Bautizada con el primer nombre castizo y el segundo propio de la tierra de sus ancestros Susana Shizuco Higuchi nació el 26 de abril de 1950. Castellanizar la identidad se hizo costumbre entre los descendientes de japoneses desde 1934, cuando el gobierno peruano dictó una serie de leyes que impedían su actividad comercial y que legaran herencias a los suyos. Susana fue la última de los cuatro hijos de los Higuchi Miyagawa, una "Shizuco" de carácter inquieto que contradecía el significado de su nombre, "tranquilidad".
Su madre era enfermera. Su padre, Koshio Higuchi, llegó al Perú con la ola de inmigrantes japoneses que se inició en 1899, atraídos por contratos con las haciendas azucareras (dekasegi), o por los "llamados" de parientes y amigos (yobiyose), concertando muchas veces "matrimonios por retrato", casamientos en los que el varón desde Perú elegía a su esposa en Japón por fotografía.
En Perú, Koshio Higuchi cambió su nombre de pila por Tomás. Procedía de la prefectura de Fukuoka, donde era comerciante. En Lima consolidó su posición económica debido a la cadena de recauchutadoras de neumáticos El Sol que estableció en el popular distrito de La Victoria. Susana creció dentro del negocio, trabajando "en el mundo de las llantas desde muy niña ayudando a mis padres".
Se destacó en los estudios secundarios, concluyéndolos a los 15 años en el colegio estatal Señora de la Asunción Gran Unidad Escolar Mercedes Cabello de Carbonera. Cinco años después se graduó como ingeniera civil en la Universidad Nacional de Ingeniería, especializada en hidráulica, sin menguar su colaboración en el negocio familiar, emprendiendo estudios de inglés e informática.
En 1974, a los 24 años, luego de un breve noviazgo de cuatro meses, se casó con Alberto Kenyo Fujimori, que significa "Sol Inteligente", un modesto ingeniero agrónomo 12 años mayor que ella.
Tímido, desarraigado de la comunidad japonesa en Perú, para esa época él se dedicaba a la enseñanza de las matemáticas, una ciencia que le permitió acercarse a Susana con el pretexto de resolver juntos acertijos con los números. Él despertó en ella un sentimiento muy especial por el parecido con un hermano menor fallecido fortuitamente en 1972, el favorito de Susana, su "asesor" y "confidente", que al igual que Alberto no fumaba ni bebía alcohol.
El futuro dictador ha dicho haber nacido el 28 de julio de 1938, Día de la Independencia Nacional de Perú, pero jamás se ha encontrado una partida de nacimiento que lo certifique, desconociéndose el lugar exacto donde vino a este mundo. Campesinos pobres, sus progenitores eran oriundos de Kumamoto, terruño cercano a Fukuoka, de donde provenían los Higuchi, boyantes comerciantes.
El papá del presidente, Naoichi Minami, llegó al Perú en 1919. Fue adoptado por Kintaro Fujimori y mudó su apellido, dedicándose al oficio de sastre. En 1943 viajó al Japón para desposar a Matsue Inomoto con quien, de retorno en el Perú tendría cuatro hijos; Rosa la mayor, Santiago y Pedro, los menores, precedidos por Alberto Kenyo, en honor a un hermano de su madre.
El padre reanudó su profesión de sastre en Lima, pero las cosas le salieron mal, así que intentó sin mayor suerte hacer fortuna plantando algodón en una chacra alquilada en los suburbios de la capital, luego abrió una florería y con su familia probaron también con los neumáticos, razón por la cual conocieran a los Higuchi, muy activos en el ramo hacia 1950.
El matrimonio de Fujimori con Higuchi no contó con la aprobación de los padres de ella, por la pobreza del novio, un pretendiente inferior, en orden a la tradición oriental de las castas.
Empero, la pareja se mantuvo unida durante casi 20 años. Hasta 1990 todo era felicidad: "Alberto y yo nunca peleamos", insistía Susana, que adjudicaba a su esposo querer una docena de hijos; tuvieron cuatro. Invirtiendo el orden de las costumbres, fueron bautizados con el primer nombre japonés y el segundo castizo.
Durante aquel período Susana fue la influencia dominante en la familia y la que financiaba el hogar, abriéndole incluso una cuenta bancaria a su marido para sus gastos personales. Como ingeniera ella tenía mayores ingresos que Fujimori, dedicado a la enseñanza universitaria, al ser profesor de matemáticas recibido en una universidad agraria de Lima La Molina con dos años de especialización suplementaria en la Universidad de Wisconsin de Estados Unidos.
Susana ejercía su profesión en Construcciones Fuji, la empresa que creó a poco de casarse en 1974, dedicada a edificar y vender casas familiares. Ataviada con jeans y pesadas botas, la mujer de frágil apariencia, despertaba al alba para manejar a los obreros. Compraba terrenos, diseñaba y construía viviendas que luego vendía.
El terremoto ocurrido en el Perú en el mismo año de la creación de Construcciones Fuji terminó favoreciendo a los Fujimori. Alberto fue designado por la universidad para supervisar la construcción de aulas prefabricadas en reemplazo de las destruidas y Susana acababa de presentar su tesis sobre construcciones de este tipo, por lo que le fue encomendada la elaboración de los planos. Con el mismo empuje, el matrimonio extendió sus actividades pecuniarias a la enseñanza.
Fundaron la Academia preuniversitaria Wisconsin, para reforzar la preparación de los estudiantes que habían finalizado la formación secundaria con debilidades y aspiraban a ingresar en la universidad. Para Susana fueron tiempos de gran armonía y esfuerzo conjunto, "Alberto era muy tierno, un marido ejemplar, muy cariñoso y condescendiente, aunque extremadamente celoso, por esa época lo compartíamos todo, incluso corregíamos exámenes juntos hasta las 3 de la mañana metidos en la cama".
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