El 8 de octubre se recuerda el combate naval de Angamos ocurrido en 1879, que es uno de los hechos bélicos más importantes en la historia del Perú, que por casualidad también fue miércoles como los es este año. Este combate naval tuvo relevancia mundial en su momento por ser el primer enfrentamiento entre buques blindados desde la batalla naval de Lissa de 1866. Por esas casualidades, ese día también es un aniversario más de la Marina de Guerra del Perú, fundada en 1821 por el Protector del Perú José de San Martín.

La comisión del Huáscar
Sobre el combate de Angamos mucho se ha publicado en Perú, pero algunas nada favorables a Grau. El Presidente Mariano Ignacio Prado publicó su Manifiesto en New York en agosto de 1880 que Grau insistió a Prado por salir a la expedición que sería la última del Huáscar bajo bandera peruana. Posteriormente, se publicó lo mismo de Grau en los Manifiestos de Luis La Puerta, José María Químper y en 1884, en la Narración Histórica de la Guerra de Chile contra Perú y Bolivia del intelectual Mariano Felipe Paz Soldán, todos basándose en el Manifiesto de Prado, pero no era cierto.

El historiador Rubén Vargas Ugarte fue el primero en demostrar que el Huáscar salió de Arica el 30 de septiembre de 1879 con Instrucciones definidas por el Supremo Director de la Guerra Mariano Ignacio Prado, siendo la principal el torpedear al blindado chileno Blanco Encalada que se creía estaba en mantenimiento en Tocopilla, pero la claridad de la Luna estorbó el plan y ni se usaron los torpedos (1). También Gustavo Pons Muzzo expresó que las instrucciones de Prado negaban la versión de que la última expedición del Huáscar era un capricho de Grau (2). Posteriormente, el historiador Jorge Basadre en la 8ª edición de su obra Historia del Perú aceptó que la última expedición del Huáscar fue iniciativa de Prado. En los últimos años, los historiadores navales Jorge Ortiz, Francisco Yábar y Melitón Carvajal reproducen y abordan con más detalle las Instrucciones de Prado en la última expedición del Huáscar.

El Combate
En la madrigada del 8 de octubre, el Huáscar reconoció el fondeadero de Antofagasta y a la salida del puerto se reunió con la corbeta Unión e hicieron rumbo al norte para regresar a Arica, pero a las 3:15 AM avistaron 3 humos que venían del norte. Se trataba de la 1ª División naval chilena, al mando del capitán de navío Galvarino Riveros, que también era Comandante en Jefe de la escuadra chilena, compuesta por el blindado Blanco Encalada, buque insignia, la cañonera Covadonga y el transporte Matías Cousiño, este último, carbonero de la escuadra chilena. Los buques peruanos cambiaron de rumbo al suroeste y luego, nuevamente al norte, para evadir a los buques chilenos. La corbeta Unión se interpuso entre el Huáscar y los buques chilenos para distraerlos, mientras el Huáscar se retiraba al norte. Al mismo tiempo, el Matías Cousiño se retira en dirección a Antofagasta, aunque luego hace rumbo a Mejillones.

Hacia las 5:40 AM, con la división chilena un poco alejada, Grau ordena disminuir el andar, mientras la Unión, que estaba a una distancia de entre 5 a 7 mil metros de los buques chilenos, permanece al lado del Huáscar.

A las 7:15 AM se reconocen otros 3 humos que venían del noroeste. Esta era la 2ª División naval chilena, al mando del capitán de fragata Juan José Latorre, reputado marino tras los combates de Chipana e Iquique del 12 de abril y 10 de julio respectivamente, cuando era comandante de la cañonera Magallanes. Está división estaba conformada por el blindado Cochrane, la corbeta O’Higgins y el transporte artillado Loa. En este momento, el Blanco Encalada aumentó su andar a 10 nudos (3).

La Unión pasa de babor a estribor del Huáscar y luego avanzó al norte. El 2° comandante de la corbeta peruana, Juan Salaverry, escribió al respecto:

…fue entonces que dando mayor andar a la Unión pasó por el costado de estribor y a toca penoles del Huáscar, distinguiendo perfectamente las personas del Contralmirante Grau, la de su Segundo Elías Aguirre y Teniente Garezón, sin que en ese momento, casi al habla, ni en ningún otro, recibiéramos orden del Almirante. Siguiendo de esta suerte nuestro rumbo al Norte, pasando delante del Cochrane a 400 metros de distancia (apreciados por micrómetro), con una velocidad de 13 millas; momentos en los cuales la O’Higgins que traía rumbo este, lo cambió al nordeste, con el intento de cruzarnos (4).

La O’Higgins y el Loa se van a perseguir a la Unión.

A las 9:40 AM, el Huáscar afianzó su pabellón y abrió fuego sobre el Cochrane con sus cañones de la torre giratoria a mil metros de distancia. La primera andana pasó por alto, pero en la segunda, un proyectil rebota en el mar e impacta en la amura de estribor del Cochrane, penetra en la cocina, causa destrozos y cae en la cubierta sin estallar. Cuando el Cochrane está a 200 metros del Huáscar, abre sus fuegos con los cañones de proa y centro de estribor, un tiro pasa por alto pero el otro impacta en el castillo y arroja al mar el mascarón de proa (5).

Muy pronto el Cochrane hizo tiros certeros. Uno perforó el blindaje debajo de la torre giratoria y estalló dentro, sacando a 12 hombres fuera de combate; según el aspirante Federico Sotomayor, las astillas se introdujeron entre las ruedas de la torre, entorpeciendo sus movimientos (6). Otro cortó el guardín de babor de la rueda de combate y se empezó a gobernar con aparejos; un cambio de estación de gobierno en el Huáscar demoraba de 5 a 10 minutos, tiempo en el cual el buque quedaba sin gobierno y caía a estribor (7). Una granada impacta en la esquina superior derecha de la torre de mando, estalla y mata al contralmirante Miguel Grau y a su ayudante, teniente 1° Diego Ferré, que estaba en el departamento de la torre, al lado de la rueda de combate, comunicándose con Grau a través del enrejado del piso de la torre de mano. La hora de la muerte de Grau ha sido calculada a las 10 AM por el historiador naval Melitón Carvajal, basado en el parte de su abuelo del mismo nombre, que era Mayor de Órdenes de la 1ª División naval, pero nunca se ha recordado la muerte de Grau a esa hora; en decreto supremo del 29 de septiembre de 1924 dispuso que se guardase silencio entre las 9:55 y 9:57 AM y el decreto supremo del 27 de septiembre de 1979, estableció las 9:50 AM se guarde un minuto de silencio en todo el país, teniendo estos decretos sólo vigencia en su año de promulgación, pero hasta ahora se guarda un minuto de silencio a las 9:50 AM.

A las 10:20 AM cae el pabellón peruano al suelo porque los tiros de ametralladoras del Cochrane cortaron la driza. El blindado chileno suspende momentáneamente los fuegos, pero cuando un nuevo pabellón vuelve a flamear, reanuda el combate. Al mismo tiempo, llegan el Blanco Encalada y la Covadonga al escenario de combate. A 200 metros de la aleta de estribor, el Blanco Encalada abre fuego, quedando el Huáscar entre dos blindados, ambos muy superiores. El Huáscar dirigió sus fuegos al Blanco Encalada y viró para espolonearla, pero el blindado chileno evadió el ataque. Luego, según el parte oficial de Carvajal:

En estas circunstancias, el que suscribe, que se encontraba al costado del cañón derecho de la torre, fue herido por los destellos de una bomba que penetró en la torre y estalló dentro de ella, e imposibilitado para continuar apreciando por sí mismo las demás circunstancias del combate, fue conducido a la sección de la máquina, donde se le prodigaron las atenciones que su estado exigían (8).

Esa explosión dejó inhabilitado el cañón derecho de la torre giratoria. El mando del Huáscar lo asumió el capitán de corbeta Elías Aguirre.

Otra granada del Cochrane atravesó la cámara de oficiales y el departamento de cámaras, dañó seriamente a la estación de gobierno de emergencia, mató a la gente que operaba los aparejos, dando un amplio giro a estribor (9). Latorre, comandante del Cochrane, escribe en su parte que el Huáscar “ …describió un amplio círculo y puso resueltamente proa al Cochrane” (10). Esta maniobra del Huáscar no parece posible porque acababa de quedar sin gobierno, fue mas bien en este período que el Cochrane (11) y el Blanco Encalada (12) intentaron espolonear al Huáscar. Ambos blindados chilenos disparaban fuego de cañones, fusilería y ametralladoras; el Huáscar respondía, dentro de sus limitaciones, con los cañones operativos y la ametralladora de la cofa. De los 4 operarios de la ametralladora Gatling de la cofa del Huáscar, 3 murieron y el cuarto cayó sobre cubierta (13).

Una granada penetra en la torre giratoria y mata o hiere a todos los que se encontraban en ella. De Aguirre sólo se encontraron sus restos, con la parte superior de la cabeza desaparecida, como también su hombro y brazo derecho (14). El teniente José Melitón Rodríguez perdió la cabeza. También quedó gravemente herido el teniente Palacios y el Huáscar quedó sin gobierno por tercera vez. Fue en esos momentos que el mando del Huáscar lo asume el teniente 2° Pedro Garezón, que con los 3 oficiales que quedaban, acordaron hundir al Huáscar. El ingeniero MacMahon nos narra en su parte lo siguiente:

…recibí orden personal del alférez de fragata Ricardo Herrera para abrir las válvulas y echar el buque a pique, cuya orden la ejecuté en el acto, con toda la actividad y deseos posibles, sacando todos los heridos de abajo. Después de esto, tuve que parar la máquina para sacar las puertas de los condensadores; pero no tuve tiempo suficiente para concluir de sacarlas, pues fuimos abordados y tomados prisioneros; en este momento más iba a a comenzar a entrar agua por los agujeros de las bombas enemigas y el buque se hubiera ido violentamente a pique. Yo y el segundo ingeniero fuimos amenazados con revólver al pecho, diciéndonos que moviésemos la máquina y sacásemos el agua; nosotros rehusamos el hacerlo por ser prisioneros de guerra, pero nos dijeron que los prisioneros del Rímac habían sido forzados a entregar la máquina bien y nosotros teníamos que hacerlos o pena de morir (15).

Al respecto, Pedro Garezón narra lo siguiente:

Eran las 11:10 AM cuando se suspendieron los fuegos del enemigo. El buque principiaba ya a hundirse por la popa, y habríamos conseguido su completa sumersión, si la circunstancia de haber detenido el movimiento de la máquina no hubiera dado lugar a que llegaran al costado las embarcaciones arriadas por los buques enemigos, a cuya tripulación no nos fue posible rechazar por haber sido inutilizadas todas las armas que teníamos disponibles. Una vez a bordo los oficiales que las conducían, obligaron a los maquinistas, revólver en mano, a cerrar las válvulas cuando ya teníamos 3 pies de agua sobre la sentina y esperábamos hundirnos de un momento a otro; procedieron activamente a apagar los varios incendios que aún continuaban y nos obligaron a pasar a bordo de los blindados junto con los heridos (16).

Aclaraciones técnicas
El parte de Garezón lleva a la confusión de que el Huáscar tuviera un sistema de inundación, porque llama válvulas a las tapas de los condensadores. Para inundarlo había que para las máquinas, desconectar de los condensadores la entrada de agua de mar inyectada por las bombas de circulación, cuya aspiración era mediante una válvula de fondo tipo Kingston (17). Lo que hizo MacMahon fue destapar los condensadores para verter el agua directamente en la sentina de máquinas, pero no logró destaparlos del todo como dice en su parte, además que esperaba la entrada de agua por los agujeros hechos por las bombas.

Un mito que ha existido es de que el Huáscar no tenía bombas Palliser, pero revisando el Diario de Bitácora del Huáscar, este las tuvo a bordo desde el 17 de junio (18). El que tuviera o no proyectiles Palliser no sería determinante para que el Huáscar saliera airoso contra uno los blindados chilenos. El teniente norteamericano J. F. Meiggs, de la fragata de guerra Pensacola, realizó un cuestionario a los oficiales del Cochrane, y la pregunta 9 es específica a lso proyectiles Palliser:

¿Cuál fue el efecto en la coraza del blindado del tiro del cañón de 10” del Huáscar?
RESPUESTA.- La granada Palliser del cañón de 10” del Huáscar, fue disparada a 600 yardas (548 metros) e impactó nuestra coraza de 6” con un ángulo de incidencia de 30°. La perforó 3”, aflojó remaches, y el almohadillado interno, y rompió un bao. Probablemente la granada se rompió (19).

Como se ve, ni con proyectiles Palliser el Huáscar tenía oportunidad alguna contra los blindados chilenos, pues un tiro del Huáscar chocó contra un sector del blindaje que era de 6 pulgadas y no de 9 como en el resto, pero aún así no pudo perforarlo. Los blindados chilenos eran superiores en artillería, velocidad e inclusive practica de tiro, pues los artilleros habían estado en constantes practicas por 14 meses (20), mientras los artilleros del Huáscar, recién desde junio.

Hay un error generalizado cuando al Huáscar se le llama Monitor, pues no lo era, su diseño era bajo las ideas de Cowper Coles y no las de Ericsson. Era un turret ship tal como lo demostró Jorge Grieve (21). Es más, revisando las Memorias de Marina de 1868, 1874 y la Memoria de la Comandancia General de Marina de 1878, esta última preparada por Miguel Grau, leemos que lo llaman “vapor de torreón blindado”. La prensa lo llamó Monitor desde esa época y como tal quedó arraigado en Perú y Chile, siendo imposible cambiar tal denominación.

Referencias
(1) Rubén Vargas Ugarte. 1971. Historia General del Perú, T. X, pp. 36-37.
(2) Jacinto López, Historia de la Guerra del Guano y el Salitre, prólogo y notas de Gustavo Pons Muzzo, pp. 302-304.
(3) Archivo Histórico de la Armada de Chile. Diario de Bitácora del blindado Blanco Encalada (miércoles 8 de octubre de 1879, de 4 a 8 AM).
(4) Juan Salaverry, Carta sobre el Combate de Angamos, en: Alejandro Montani. 1907. Artículos Militares.
(5) Melitón Carvajal Pareja, Historia Marítima del Perú, T. XI, Vol. 2. p. 510.
(6) Carta de Federico Sotomayor del 8 de octubre de 1879, en: diario El Peruano, 17 de octubre de 1879.
(7) Carvajal, Ob. Cit., pp. 817 – 818.
(8) Parte oficial de Melitón Carvajal, en: diario El Peruano, 3 de noviembre de 1879.
(9) Carvajal, Ob. Cit., pp. 515 – 517.
(10) Parte oficial de Juan José Latorre, en: Riveros, Galvarino. 1884. Angamos, Refutación de los cargos hechos al Jefe de la Escuadra i comandante del blindado Blanco Encalada, apropósito de su participación en ese combate, pp. 74 – 80.
(11) Parte oficial de Juan José Latorre.
(12) Parte oficial de Galvarino Riveros, en: Boletín de la Guerra, pp. 367 – 368.
(13) Carta de Federico Sotomayor.
(14) Mason, Theo. 1883. War between Chile, Peru and Bolivia, en: Review of Military and Naval Affairs, Vol. II, May 1880, pp. 553 – 574.
(15) Parte oficial de Samuel MacMahon, en: diario El Peruano, 3 de noviembre de 1879.
(16) Parte oficial de Pedro Garezón, en: diario El Peruano, 3 de noviembre de 1879.
(17) Carvajal, Ob. Cit., pp. 818 – 819.
(18) Archivo Histórico de la Armada de Chile. Diario de Bitácora del Huáscar (martes 17 de junio de 1879, de 12 a 4 PM).
(19) Meiggs, J.F., en: Proccedings of the U.S. Naval Institute. N° 19, Vol. VI, pp. 295 – 300.
(20) Meiggs, Ob. Cit., pp. 295 – 300.