Bajo el título Héroes por casualidad, un informe de los servicios del Instituto de las Reales Fuerzas Británicas subraya que las fuerzas franco-británicas se adaptaron bien a la situación libia a pesar de su mala preparación para ella.
La guerra de Libia no se parece a las de Afganistán e Irak, que se basaron en la cantidad de fuerzas terrestres, sino a la de los años 1990, en la ex Yugoslavia, cuyo componente fundamental fue la fuerza aérea. Las fuerzas franco-británicas, tanto aéreas como navales, se agotaron rápidamente y no habrían podido soportar un mes más de operaciones (lo que obligó al Estado Mayor a lanzar el ataque contra Trípoli a finales de agosto, sin entrar a considerar el posible costo humano de la acción). El vasto despliegue marítimo de los aliados estuvo mal coordinado y habría resultado muy vulnerable si los libios lo hubiesen atacado.
El hecho es que, al planificar la operación, se subestimó la capacidad de resistencia de los libios y –a pesar de la denominación Protector Unificado– hubo cierta desorganización entre sus participantes, lo cual hubiese podido costar muy caro si la Yamahiriya se hubiese mostrado más ofensiva.
Aunque muchos datos siguen siendo confidenciales, el mencionado informe confirma varios aspectos importantes, como:
• El presidente francés Nicolas Sarkozy ordenó a las fuerzas francesas que se lanzaran al ataque antes de lo previsto por los demás participantes en la operación.
• Franceses y británicos compartieron los datos de inteligencia que tenían en su poder, pero los ocultaron a los demás miembros de la operación (exceptuando, claro está, a Estados Unidos).
• Fuerzas especiales estaban desplegadas en tierra desde el 23 de febrero para evacuar a los ciudadanos de los Estados que iban a conformar la coalición (a pesar de que la resolución 1973 no se adoptó hasta el 17 de marzo.
• Fueron las fuerzas estadounidenses las que destruyeron las tres cuartas partes del sistema libia de defensa antiaérea.
• Los helicópteros se utilizaron con mucha prudencia, solamente cuando se había producido una preparación anterior del terreno mediante bombardeos. De todas maneras los Estados mayores no podían utilizarlos en operaciones de ataque en un territorio tan vasto.
• La Royal Navy experimentó que éxito el uso de helicópteros Apache desde un portahelicópteros.
• Las Fuerzas Especiales franco-británicas sirvieron esencailmente para dirigir a los rebeldes que no tenían formación militar. Al no ser lo suficientemente numerosas para garantizar esa tarea, recibieron ayuda de las Fuerzas Especiales egipcias y, en menor medida, de las Fuerzas Especiales de Jordania.
• En mayo, Túnez aceptó facilitar la apertura de un centro de inteligencia, en su territorio, en la isla de Djerba.
• Francia, con la ayuda de Qatar, equipó a los rebeldes con armamento de la OTAN.
Accidental Heroes. Britain, France and the Libya Operation, por Michael Clarke, Malcolm Chalmers, Jonathan Eyal, Shashank Joshi, Mark
Phillips, Elizabeth Quintana y Lee Willett, Royal United Services Institute (RUSI), octubre de 2011, 13 p, 1,4 Mo.
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