Cochoapa El Grande: entre la miseria y el desprecio / La justicia y las extradiciones / Los vándalos fueron los policías disfrazados de civiles / El adelgazamiento del PAN / Una nueva edición de la estrategia militar contrainsurgente / Scherer García, Vivir para el periodismo / La salud no es un negocio / La demagogia como estrategia / 70 megaproyectos hídricos: abuso, autoritarismo y despojo / “Reforma curricular”: la desaparición del normalismo / Los inmolados a los dioses / Moreira pide 10 mil pozos para la exploración del shale gas en Coahuila.

Indígenas na’saavi mueren en La Montaña de Guerrero por falta de clínicas y médicos, pero también de caminos. Decenas de comunidades quedan aisladas durante meses: la región se vuelve impenetrable también para maestros y proveedores de maíz y otros productos básicos. Es Cochoapa El Grande, el municipio más pobre de México, al que gobiernos de todos los colores han prometido sacar de la miseria. El mismo que sigue sin un sólo hospital para sus más de 18 mil habitantes y sin escuelas, agua potable, energía eléctrica…

Presionado por Estados Unidos, el gobierno de Colombia inició hace ya casi 3 décadas un programa de extradición de narcotraficantes integrantes de los cárteles de Cali y de Medellín con un doble propósito: disminuir la violencia que azotaba al principal país productor de cocaína y garantizar que los delincuentes cumplieran sus condenas en prisiones estadunidenses sin beneficio alguno.

Las policías federales y del gobierno de la capital del país, aquel 1 de diciembre cuando Ebrard y Mancera, Peña y Osorio Chong, en la llamada transición de poderes de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y la Presidencia de la República, al tener como factor común a Calderón y García Luna, fueron quienes, disfrazados de civiles y con guante en una mano se identificaron para que los que llevaran uniforme no los atacaran y menos los detuvieran. Ellos fueron los vándalos armados con tubos, sobre todo, para destruir lo que encontraron en la ruta por donde pacíficamente, pero con mantas y gritos de repudio a Peña, se manifestaban los estudiantes para dejar una constancia más de su rechazo a la tramposa sucesión presidencial.

Los propósitos de año nuevo continúan a pesar de que raras veces se cumplen. Pero sabemos que es necesario engañarse y/o engañar para ser felices. Más en una sociedad donde la presencia física y política es importante, no obstante que se trate de un simple espejismo.

Aunque el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto impulsó la Ley de Víctimas y se ha separado de los estragos de la violencia generada durante el sexenio pasado, las Fuerzas Armadas, particularmente el Ejército, han estrechado filas para enfrentar una nueva etapa del conflicto armado que sostienen contra las bandas de narcotraficantes y otros grupos de la delincuencia organizada.

Es de celebrarse el acuerdo al que llegaron el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el Congreso estadunidense para evitar el “abismo fiscal”, cuyas repercusiones hubieran sido fatales para nuestro país. Sin embargo, los riesgos de un colapso no se han superado, porque la raíz de los problemas económicos de México está aquí mismo, aun cuando la fuerte dependencia de nuestra economía a la estadunidense influye cada vez más en que los problemas externos repercutan aquí con más fuerza.

Julio Scherer García ha sido un periodista de pies a cabeza. Un reportero toda su vida. Cosecha reflexiones de los hechos y escribe libros con la prosa que lo caracteriza: al grano, sin paja, para contar sobre sus casi 70 años en los que ha ejercido las libertades-derechos de escribir y publicar sin cortapisas. Crítica, verazmente. Y hoy nos entrega un racimo de recuerdos, muchos sobre la naturaleza humana con sus miserias y virtudes del toma y daca en las difíciles relaciones humanas. Vivir el periodismo que fue y sigue siendo función de reportero. En este libro es el reportero de sus recuerdos, hilados a lo largo de su vida desde la cual puede mirar el pasado como presente.

En España, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública ha reclamado a la Fiscalía General del Estado que paralice, en la región autónoma de Madrid, el cobro de 1 euro por receta médica dispensada. Una tasa recién impuesta por el gobierno regional del Partido Popular en Madrid para garantizar la sostenibilidad del sistema de salud, dicen. Garantizar la sostenibilidad es el subterfugio falaz de todas las contrarreformas neoliberales que vulneran derechos. La otra excusa esgrimida por el gobierno regional es que se malgastan muchos medicamentos, como indican varios estudios: casi la cuarta parte de españoles reconoce que guarda cajas de medicinas en casa que ya no usan.

La administración de Felipe Calderón heredó a Enrique Peña Nieto 70 proyectos hidroeléctricos en 19 estados de la República, además de cuatro presas en tres entidades del país. Los proyectos hídricos podrían haber desplazado a más de 170 mil personas, que ahora viven sin acceso a la vivienda digna y a la alimentación.

El fin del sexenio aceleró la aplicación de la reforma curricular a la educación normal, disposición de carácter federal contemplada en el punto nueve de la Alianza por la Calidad de la Educación. El resultado: una reforma “improvisada” e “incongruente”. A decir de profesores normalistas, ésta se engloba en un proyecto más amplio: el de la desaparición de las normales del país. Cifras oficiales revelan que en 12 años de gestiones panistas el número de normales disminuyó en 29 por ciento; la matrícula estudiantil, en 36 por ciento; y la planta docente, en 12 por ciento.

Al Javier Lozano del peñanietismo, Alfonso Navarrete Prida, le falta cuerpo para gozar a plenitud lo que en su rosáceo mundo de fantasías considera como las primeras manifestaciones del cumplimiento de las promesas de su jefe, el César de Atlacomulco: el supuesto inicio de recuperación de los salarios reales y, por añadidura, del “bienestar de la población” y la “disminución de la desigualdad social”. Como una exultante Alicia en el país de las maravillas, dice: “habrá recuperación del poder adquisitivo”, “aunque [sea] ligera”.

¿Por qué en los municipios fronterizos de Piedras Negras, Hidalgo o Guerrero, en Coahuila, los pozos fracasan, pero apenas al cruzar el río, en los condados texanos, hay una nueva fiebre de oro negro? ¡Son las mismas formaciones geológicas! Un profesor de la Universidad Autónoma de Coahuila me cuenta que el estado parece un museo de geología: restos de dinosaurios han aparecido en los patios de las casas, los niños juegan con caracoles petrificados y hasta hay clubes de paleontólogos aficionados. Pero en ningún municipio estos vestigios son tan inquietantes como en Piedras Negras, porque al otro lado del puente que conduce a Eagle Pass, en el condado de Maverick, se han descubierto crudos ultra ligeros.
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