica contra el opositor ruso Alexei Navalni y contra el ex espía Serguei Skripal. ‎

Seguidamente, las potencias occidentales miembros del Consejo afirmaron que Moscú prepara la ‎realización en Ucrania de una operación de falsa bandera con armas biológicas… pero ‎no aportaron pruebas que confirmen tal acusación. ‎

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que fue informada, desde 2005, ‎de la existencia de una colaboración civil entre Estados Unidos y Ucrania sobre peligrosos ‎agentes patógenos. ‎

La OMS señaló también haber solicitado a Ucrania, vía email y en fecha no precisada, que ‎destruyera los agentes patógenos acumulados en sus laboratorios debido al ‎grave peligro de diseminación que implicaba la conservación de ese material biológico. ‎

Desde Moscú, el ministerio de Defensa de la Federación Rusa anunció que publicará los ‎documentos encontrados en los biolaboratorios descubiertos en Ucrania [3] y que ha destruido, tomando las precauciones necesarias, 320 contenedores de agentes patógenos hallados en esas ‎instalaciones [4]. ‎

El ministerio de Defensa ruso precisó que entre las investigaciones realizadas en esos biolaboratorios ‎había experimentos con coronavirus de murciélago [5].‎