Source : Le Média en 4-4-2

Señoras y señores, queridos invitados extranjeros. ‎

Una discusión tan abierta como esta resulta hoy particularmente pertinente. La situación mundial ‎evoluciona dinámicamente y un orden mundial multipolar está tomando forma. Un número ‎creciente de países y pueblos optan por la vía de un desarrollo libre y soberano basado en su ‎identidad propia, en sus tradiciones y sus valores diversos. ‎

Esos procesos objetivos se ven combatidos por las élites globalistas occidentales, que siembran el ‎caos, estimulan viejos y nuevos conflictos y mantienen la política llamada de “contención” ‎‎[containment], que es en realidad la subversión contra toda opción alternativa y soberana de ‎desarrollo. De esa manera hacen todo lo que pueden por conservar la hegemonía y el poder que ‎se les escapan, tratan de mantener los países y pueblos bajo el yugo de lo que es básicamente un ‎orden neocolonial. Su hegemonía significa estancamiento para el resto del mundo y para toda la ‎civilización, eso significa oscurantismo, anulación de la cultura y totalitarismo neoliberal. ‎

Recurren a todos los medios. Estados Unidos y sus vasallos se inmiscuyen groseramente en los ‎asuntos internos de Estados soberanos organizando provocaciones, organizando golpes ‎de Estado o incitando a guerras civiles. Mediante amenazas, chantajes y presiones tratan de ‎obligar Estados independientes a someterse a su voluntad y a seguir reglas que no son las suyas ‎propias. Eso se hace con un solo objetivo, que es el de mantener su dominación, el modelo ‎secular que les permite saquear el mundo como lo han hecho durante siglos. Pero ese modelo ‎no puede funcionar más que por la fuerza. ‎

Es por eso que el Occidente colectivo –el supuesto Occidente colectivo– socava deliberadamente ‎el sistema europeo de seguridad y abre nuevas alianzas militares. La OTAN se arrastra hacia ‎el este y refuerza su infraestructura militar. Entre otras cosas, despliega sistemas de defensa ‎antimisiles y refuerza las capacidades de ataque de sus fuerzas ofensivas. Eso se atribuye ‎hipócritamente a una necesidad de reforzar la seguridad en Europa pero en realidad lo que está ‎sucediendo es todo lo contrario. Además, las proposiciones sobre medidas de seguridad mutua ‎que Rusia presentó en diciembre pasado [2021] fueron, una vez más, ignoradas. ‎

Ellos necesitan conflictos para conservar su hegemonía. Es por esa razón que han condenado el ‎pueblo ucraniano a servir de carne de cañón. Han puesto en práctica el proyecto anti-Rusia y se ‎han hecho cómplices de la difusión de la ideología neonazi. Cerraron los ojos cuando miles de ‎habitantes del Donbass fueron asesinados y siguieron entregando armas, incluso armamento ‎pesado, al régimen de Kiev. Hoy siguen haciéndolo. ‎

Ante esas circunstancias, tomamos la decisión de realizar una operación militar especial ‎en Ucrania, decisión plenamente conforme con la Carta de las Naciones Unidas. Hemos precisado ‎claramente que los objetivos de esa operación son garantizar la seguridad de Rusia y de sus ‎ciudadanos y proteger a los habitantes del Donbass contra el genocidio. ‎

La situación en Ucrania demuestra que Estados Unidos trata de prolongar ese conflicto. En otros ‎lugares actúa de la misma manera, fomentando el potencial de conflicto en Asia y en ‎Latinoamérica. Como ustedes saben, recientemente Estados Unidos trató de nuevo, ‎deliberadamente, de alimentar las llamas y de sembrar la inquietud en la región Asia-Pacífico. ‎Consideramos eso como una provocación minuciosamente planificada. ‎

Está claro que al tomar tales medidas, las élites globalistas occidentales tratan, entre otras cosas, ‎de desviar la atención de sus propios ciudadanos de los urgentes problemas socioeconómicos, ‎como la caída del nivel de vida, el desempleo, la pobreza y la desindustrialización. ‎Quieren atribuir la responsabilidad de sus propios fracasos a otros países, específicamente ‎a Rusia y a China, que defienden sus puntos de vista y conciben una política de desarrollo ‎soberana sin someterse al dictado de las élites supranacionales. ‎

Vemos igualmente que Occidente se esfuerza por extender su sistema de bloques a la región Asia-‎Pacífico, como lo hizo con la OTAN en Europa. Con ese fin crean sindicatos militaro-políticos ‎agresivos como el AUKUS y otros.‎

Es evidentemente que sólo es posible reducir las tensiones en el mundo, vencer las amenazas y los ‎peligros militaro-políticos, mejorar la confianza entre los países y garantizar el desarrollo ‎duradero mediante un fortalecimiento radical del sistema contemporáneo de un mundo ‎multipolar. ‎

Repito que la era del mundo unipolar está convirtiéndose en cosa del pasado. Poco importa con ‎cuanta fuerza se aferren a la situación los beneficiarios del modelo globalista. Está condenado al ‎fracaso. Los cambios geopolíticos históricos van en una dirección totalmente distinta. ‎

Y, por supuesto, esta conferencia de ustedes es una prueba importante de los procesos objetivos ‎que dan forma a un mundo multipolar al reunir representantes de numerosos países deseosos de ‎discutir sobre cuestiones de seguridad en condiciones de igualdad y de participar en un diálogo que ‎tiene en cuenta los intereses de todas las partes, sin excepción. ‎

Quiero subrayar que el mundo multipolar, basado en el derecho internacional y en relaciones más ‎justas, abre nuevas oportunidades para contrarrestar las amenazas comunes, como los conflictos ‎internacionales y la proliferación de las armas de destrucción masiva, el terrorismo y la ‎cibercriminalidad. Todos esos desafíos son mundiales y sería por tanto imposible sobreponerse ‎a ellos sin combinar los esfuerzos y los potenciales de todos los Estados. ‎

Como antes, Rusia participará activa y resueltamente en esos esfuerzos conjuntos coordinados, ‎junto a nuestros aliados, socios y asociados, para mejorar los mecanismos ya existentes de ‎seguridad internacional. [Rusia] creará nuevos [mecanismos de seguridad] y fortalecerá ‎sistemáticamente las fuerzas armadas nacionales y las demás estructuras de seguridad aportando ‎armas y equipamiento militar de vanguardia. Rusia garantizará sus intereses nacionales, así como ‎la protección de sus aliados, y tomará otras medidas hacia la construcción de un mundo más ‎democrático donde los derechos de todos los pueblos y la diversidad cultural y civilizacional ‎estarán garantizados. ‎

Tenemos que restaurar el respeto del derecho internacional, de sus normas y principios ‎fundamentales. Y, claro está, es importante promover agencias universales y comúnmente ‎reconocidas como la ONU y otras plataformas de diálogo internacional. El Consejo de Seguridad ‎de la ONU y la Asamblea General, como se previó inicialmente, deben servir como herramientas ‎eficaces para reducir las tensiones internacionales y prevenir los conflictos así como para facilitar ‎que se proporcione una seguridad y un bienestar confiables a los países y los pueblos. ‎

En conclusión, quiero agradecer a los organizadores de la Conferencia por su importante trabajo ‎preparatorio y deseo a todos los participantes profundas discusiones. ‎

Estoy seguro de que el foro seguirá aportando una contribución significativa al fortalecimiento de ‎la paz y la estabilidad en el planeta y de que facilitará el desarrollo de un diálogo y una asociación ‎constructivos. ‎

Gracias por su atención. ‎