Luego que el semanario satírico francés Le Canard enchaîné (El pato encadenado) revelara en su edición del 10 de octubre de 2007 que la ministro francesa de Economía, Finanzas y Empleo, Christine Lagarde, redacta en inglés las notas que dirige a sus colaboradores y exige que estos hagan lo mismo, el diputado de Seine-Saint-Denis, Jean-Pierre Brard, se dirigió a la ministro en inglés durante una sesión de consulta en la Asamblea Nacional francesa, el martes 16 de octubre.
El incidente fue rápidamente ridiculizado por la prensa francesa, que trató de presentarlo sólo como una simple broma. Por su parte, la presidencia de la Asamblea Nacional decidió retirarlo del acta oficial argumentando que el francés es el único idioma oficial de la República.
En realidad, la esencia de la cuestión que planteó el diputado Brard es mucho más seria. Como ya revelamos anteriormente desde estas mismas columnas, Christine Lagarde –muy cercana a Dick Cheney y Zbigniew Brzezinski – fue responsable del Center for Strategic & International Studies (CSIS).
Lagarde representa los intereses de la industria estadounidense en el seno mismo del gobierno francés y obliga a sus subordinados del ministerio francés a trabajar en inglés para facilitar la subordinación de la administración francesa a los intereses antes mencionados.
[1] «Con Christine Lagarde, la industria estadounidense entra al gobierno francés» Red Voltaire, 29 de junio de 2005.
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