El Weekly Standard revista semanal del tentacular grupo Murdoch propone la privatización de la CIA, en su edición correspondiente al 5 de febrero de 2007. Según el periodista Michael Rubin, a pesar de los importantes medios de los que la CIA dispone, la agencia de espionaje estadounidense solamente produce análisis mediocres, incluso erróneos. Para Rubin, la privatización parcial de la CIA y su apertura a la competencia permitiría dinamizarla conforme al modelo de lo que hizo la NSA [Nacional Security Agency] mediante la privatización de una de sus ramas, denominada SAIC.

Lo que no dice el semanario de los neoconservadores es que la NSA privatizó la SAIC precisamente antes de ser inspeccionada por una comisión parlamentaria y para poder escapar al control del Congreso de Estados Unidos. Al mismo tiempo, el Weekly Standard presenta a su periodista Michael Rubin como ex colaborador del Departamento de Defensa sin precisar que Rubin trabajaba en el seno de una estructura de inteligencia, la Oficina de Planes Especiales (Office of Soecial Plans), creada también para escapar al control del Congreso.

La realidad es que una verdadera ola de pánico se ha desatado dentro de la CIA luego de la elección de John D. Rockefeller IV como presidente de la Comisión senatorial encargada de los servicios de inteligencia. Este parlamentario demócrata, heredero de la dinastía Rockefeller, es el patico feo de la familia. Tan célebre por su capacidad para burlarse de sí mismo como lo fueron antes su abuelo y sus tíos por su arrogancia, John D. Rockefeller IV se ha destacado como defensor de los intereses de los obreros de las minas de carbón y por su lucha contra la OMC. Se dice que el nuevo presidente de la Comisión senatorial encargada de los servicios de inteligencia ha decidido poner de patitas en la calle a todos los funcionarios de este órgano y sustituirlos por competentes investigadores. Parece además que el hombre tiene informantes dentro de la CIA y que tiene la intención de impedir que se repitan, en el caso de Irán, la desinformación y las manipulaciones que la CIA encubrió en el caso de Irak.