En aplicación de las medidas coercitivas unilaterales (las llamadas “sanciones”) de la Unión ‎Europea contra Rusia, fue interrumpido el tránsito de mercancías entre la Federación Rusa y su ‎enclave de Kaliningrado a través del corredor de Suwalki –que atraviesa Polonia– y de las vías ‎férreas que pasan por Lituania. ‎

Esa interrupción de la comunicación entre Rusia y Kaliningrado a través de Polonia y de Lituania ‎constituye una violación de los tratados internacionales, donde se estipula que ambos países están ‎obligados a permitir el aprovisionamiento de Kaliningrado desde Rusia. ‎

Después de un discreto acuerdo entre Moscú y la Unión Europea, esta última emitió una medida ‎en vertu de la cual el aprovisionamiento rusa a Kaliningrado no debe verse afectado por las ‎‎“sanciones” europeas [1]. ‎

Sin embargo, Lituania se niega a aplicar esa decisión de la Unión Europea, tendiente a evitar una ‎peligrosa agravación de la situación, ya extremadamente tensa, creada alrededor de las relaciones entre ‎la UE y Rusia. ‎