¿Qué haría usted si viera a Manuel Belgrano, a Santucho, a Artigas, a José de San Martín, a Agustín Tosco marchar en Plaza de Mayo? Como Simón Bolívar, como el Che, como Mariano Moreno, las Madres de Plaza de Mayo también son próceres. Una sola diferencia las distingue de los demás: ellas están vivas. Aún palpitan de sueños sus corazones. Son ágiles y activas. Desde el miércoles 25 hasta las 18 horas del jueves 26 de enero, las Madres de Plaza de Mayo realizaron la 25º Marcha de la Resistencia, esta vez bajo la consigna "1500 jueves de resistencia y lucha contra el hambre que es un crimen”. Las Madres resolvieron hacer su Marcha de la Resistencia en enero, y no en la primera semana de diciembre como es habitual, para coincidir la actividad con los 1500 jueves ininterrumpidos de presencia en Plaza de Mayo. Además, anunciaron que esta fue la última Marcha de la Resistencia y decidieron dedicarla “a los 30 mil hijos luchadores, y a todos los trabajadores y trabajadoras de las fábricas y empresas recuperadas”.

La jornada se inició puntualmente, a las 6 de la tarde del miércoles, cuando desde los parlantes de la radio abierta comenzaron a sonar las estrofas de La Internacional, que se repitió varias veces y también luego del último punto y aparte del discurso de Hebe de Bonafini.

Si bien las Madres manifestaron que ésta sería la última Marcha de la Resistencia, durante la jornada de 24 horas en Plaza de Mayo no hubo clima nostálgico, ni de despedida. Todo lo contrario. Mientras las Madres y los miles de compañeros que marcharon junto a ellas circulaban sin parar alrededor de la Pirámide, comenzaba a emitir sus primeras palabras la flamante radio propia de las Madres, en el AM 530 del dial, que transmitió en vivo para todo el país durante la marcha, desde la Plaza de Mayo. El jueves 26, incluso, se emitió entre las 7 y las 11 de la mañana el primer envío de un noticiero latinoamericano que estará en el aire en forma sucesiva a partir de los próximos días.

Una grilla maratónica de artistas solidarios en dos escenarios paralelos, como en los mega festivales de rock, impidió el abatimiento y matizó el cansancio de las 24 horas seguidas de caminata. El primero en actuar fue León Gieco y la última, la agrupación de murga uruguaya Falta y Resto. En el medio compartieron su arte Víctor Heredia, Teresa Parodi, Horacio Fontova, Liliana Vitale, Mancha de Rolando, y Raúl Barboza, entre muchos otros. También fue pintado un mural inspirado en las 25 Marchas de la Resistencia. Las actividades artísticas, sin embargo, no interrumpieron ni por un momento la continua marcha alrededor de la Pirámide.

Asimismo, la Marcha tuvo un contexto profundamente político y reflexivo. Promediando la segunda jornada, en el amanecer del jueves 26, las Madres propiciaron un debate entre los asistentes, que se reunieron para intercambiar opiniones y pensamientos acerca de la historia de lucha de las Madres de Plaza de Mayo. Entre las 8 y las 11 de la mañana, la actividad denominada “Mate y debate” volvió aún más importante la participación en la marcha de las varias decenas de compañeros que se encontraban a esa hora en la Plaza, la gran mayoría de ellos activos durante toda la madrugada.

La Marcha contó con la adhesión de no pocas organizaciones políticas y sociales. Movimientos de desocupados y fábricas recuperadas por sus trabajadores y puestas a producir sin la potestad de ningún patrón. Intelectuales y obreros, mensajes solidarios de personalidades latinoamericanas y de organizaciones políticas del continente. Y el acompañamiento silencioso y militante de cientos de mujeres y hombres no agrupados políticamente, pero con honda voluntad transformadora. Entre las banderas podían verse las del Comedor Los Pibes de La Boca, el MTD Evita, Barrios de Pie, Quebracho, PC (CE), Movimiento 26 de Julio, los anarquistas del Periódico En la calle, MTD de La Matanza, Martín Fierro, Resumen Latinoamericano, CAS (Centro de Actividades Sociales de La Boca), HIJOS (Zona Oeste) y Textiles Pigüé (en el M.N.E.R.).

Tras la caminata de 24 horas seguidas, comenzaron los discursos, que fueron cuatro en total, más el de Hebe de Bonafini. Tres obreros de fábricas recuperadas por sus trabajadores y puestas a producir por ellos mismos: Gerardo Pensavalle, de la Cooperativa B.A.U.E.N.; Rubén “Tibu” Núñez, de la Fábrica productiva y cultural de Villa Domínico, y Cándido González, de la Imprenta Chilavert. También dio un mensaje el compañero Javier Arjona, del Grupo de Apoyo a las Madres, de Asturias. El final estuvo a cargo, como siempre, de la Presidenta de la Asociación.

Con voz afónica y firme, y por eso mismo conmovedora, Hebe de Bonafini señaló que ésta sería la última Marcha de la Resistencia porque “el enemigo no está más en la Casa de Gobierno. El enemigo habita en las multinacionales, el enemigo es el imperialismo, el enemigo es Menem, son los que traicionaron, los mafiosos como Duhalde, los enemigos están en otro lugar”. Sin embargo, dejó en claro que “los jueves van a seguir porque faltan muchas cosas conseguir; las Madres pensamos que es un momento de construir, no todo está mal ni todo está perfecto”.

Una vez concluido el discurso de Hebe, volvió a sonar La Internacional, marcha emblemática que acompañó el descenso de Hebe del escenario y los primeros pasos de la caminata final, por Avenida de Mayo.