Las medidas cautelares de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ante la demanda de Sudáfrica sobre la masacre que Israel está perpetrando en Gaza estipulan, entre otras cosas, que «El Estado de Israel debe tomar sin demora medias efectivas para permitir que se provean servicios básicos y que se entregue la ayuda humanitaria que se necesita con la mayor urgencia para resolver las difíciles condiciones de existencia a las que se ven sometidos los palestinos de la franja de Gaza»
Pero los servicios básicos y la ayuda humanitaria en Gaza sólo pueden garantizarse a través de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Medio Oriente (UNRWA).
En las horas que siguieron el anuncio de las medidas cautelares de la CIJ, el Estado de Israel emprendió una campaña contra esa agencia de la ONU, afirmando que 12 empleados de la UNRWA habían participado en la Operación “Diluvio de Al-Aqsa”, el 7 de octubre. Inmediatamente, el gobierno de Estados Unidos retiró su financiamiento a la UNRWA.
El secretario general de la ONU llamó los países donantes a garantizar la continuación de las operaciones de la UNRWA. «Si se derrumba la UNRWA, se derrumbará el conjunto de las operaciones humanitarias en Gaza. Ninguna organización puede reemplazarla en Gaza», subrayó Greta Gunnarsdottir, la directora del buró de esa agencia en Nueva York.
En respuesta, el embajador de Israel en la ONU, Gilad Erdan, declaró: «El secretario general de la ONU demuestra una vez más que la vida y la seguridad de los ciudadanos israelíes no son realmente importantes para él. Después de años a lo largo de los cuales no ha tenido en cuenta las pruebas que le han sido presentadas personalmente sobre el apoyo y la participación de la UNRWA en la incitación y el terrorismo, y antes de realizar una investigación profunda para localizar a todos los terroristas y todos los asesinos del Hamas en el seno [de la UNRWA], él se concentra en la recogida de fondos para la organización de asesinatos y de terrorismo. Cualquier país que siga financiando la UNRWA antes de que se realice una profunda investigación debe saber en qué se utilizará su dinero, si la ayuda que se entregue a la UNRWA puede beneficiar a los terroristas del Hamas en vez de llegar a la población de Gaza. Llamo todos los países donantes a congelar su apoyo y a exigir una investigación profunda sobre todos los empleados de la organización.»
Una docena de países occidentales se han alineado junto a Estados Unidos (Canadá, Australia, Italia, Reino Unido, Países Bajos, Finlandia, Alemania, Francia, Japón, Austria, Rumania y Nueva Zelanda). Hasta este momento, esos países han bloqueado 500 millones de dólares de ayuda.
El New York Times afirmó en su edición del 29 de enero que en los informes israelíes sobre la presunta participación de empleados de la UNRWA en el ataque del 7 de octubre se habla de un empleado que supuestamente secuestró a una israelí, de otro que habría participado en un ataque contra un kibutz, de un tercer empleado de la UNRWA al que se acusa de haber distribuido municiones y de un cuarto empleado al que se acusa de haber dirigido un depósito de armas. Diez empleados de la UNRWA habrían sido identificados como agentes del Hamas y otro como agente de la Yihad Islámica. Siete de los acusados son maestros que trabajaban en las escuelas de la UNRWA.
En su edición del 29 de enero, el Wall Street Journal afirma que alrededor de un 10% de los empleados de la UNRWA en Gaza mantienen vínculos con el Hamas o con la Yihad Islámica y que la mitad de ellos tienen familiares entre los miembros de esas organizaciones.
Sin embargo, los 12 empleados acusados sólo representan un 0,09% del total de los empleados de la UNRWA en Gaza y un 0,04% del total de empleados de la UNRWA en todo el Medio Oriente. Pese a ello, Eylon Levy, vocero del gobierno de Israel, afirmó rotundamente que «la UNRWA es una fachada del Hamas».
La población de la franja de Gaza ya enfrenta una situación desesperada. Según el vicesecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayudas Urgentes, Martin Griffiths, en Gaza 700 000 civiles palestinos están padeciendo enfermedades contagiosas, principalmente afecciones de la piel, diarreas e ictericias.
En este instante, 1 700 000 civiles palestinos de Gaza viven como desplazados en tiendas de campañas instaladas en terrenos inundados; la mayoría de los 2,2 millones de gazauitas están pasando hambre y ni siquiera tienen acceso al agua potable.
Antes del fin de mes, la UNRWA ya no estará en condiciones de proseguir su actividad.
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