Wayne Madsen
Ex-funcionario de la National Security Agency (NSA), se convirtió en periodista investigador especializado en el espionaje electrónico, posteriormente en el espionaje en general. Fue jefe de sección en la revista francesa Intelligence Online hasta que esta fue comprada por el diario francés Le Monde. Actualmente él mismo publica la Wayne Madsen Report e interviene regularmente en la televisión rusa internacional Russia Today emitiendo en inglés. Ha escrito varios libros: The Handbook of Personal Data Protection (London: Macmillan, 1992); Genocide and Covert Operations in Africa 1993-1999 (Edwin Mellen Press, 1999); Jaded Tasks: Big Oil, Black Ops & Brass Plates and Overthrow a Fascist Regime on $15 a Day y co-autor de America’s Nightmare: The Presidency of George Bush II (Dandelion, 2003).


Desde el derrumbe de la Unión Soviética, Estados Unidos viene poniendo en el poder a sus viejos colaboradores nazis en el este de Europa. Al cuestionar el papel de la URSS en la Segunda Guerra Mundial, Washington está tratando de despojar a la actual Federación Rusa de su mito nacional. Estados Unidos pretende así alcanzar dos objetivos: destruir la zona de influencia de Rusia y acabar a la vez con la identidad rusa. Para lograrlo tendrá que reescribir la historia y rehabilitar el nazismo

Desde el derrumbe de la Unión Soviética, Estados Unidos viene poniendo en el poder a sus viejos colaboradores nazis en el este de Europa. Al cuestionar el papel de la URSS en la 2ª Guerra Mundial, Washington está tratando de despojar a la actual Federación Rusa de su mito nacional. Estados Unidos pretende así alcanzar 2 objetivos: destruir la zona de influencia de Rusia y acabar a la vez con la identidad rusa. Para lograrlo tendrá que reescribir la Historia y rehabilitar el nazismo.

Estados Unidos y la Unión Europea se disponen a completar el objetivo de la guerra que desataron contra Serbia en 1999. Después de haberle arrancado Kosovo, van a quitarle la provincia autónoma de Voivodina. Y para ello están modificando actualmente la populación de esa provincia serbia, instalando en el poder un nuevo equipo de gobierno en la vecina Croacia y comprando los medios de prensa en Serbia.

Después de una campaña electoral marcada por la muerte del candidato socialista Eduardo Campos en un «accidente» aéreo, la opción que se presentaba a los brasileños era entre los tres principales candidatos: la presidenta saliente Dilma Roussef, el socialdemócrata Aecio Neves y Marina Silva, candidata ecologista proveniente de Campos y conocida fundamentalmente por sus notorios vínculos con el multimillonario George Soros. La decisión de Marina Silva de respaldar a Neves en la segunda vuelta parecía descartar todo riesgo de intervención extranjera pero en realidad tuvo el efecto contrario, observa Wayne Madsen.

Ya se ha convertido en un ritual que siempre funciona. Cada vez que Washington quiere cambiar un régimen, aparecen misteriosos francotiradores que disparan a la vez contra fuerzas gubernamentales y contra manifestantes de la oposición. Y después desaparecen sin dejar rastro. Así sucedió en Siria, en Ucrania y en Venezuela. En Siria, el resultado de los acontecimientos de Deraa fue que una parte de la población pasó un año sublevada contra el gobierno. En Venezuela, los forenses demostraron que los asesinos abatieron personas de ambos bandos y las protestas han ido extinguiéndose. En Ucrania, las conversaciones telefónicas interceptadas y las reacciones que su publicación ha suscitado ya no dejan espacio para las dudas, estima Wayne Madsen.

Parece que Siria no va a ser la próxima víctima del imperialismo estadounidense —explica Wayne Madsen— porque los ojos de Washington miran con ambición el arsenal nuclear de Paquistán que se ha convertido en un codiciado botín. Es una prioridad —dicen los estrategas yanquis— antes de que éste caiga en manos «islamistas». El único obstáculo que falta resolver es el de crear un ambiente propicio para manipular la opinión pública de modo que justificara la intervención militar internacional contra Paquistán. Desde hace año y medio Washington trata de lograr este objetivo mediante crecientes y permanentes provocaciones.

El ataque del 11 de Septiembre 2001 fue la prolongación de una doctrina que ha recibido el apelativo de «estrategia de la tensión». No representan nada nuevo en las políticas de Washington sino que constituye una escalada más para extender esta estrategia a nivel global. El atentado ofreció el pretexto necesario para instalar un sistema de vigilancia internacional del individuo, favoreció la expansión de las guerras imperiales. Desde esta perspectiva, la conmemoración del décimo aniversario de los atentados del 11/S ha sido utilizada por los patrocinadores de dichos ataques para aparecer como sus víctimas una vez más, que es lo mejor para perseverar en sus objetivos.

Diez años han pasado ya desde que acontecieron los trágicos sucesos del 11 de septiembre 2001. La mayoría de la opinión pública es unánime: el gobierno de Estados Unidos ha dejado claro que había algo que ocultar. Mucha gente, sean funcionarios de la Casa Blanca o encargados de la lucha contra el terrorismo, antiguos miembros de la Comisión Nacional de Investigación, muchos de ellos, han ido poco a poco desvinculándose de una versión oficial que simplemente no tiene sentido. El analista norteamericano Wayne Madsen, antiguo experto en inteligencia del gobierno de EEUU en la National Security Agency (NSA) relata esta amplia operación de encubrimiento.

En la segunda parte de su investigación, Wayne Madesen aborda la biografía de la madre y del padre adoptivo del presidente Barack Obama. Sigue la trayectoria de ambos como agentes de la CIA, primeramente en la Universidad de Hawai, donde se elaboran algunos de los más oscuros proyectos de la CIA, y posteriormente en Indonesia, en momentos en que Estados Unidos preparaba una enorme masacre de simpatizantes comunistas. Las carreras de la madre de Obama y de su padre adoptivo forman parte del periodo que rodeó el comienzo de la globalización en Asia y en el resto del mundo. A diferencia de la dinastía Bush, Barack Obama supo esconder hasta ahora sus propios vínculos con la CIA y, sobre todo, los que tenía su familia. Madsen concluye con la siguiente interrogante: ¿Qué esconde aún Barack (...)

El periodista de investigación Wayne Madsen ha logrado compilar varios archivos de la CIA que demuestran los vínculos de esa agencia de espionaje con instituciones y personas estrechamente ligadas a Barack Obama, así como a sus padres, su abuela y su abuelo. La primera parte de este trabajo subraya la participación de Barack Obama padre en las acciones de la CIA en Kenia, operaciones destinadas a obstaculizar que el comunismo ganara terreno en ese país gracias a la influencia de China y de la Unión Soviética en los medios estudiantiles. Las operaciones de la CIA en Kenia tenían también como objetivo evitar el surgimiento de líderes africanos no alineados.
