Stealthing, invisible y constante agresión sexual / Oceanografía: abuso laboral e impunidad empresarial / Cárteles cooptan a miles de jóvenes en México y Estados Unidos / Matar la Iniciativa Mérida / Victoria de la libertad de prensa y laboral de Carmen Aristegui.

El stealthing, un grave abuso sexual, ocurre cuando –de forma dolosa y en sigilo– el hombre se retira el condón pese a que su uso se pactó con la pareja. Ello viola la libertad de decidir de la mujer y la cosifica, dejándole secuelas físicas y psicológicas. En México, miles de mujeres podrían haber sido víctimas de esta agresión hasta ahora invisibilizada.

El 16 de julio pasado, el adolescente Phillip Junior Webb, de San Diego, California, se declaró culpable ante un tribunal federal estadunidense no sólo de traficar con drogas ilegales, sino también de reclutar a otros adolescentes con ese mismo objetivo y traficar indocumentados.

Desde 2008, Estados Unidos ha entregado a México 2 mil 900 millones de dólares a través del acuerdo conocido como Iniciativa Mérida. La cifra es insignificante si consideramos los costos que han resultado de acomodar nuestra política de seguridad a la de los gringos.

En resolución definitiva del Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil, la empresa MVS recibió la sentencia de que su conducta fue ilegal al haber dado por terminado el contrato con la periodista Carmen Aristegui. Y cancelar el programa periodístico de información y comentarios, que ella transmitía. Y fue, sin que lo diga el fallo, una censura. Pero, sobre todo, es una victoria para la libertad de expresión en el contexto de los derechos de prensa. Significa, además, que esos empresarios –de radio, televisión y restauranteros– abusaron de su poder económico y su relación a favor del presidencialismo peñista y la intervención, tras bambalinas, del vocero de Los Pinos: Eduardo Sánchez, actualmente con un activismo de vicepresidente segundón, ya que Luis Videgaray sigue siendo el primer (...)