El 11 de mayo de 1960, la publicación estadounidense Life Magazine publicaba un artículo supuestamente escrito a partir de una extensa entrevista (70 horas de duración) que el ‎Hauptsturmbannführer SS Adolf Eichmann había concedido en Argentina a otro miembro de ‎las SS, el holandés Willem Sassen. ‎

Eichmann había dado aquella entrevista poniendo como condición que no debía publicarse ‎mientras él estuviese vivo, pero Sassen no resistió a la tentación de obtener alguna ganancia para ‎sí mismo. ‎

Durante el posterior juicio realizado en Israel contra Eichmann (ver foto), este último basó su defensa en ‎una versión completamente diferente de su papel en la «Solución final de la cuestión judía» y ‎la parte acusadora no pudo incluir entre sus argumentos el artículo publicado en Life Magazine, que ‎Eichmann descalificó alegando que era una falsificación. ‎

Sin embargo, un especialista israelí en documentación, Yariv Mozer, acaba de encontrar en los ‎archivos alemanes de Coblenza 15 horas de grabación de aquella entrevista, grabaciones que ‎el propio Willem Sassen certificó como auténticas antes de su muerte, en 2001. ‎

También han sido encontradas 700 páginas de transcripciones de las otras 55 horas de entrevista, ‎pero aún no han sido autentificadas. ‎

Una cadena de televisión se dispone a transmitir un montaje en 3 partes del material encontrado. ‎Su difusión comenzaría el 7 de junio de 2022. ‎

En todo caso, las grabaciones halladas modifican fundamentalmente nuestra comprensión del ‎genocidio perpetrado contra los judíos. ‎

En esas grabaciones, Adolf Eichmann reconoce con detalles su propia responsabilidad en la ‎supervisión del plan de exterminación contra los judíos, aplicado –según Eichmann– por decisión ‎de Adolf Hitler en persona para eliminar 10,3 millones de personas. ‎

Es probable que las 55 horas de entrevista que aún quedan por verificar traigan muchas más ‎sorpresas. Ya se plantea, por ejemplo, la cuestión de saber por qué la organización del Memorial ‎Yad Vashem, que conocía la existencia de esos documentos, no trató de revelar su contenido al ‎gran público.‎

Durante la confrontación entre historiadores alrededor de esos documentos ha resultado que el ‎juicio contra Eichmann fue una cortina de humo que el entonces primer ministro de Israel, David ‎Ben Gurion, utilizó para esconder a Estados Unidos la existencia del programa nuclear secreto ‎que había emprendido con Alemania. ‎