La Comuna San Jacinto, fundada hace 64 años, es la más grande de la provincia de Pastaza: alberga a 30 comunidades o recintos, con un aproximado de cuatro mil habitantes, en su mayoría descendientes quichuas.

Los comuneros se dedican a la tala de la madera, a las artesanías, a la producción agropecuaria y al turismo. Sin embargo, debido a las corruptas administraciones anteriores, especialmente la dirigida por Héctor Villamil (que todavía no justifica qué hizo con los diez mil dólares que recibió hace tres meses de parte del Ministerio de Bienestar Social), San Jacinto sufre una crisis organizativa, política y económica, que no le permite desarrollarse a plenitud.

A pesar de este panorama, se avizoran mejores días para los comuneros: hace pocas semanas, Telmo Rodas, quien lideró la Comisión de Fiscalización para desenmascarar las irregularidades de Villamil, ganó la presidencia de la comuna.
Y lo hizo con un importante apoyo de la juventud de San Jacinto, que ya cansada de la politiquería de anteriores dirigentes, decidió apoyar un proyecto auténticamente popular y participativo, que privilegiará proyectos de producción, desarrollo educativo, fomento del turismo y capacitación de nuevos líderes.

“Todos estos ejes de acción están sustentados en un Plan de Desarrollo Estratégico Comunitario, que será viable, porque trabajaremos sin exclusiones, con las 30 comunidades, y en forma honesta, transparente y con decisión”, señala Telmo Rodas, quien mantiene una posición política progresista, soberana y patriótica.

Un desafío fundamental para esta nueva directiva, guiada por el pensamiento de la izquierda revolucionaria, será conseguir la unidad de las diferentes comunidades, su consolidación, que se resquebrajó por los intereses personales y de grupo de las anteriores administraciones. “Una de nuestras primeras actividades será visitar cada uno de los 30 recintos, dialogar con sus representantes, conocer sus aspiraciones y, juntos, trabajar por el desarrollo de San Jacinto”, sentencia Telmo Rodas.