Pero la mano de obra necesaria para talar los montes, es muy escasa. La mayoría de los equipos que aun perduran y a duras penas pueden subsistir, están formados por personal extranjero, en su gran mayoría de origen paraguayo.

¿Cuál es la razón de esta escasez de mano de obra para hacer montes? Algunas investigaciones indican, en primer lugar, el éxodo masivo de la juventud oriunda de las islas. En segundo lugar, la falta de infraestructura que afecta a todo el delta. Solo basta hacer una visita a la Isla Martín García, la cual recibe una gran cantidad de turismo, para ver con sorpresa un hospital que solo tiene médicos un par de días por semana, una iglesia que no tiene sacerdote y que para cumplir los servicios religiosos debe apelarse a la buena voluntad del sacerdote de una iglesia de islas vecinas Ahí, como en muchos otros lugares del delta, queda a la vista la realidad descarnada de una zona olvidada por los funcionarios de turno.

Otro factor muy importante es que un obrero que trabaja doce a dieciséis horas por día en la dura tarea de hacer montes, cobra por su trabajo un salario mensual que oscila entre los $800 y $1.000. Por ese motivo, muchos isleños deciden trasladarse a otros sitios donde puedan acceder a una mejor calidad de vida y obtener mejores salarios. Un claro ejemplo de eso es que un barrendero de Gualeguaychú cobra, por ocho horas de trabajo mucho mas liviano, alrededor de $1.400. Los resultados están a la vista, no hay isleños nativos que deseen dedicarse a trabajar en la explotación forestal de nuestro delta.

Además, a todo eso se suman los bajos precios por la madera producida y la falta de seguridad que también ha llegado al delta y, en este último aspecto, ya es muy frecuente que los productores forestales, por las grandes extensiones y distancias de que estamos hablando, sufran continuos robos tanto de efectos personales como de sus montes.

El delta argentino posee un potencial económico muy grande Esta allí latente, a la espera de que se pongan en marcha proyectos relevantes y sustentables para mejorar la infraestructura de nuestras islas, la cual está a minutos de la capital federal, y se empiece a pensar que si no estamos muy atentos pasará como tantos otros bienes a manos extranjeras.

Un ejemplo de ello son algunos cotos de caza privados donde concurre el turismo internacional y se practica la caza, sin control oficial, de especies en extinción como el carpincho y el ciervo de los pantanos.

Se han formado algunas cooperativas de artesanos, pero sus micro economías son una gota de agua dulce en el mar, ante la inmensidad del delta y todo su potencial.

El potencial maderero que está a la espera de ser explotado, considero que debería ser tenido muy en cuenta por los funcionarios que tienen bajo su órbita la gestión económica de dicha zona tan olvidada por todas las gestiones de gobierno.

Otra vez el agua

Ante el desborde mediático de los daños que esta produciendo el desborde de los ríos en la mesopotamia, en especial el desastre natural del desborde el río Paraná, lo cual podemos apreciar, ya no con tanta relevancia en los noticieros de la televisión, pero el agua sigue avanzando hora a hora metro a metro.

Se ha realizado una investigación sobre las posibilidades de inundaciones que producirá esta creciente, en especial del citado río Paraná. Las inundaciones que ya ha generado miles de evacuados y daños materiales considerables, ya ha asestado un duro golpe a las economías regionales por donde va pasando.

Nadie puede desconocer que ante la depresión de los precios de la carne, las restricciones a las exportaciones de dicho producto, la falta de un verdadero proyecto ganadero para superar los problemas que se generan con el tema de la carne vacuna, han generado un incremento desmedido del área sembrada de soja.

Ante esta situación de nuestro campo, la soja desalojo al ganado, el cual fue desplazado a la zona de islas, pero la llegada vertiginosa de la inundación no da posibilidad de retirar el ganado de manera eficaz, razón por la cual ya se pueden contabilizar más de 200.000 cabezas de ganado vacuno.

El peligro de una inundación realmente muy grave esta latente y se espera su pico máximo para dentro de 15 días en la zona de la tercera y segunda sección del delta.

Según la información obtenida se calcula que la altura máxima de la creciente estará en los 4,50 metros, y que esta creciente tal vez pueda llegar para quedarse un tiempo superior a la del año 82, la cual duró mas de dos años, según informes recibidos de fuentes confiables, esta creciente y la inundación resultante, podría llegar a mantener amplias extensiones por un tiempo que podría ser de cuatro a cinco años.

No cabe ya ninguna duda que la economía del delta se verá seriamente afectada, se pierden viviendas, efectos personales, plantaciones, animales de granja, se terminaría con la apicultura zonal, las perdidas son incalculables.

Pero los isleños estoicamente, como es su costumbre, por llevarlo ya incorporado en su sangre, aguardan confiando en la mano de Díos, ya que de otros sectores difícilmente reciban la tan ansiada ayuda, es la ley de la isla, el hombre trabaja y el río destruye.

Es el mayor deseo de todos los que conocemos la zona del delta que mientras dura la llegada de agua de los bravos ríos, no se presenten vientos del sector sur este o sur, en el estuario del Río de la Plata, a efectos de que no se produzcan las desbastadoras inundaciones en las zonas ribereñas de Tigre y San Fernando.

No se pudo constatar que se este a nivel de las municipalidades o de defensa civil, realizando preparativos para lo que viene inexorablemente avanzando sobre el delta y la zona norte del gran Buenos Aires.

Un párrafo aparte merece hacer mención a la onda preocupación que están enfrentando los habitantes y empresarios ganaderos de la zona oeste de nuestra provincia, ya que el Río V, en esta zona también se espera una inundación muy grande y esta asestará un golpe muy dura a todos los productores rurales. Merece destacarse que ya hace algunos años se sufrió una inundación muy grande generada por el citado río, se hicieron muchas promesas para que se terminara con el peligro latente del Río V, pero terminada las inundaciones, todo quedo en el olvido, las promesas electorales, los fervientes discursos de los gobernantes, todas las promesas quedaron sepultadas bajo cosechas tras cosechas…..se olvidaron del río, hoy les dice señores…. aquí estoy para recordarles que la madre naturaleza te da riquezas, pero también te las quita,… los vecinos y productores del oeste también están muy preocupados por el agua.

Si hoy la canasta familiar esta monitoreada por los radares polémicos, ya que esta por las nubes, no quiero ni siquiera pensar el alza de precios que se puede generar en un lapso de tiempo no muy distante.

Es de esperar que el peligro que amenaza al delta sea tomado con la delicadez y premura que requiere un problema tan grave como es la posible perdida de vidas humanas y de recursos naturales y rurales valuados en cifras millonarias de varios cientos.

Es de esperar que Díos ilumine a los funcionarios que deben tomar urgente previsiones con respecto a esta catástrofe natural, imposible de detener pero si de prever, cumpliendo la fundamental función de acompañar y velar por la vida y los bienes de los habitantes de esta zona de nuestro bendito país.

# Nota publicada en la Agencia de Noticias ANDA