Según los servicios de inteligencia de Estados Unidos, al menos 7 000 soldados rusos habrían ‎muerto en Ucrania hasta el 16 de marzo. Esa cifra, publicada por el diario estadounidense The ‎New York Times, parece realmente extravagante. ‎

El ministerio de Defensa de la Federación Rusa acaba de publicar la cifra de bajas rusas ‎contabilizadas hasta el 25 marzo y es de 498 militares rusos muertos, 14 veces menos que la ‎cantidad que la inteligencia de Estados Unidos había divulgado 9 días antes. ‎

Para cualquier ejército del mundo es muy difícil contabilizar sus bajas mortales mientras ‎se desarrollan los combates. Numerosos soldados suelen ser contabilizados como «desaparecido ‎en combate» («Miss In Action» o «MIA») y reaparecer posteriormente. ‎

En todas las guerras al menos una de las partes beligerantes –a veces las dos– publican cifras ‎falsas para sostener su propia versión de los hechos. Sin embargo, la verdad suele salir ‎rápidamente a la luz al final de la guerra. ‎

En principio, ninguna cifra puede ser considerada como obligatoriamente cierta durante el ‎desarrollo de las hostilidades. Y la verdad se halla raramente a medio camino entre las ‎dos versiones. ‎

Lo que más suele ocurrir es que una de las partes miente y la otra no. ‎