A la Federación Rusa le está resultando indigesta la llegada de la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a sus fronteras. La oficialización del ingreso de siete nuevos integrantes al organismo, entre ellos los tres Estados bálticos -Letonia, Estonia y Lituania- ha provocado una serie de declaraciones contundentes de Moscú.
A la Federación Rusa le está resultando indigesta la llegada de la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a sus fronteras. La oficialización del ingreso de siete nuevos integrantes al organismo, entre ellos los tres Estados bálticos -Letonia, Estonia y Lituania-ha provocado una serie de declaraciones contundentes de Moscú. El 4 de abril, el ministro de la Defensa, Sergei Ivanov, reiteró la posición de que Rusia dará marcha atrás a sus planes de reforma militar si la «infraestructura de la OTAN» llega a sus fronteras.
En referencia al hecho de que las fuerzas aéreas de OTAN se harán cargo del patrullaje del espacio aéreo de los Estados bálticos, Ivanov dice que «los aviones de la OTAN, actualmente en misión de patrulla sobre las naciones bálticas, no cambian radicalmente la situación. Pero si la alianza insiste en construir su infraestructura cerca de nuestra frontera, Rusia, probablemente revisará sus planes de reforma militar que se están llevando a cabo en la actualidad», dijo en Oslo, donde realiza una visita oficial.
«La infraestructura de la OTAN que se acerca a las fronteras rusas no tiene explicación en las amenazas terroristas internacionales. Eso es ridículo», dijo.
Según Ivanov, la actitud rusa ante la expansión de la OTAN es «calmadamente negativa». Para él, «proteger su espacio aéreo es un derecho soberano de cualquier Estado. En tanto, es necesario tener en consideración que el territorio de las naciones bálticas no es grande, que los aviones vuelan a gran velocidad y la frontera con Rusia es serpenteante. La posibilidad de que los aviones de la OTAN violen el espacio aéreo ruso aumenta. Espero que eso no acontezca».
Menos diplomático, el general Anatoly Kornikov, ex comandante de la Fuerza Aérea Rusa, pidió que Moscú contemple posibles violaciones del espacio aéreo ruso por aeronaves de la OTAN. «Si un avión viola la frontera del Estado, debe de ser derribado. El derecho internacional lo permite», dijo a la agencia noticiosa Interfax, el 31 de marzo. Kornikov actualmente es copresidente del Consejo de Especialistas de Asuntos de Defensa Aérea y Espacial, órgano consultivo del gobierno de la Federación.
Al mismo tiempo, la Duma (Cámara baja del Parlamento) convocó a una sesión especial del Consejo de Seguridad de Rusia para analizar la nueva situación estratégica, por la que el
jefe del Comité de Relaciones Internacionales, Konstantin Kosachev, denominó «un paso inamistoso para con Rusia». Según él, «si continúan adoptándose medidas de ese tipo y el desplazamiento de un gran número de soldados de la OTAN tiene lugar cerca de las fronteras rusas, Rusia deberá considerar que es oportuno tomar medidas de respuesta para mantener el equilibrio de fuerzas de la región».
En un contundente artículo que apareció el 1 de abril, titulado «Desmintiendo las mentiras de la OTAN», el periodista inglés Timothy Bancroft Hinchey, corresponsal de Pravda en Lisboa, observó que el motivo verdadero de la expansión de la alianza atlántica al oriente su puso de manifiesto en el discurso con el que el presidente George W. Bush saludó el ingreso de los nuevos aliados. Un pasaje del discurso es peculiar: «Como testigos de algunos de los crímenes del siglo pasado, nuestros nuevos aliados traen claridad moral a los propósitos de nuestra alianza... Entienden nuestra causa en Afganistán y en Irak... porque, para ellos, la tiranía es aún un
recuerdo reciente».
El periodista termina fulminante: «¿Será que son propósitos de la Alianza cometer crímenes de guerra, arrojar bombas de fragmentación en zonas
civiles, bombardear fiestas de casamiento, masacrar niños y conceder contratos sin licitación, establecer una hilera de bases militares alrededor del mundo, a poca distancia de los recursos mundiales? En este caso, cambiemos el nombre, de Alianza del Tratado del Atlántico Norte, por el de Alianza Terrorista del Atlántico Norte».
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