En 1980, me incribí en la conferencia que hizo Hernando Soto. Lo conocía desde mi época juvenil en Minero Perú, liderado entonces por el general Bossio.
Hernando era virginal en negocios y cuando unos ingleses, porque él se creía europeo, le ofrecieron coima por Cerro Verde ¡salió despavorido! Bossio, que lo respetaba, por ignotas razones, lo mandó a la oficina de Minero Perú en Suiza junto a Jaime Aráoz, otro amigo de la farándula. Aráoz fue en mi tiempo de negociador de commodities, un consultor mío. Siempre le faltó cancha. Le estructuré Cormin y la vendió bien a Trafigura a posteriori.
Años después me encontré con Hernando en su “palacio” en la Avenida Benavides con un proyecto y, confidencialmente me dijo que no entraba en cosas prácticas, que su negocio era chupar las ubres de las charity americanas para decir nada. Su gran performance fue adecentar a un impresentable Fujimori después del golpe del 92.
A lo que quiero referirme es que no solamente los empresaurios son el telón sino también los Soto, PPKs y muchos otros, que si se contaran los dedos de la mano, se equivocarían. Son los que ahora salen a la palestra como “economistas visionarios”.
Profesionalmente conocí y con algunos trabajé en años mozos: Javier Silva Ruete, Paco Moreyra (en el BCRP, Banco Central de Reserva del Perú), Manolo Moreyra, Claudio Hertzka (absolutamente brillante), Richard Webb (socialmente comprometido) y claro, como un manchón en esa estructura del BCRP de 1968, estaba PPK.
En el segundo gobierno de Belaunde, por iniciativa de Manuel Ulloa (que no era millonario, sino un bon vivant por su enorme inteligencia) traje a un coloso económico en los 80s, Henry Jarecki, que después de haber sido el decano de psiquiatría en la Universidad de Yale, se arriesgó en el oro y llegó a manejar un 80% del movimiento de este metal en Estados Unidos. Cuando nos reunimos con PPK en el MEF, por dos horas, a la salida le pregunté ¿qué te parece PPK? Y me dijo simplemente: a pompous idiot, y nos fuimos de diversión.
PPK fue calificado en los 80 como lo que es ahora.
En 1968 PPK como aspirante bobo, fue nombrado “a la salida” y firmó una compensación increíble a la IPC. Resultado: a las dos semanas, mi novia Cecilia, lo sacó del Peru llevándolo a Tumbes, lo sube a la avioneta y allí ¡se orinaba de miedo!
La real economía, como propuesta muere con Manolo, con Javier, con la conformidad de Claudio, Richard, Hurtado y otros silentes y/o equivocados.
Los economistas que ahora salen en televisión son papel para borrador, comparativamente. Todos son corifeos, quizás Iguíñez se libra, porque Roel (magnífico) murió. Salvo a Velarde en el BCRP, parece que en su reducto (el BRCP, siempre fue, a pesar de muchos, una única oficina exitosa en el largo plazo, después de la Universidad de Lima de Pinilla y Cueto junto con el BCRP fueron mi alma máter)
¿Ahora? Nada ¡carajo! Son los economistas actuales, forenses y fandulescos, quieren hacer del Perú una absurdocracia.
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