El militarismo inglés no quiere que muera su tradicional imagen de poderío y colonialismo que significaba su marina, sobre todo durante su período colonial del tristemente famoso imperio inglés que avasalló y colonizó pueblos usando la fuerza bruta. Es con está misma lógica equivocada y en pleno siglo XXI que la Navy británica lanza una mortifera arma.
Los cables traen la noticia. Es de la clase Astute, el primero de su tipo en construirse en Gran Bretaña desde hace más de dos décadas.
“Un reactor nuclear le permitirá navegar sin necesidad de recargar combustible en sus 25 años de vida útil. Produce agua potable y oxígeno propios, por lo que puede circunnavegar el globo sin necesidad de salir a la superficie, dijo Nigel Ward, encargado de los astilleros, a la BBC.”
“Parece una bestia de aspecto malvado”, afirma uno.
“Sobre nosotros se yergue amenazante un galpón de 12 pisos de alto; dentro se encuentran tres submarinos en diferentes etapas de construcción”, asegura otro.
Alguien expresa que “puede observar desde el Canal de la Mancha el movimiento de cruceros en la bahía de Nueva York, acercarse a las costas sin ser detectado y escuchar conversaciones por celulares”.
“Puede, además, transportar a fuerzas especiales en mini-sumergibles que, a su vez, podrán disparar los letales misiles Tomahawk a distancias de 1 400 millas”, afirma un cuarto.
El Mercurio, de Chile, despliega con énfasis la noticia.
La Marina Real británica declara que será uno de los más avanzados del mundo. El primero de ellos será lanzado al mar el 8 de junio y entrará en servicio en enero de 2009.
Puede transportar hasta 38 misiles crucero Tomahawk y torpedos Spearfish, capaces de destruir un buque de guerra de gran tamaño. Contará con una tripulación estable de 98 marinos, quienes hasta podrán ver películas en pantallas gigantes de plasma.
El nuevo Astute llevará la última generación de torpedos Block 4 Tomahawk, que pueden ser reprogramados en pleno vuelo de ataque. Será el primero que no cuente con sistema de periscopios convencionales y, en cambio, utilizará fibra óptica, rayos ultrarrojos y escaneo térmico de imágenes.
“La compañía armamentística BAE Systems construirá otros dos submarinos de la misma clase”, informó AP. El costo total de los tres sumergibles, según cálculos que seguramente quedarán por debajo, se eleva a 7 500 millones de dólares.
¡Bella proeza británica! El pueblo de ese país, inteligente y tenaz, no sentirá seguramente orgullo alguno.
Lo que más asombra es que con tal suma se podrían formar 75 mil médicos y atender 150 millones de personas, suponiendo que el costo de formar un médico fuera la tercera parte de lo que cuesta formar un médico en Estados Unidos. Si se desea, podrían construirse 3 mil policlínicos sofisticadamente equipados, diez veces los que posee nuestro país.
Cuba actualmente está formando como médicos a decenas de miles de jóvenes de otros países.
En cualquier apartada aldea de África, un médico cubano puede recibir a un joven de la propia aldea o del municipio, con enseñanza equivalente a doce grados escolares, e impartirle los conocimientos de su profesión utilizando videos y computadoras que reciban energía de un pequeño panel solar, sin que el joven tenga que salir de su región natal, ni contaminarse con los hábitos de consumismo de las grandes ciudades.
Lo importante son los pacientes, que padecen malaria u otras muchas enfermedades típicas e inconfundibles, que el alumno verá junto al médico.
El método ha sido probado con resultados sorprendentes. Los conocimientos y la práctica acumulada durante años, no tienen comparación posible.
El ejercicio no lucrativo de la medicina es capaz de ganar a todo corazón noble.
Cuba, preocupada desde el triunfo de la Revolución por la formación de médicos, maestros y otras profesiones, con menos de 12 millones de habitantes, cuenta hoy con más especialistas en Medicina General Integral que los médicos que dispone toda el África subsahariana, con más de 700 millones de habitantes.
Hay que inclinarse conmovidos ante las noticias que llegan del submarino inglés. Nos ilustran, entre otras cosas, sobre las sofisticadas armas con que se pretende mantener el orden insostenible desarrollado por el sistema imperial de Estados Unidos.
No hay que olvidarse que Inglaterra fue durante siglos, hasta hace muy poco, la Reina de los Mares. Hoy lo que queda de aquella privilegiada posición es apenas una fracción del poder hegemónico de su aliado y líder, Estados Unidos.
Churchill dijo: ¡Hundid el Bismarck! Hoy Blair dice: ¡Hundid lo que queda del prestigio de Gran Bretaña!
Para eso, o para el holocausto de la especie, es para lo que serviría su “maravilloso submarino”.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter