En Estados Unidos, los periodistas no pueden hacer al presidente Joe Biden preguntas que ‎no hayan sido enviadas previamente a la Casa Blanca. Un grupo de personas del equipo de ‎trabajo de la Casa Blanca redacta entonces las respuestas que el presidente Biden trata de leer ‎con la mayor convicción posible. ‎

Actualmente circulan en Washington varias fotos de respuestas previamente elaboradas para ‎el presidente Biden. ‎

Esta imposición, que recuerda las acusaciones emitidas en el pasado contra los gobiernos de ‎países del llamado «bloque soviético», busca esconder las limitaciones mentales del presidente ‎Biden, quien a sus 79 años ha venido mostrando evidentes síntomas de senilidad. ‎

Por ejemplo, en 2020, el entonces candidato demócrata Joe Biden anunció en varios mítines ‎electorales la inminente llegada de su hijo “Beau” Biden, fallecido 6 años antes, y desde que ‎asumió la presidencia de Estados Unidos los periodistas han podido comprobar que, ante las ‎preguntas imprevistas, el presidente Biden responde prácticamente cualquier cosa. ‎

En enero de 2021, ante una pregunta imprevista sobre el elevado índice de inflación en ‎Estados Unidos, Biden dijo que era una «carta de triunfo» y terminó llamando al ‎periodista «stupid son of a bich» (“estúpido hijo de puta”).‎