Buenos días a todos y a todas. Excelentísimo señor embajador Guillermo Valles. Ministro de Relaciones Exteriores, encargado de la República Oriental del Uruguay. Honorable señores representantes de instituciones públicas y entes autónomos de la República Oriental del Uruguay. Señor Presidente, demás miembros de este Consejo de ALADI. Representantes de instituciones privadas, banca, universidades. Señor Secretario General, amigo y compatriota. Embajadores, embajadoras. Personal diplomático. Invitados especiales. Amigos de los medios de comunicación. Amigas y amigos todos. Compatriotas, compañeros de delegación. Canciller, ministros. Venezolanos.
Me da mucho gusto estar aquí de nuevo. He estado recordando la primera vez que vine a Montevideo, recién salido de prisión, por allá por 1994 y me gustó mucho esta ciudad y esta tierra. Y ahora, después de tres años y medio de aquella nuestra primera, primer contacto aquí mismo en ALADI, y después de tantos acontecimientos pareciera un siglo esos tres años y medio, parecieran tres siglos más bien, cuántas cosas han pasado, el tiempo es relativo, tenía razón Einstein, hay días que parecen un siglo y hay siglos que parecen un día.
Me da mucho gusto estar aquí, saludar a todos, el pueblo del Uruguay, su Gobierno, sus instituciones y a ustedes representantes de estos nuestros doce países de esta Asociación Latinoamericana de Integración, la cual acaba de cumplir ahora 23 años, hace poco celebraban 23 años y uno pudiera decir, desde mi punto de vista, que hay que reconocer cómo se ha batallado desde estos entes nuestros latinoamericanos concebidos para pensar y para recomendar a los decidores políticos, sobre todo recomendar caminos, alternativas, cómo estos entes sobrevivieron, sobrevivieron al bombardeo, el bombardeo inclemente de la pretensión irracional de imponernos el pensamiento único, de decirle al mundo que había llegado el fin de la historia, que ya no había que pensar además, para qué pensar, todo estaba pensado.
Nunca se me olvida un día que llegamos a un país equis, del otro lado del globo terráqueo y me acompañaba como siempre un grupo de compañeros, ministros y funcionarios del Gobierno y voy presentándolos uno a uno al Jefe de Gobierno de aquel país y uno de ellos era el ministro Giordani que está por aquí, Ministro de Planificación, y recuerdo cuando lo presenté, aquí está el Ministro de Planificación, recuerdo que me comentó aquel Jefe de Gobierno: ¿Planificación, y eso para qué? Nunca se me olvidará la cara del ministro Giordani, él es muy decente, un caballero, no respondió nada. ¿Planificación, para qué? El neoliberalismo pues, esa cosa nefasta, esa tesis fundamentalista que nos cayó como, como siete plagas y otras más y pretendió borrar del mapa toda noción de planificación, de política, la polis, toda la historia pretende borrarla el neoliberalismo, todo lo que es la ciencia y la praxis política, la racionalidad, la diversidad, la soberanía, la Constitución, las leyes, los pueblos, todo eso lo quiere desconocer el neoliberalismo. Así que yo les felicito porque desde mi punto de vista ustedes cruzaron una época muy, muy difícil y la cruzaron sobreviviendo y Aladi ha llegado a 23 años y creo que ahora es cuando ALADI tendrá que hacer.
Como dijo Martí, hablando de Bolívar un día, creo que fue el 28 de octubre, un 28 de octubre en Nueva York, 1883, creo, que José Martí lanzó aquella frase: "Ahora es cuando Bolívar tiene que hacer en América todavía". Me permito extrapolar a Martí para decir ahora es cuando ALADI tiene que hacer en América Latina, mucho más de lo que ya ha hecho en los 23 años pasados. Y digo esto porque uno va sintiendo el clima, uno va sintiendo el ambiente, uno va sintiendo como diría Asturias: el viento fuerte que comienza a soplar.
Nadie puede negar, nadie puede negar la fuerza de los vientos de cambio que comienzan a soplar de nuevo en este continente, quien no quiera verlo que no lo vea pero como dice la Biblia: el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga. Y no son nuevos vientos, le comen-taba a unos periodistas ahora en el aeropuerto, no, son los viejos vientos que vuelven y yo quiero comenzando estas palabras de mi amigo, el embajador Rojas Penso me dijo que yo tenía 20 minutos, le dije imposible, me rebelo, me alzo aquí contra ALADI, 20 minutos -le dije- será la introducción, porque cuántas cosas hay que decir aquí, reflexionar.
Le agradezco mucho la invitación, tenía tiempo con ganas de volver, pero quiero comenzar rindiendo tributo e invocando la memoria de un grande de los nuestros, del Uruguay de nuestra América, José Gervasio, José Gervasio Artigas hace como 190 años exactamente estaba sitiando Montevideo, estaba frente a Montevideo -no sé en qué sitio exacto pero por ahí andaba- con su Ejército de pueblo, de indios, de negros, de ex esclavos descalzos, a veces harapientos, a veces desnudos. Pero al mismo tiempo que José Gervasio Artigas sitiaba Montevideo y convocó a un Congreso de pueblos además, y dijo que los indios manden su representante y que los elijan allá en sus pueblos según sus métodos pero que vengan aquí. Y lanzaba los principios de lo que bien podemos llamar un sistema de pensamiento artiguista, pensamiento autóctono y propio de estas tierras y de esta historia y de este barro y de este dolor de 500 años de explotación y de coloniaje. Cuando Artigas decía, por ejemplo, hay que cambiar el orden de la justicia para que los excluidos de siempre pasen a ser privilegiados, lanzaba bases de ese pensamiento en aquel Congreso, ideas de lo que ha debido, bien ha podido conformar-se como las bases constitucionales de un gran proyecto, el derecho a la felicidad -decía Artigas- un derecho natural del ser humano, el derecho a la felicidad, el derecho a la igualdad, los derechos naturales del hombre, del ser humano.
Al mismo tiempo que Artigas estaba batallando con su ejército multiétnico y pensando y proponiendo en congresos bases constitucionales, en los mismos días hace 190 años, Simón Bolívar andaba cruzando el Magdalena, andaba cruzando los Andes conduciendo la llamada Campaña Admirable que lo llevó a Caracas por estos días de agosto y fue proclamado Libertador en aquel año 1813. Y al mismo tiempo en todos estos países había pueblos y ejércitos haciendo la guerra contra el imperio que tenía 300 años, 300 años desmoronándonos, desmoronándonos. 300 años destrozando esta tierra y destrozando la civilización que aquí existió mucho antes de que aquel Almirante llegara por aquí pensando que había llegado a la India, con un ligero error geográfico en la brújula, no; y comenzó el atropello más grande, el genocidio más grande de que se tenga memoria en la historia de los siglos, el genocidio americano que se quiso esconder detrás de la historiografía oficial con el llamado Descubrimiento de América. ¿Qué descubrimiento de qué América? América estaba aquí y no era América tampoco, fue una invasión, fue un atropello, y nosotros los latinoamericanos, creo, estamos obligados a recuperar nuestra memoria histórica porque nos la borraron, como a la computadora se le borra, igual. Nos borraron la memoria histórica y nos pusieron a hacerle honores a quienes nos atropellaron. Yo cuando era Cadete, hace ya algunos años, nunca entendí, en una ocasión me sancionaron porque pregunté que por qué íbamos a desfilar delante de una estatua que en Caracas está de Cristóbal Colón, en el Paseo Colón, la Plaza Venezuela, allí hay un busto del Almirante, y nos llevaban a desfilar y a rendirle honores, yo nunca entendí aquello, ¿a rendirle honores a quien dirigió o uno de los que dirigió la invasión y el atropello y el genocidio?, por eso nuestra revolución hace apenas un año y tanto ha cambiado el sentido del 12 de octubre del Día del Descubrimiento por el día más bien de la resistencia indígena, porque como resistieron aquellos, los abuelos de nuestros abuelos, de nuestros abuelos.
Si a alguien habría que rendirle honores per sécula seculorum y levantar un monumento que llegue al cielo es a nuestros indígenas, a nuestros aborígenes que supieron resistir heroicamente aquel atropello, aquel genocidio.
Cuando algún día borremos de la mente del colectivo de nuestros pueblos, ya no será nuestra generación, serán generaciones un poco más adelante, cuando se borre la ideología inyectada del colonialismo y la alienación que durante siglos nos inyectaron y se despeje el horizonte más allá de esas nubes, habrá que reconocer primero eso que ya he dicho, el genocidio más grande que conozca la historia que hizo la Europa cuando invadió este continente y el hermano continente africano, y también aparecerá claro en el horizonte la grandeza y la epopeya que cumplieron nuestros padres aborígenes, en justicia, en justicia. Algunos se molestan, una vez yo estaba diciendo estas cosas en alguna Cumbre y surgió una molestia de alguien, yo le dije no, pero yo estoy hablando de hace algo que pasó hace 500 años, pero decía José Gervasio Artigas también: con la verdad ni ofendo ni temo. No tuve yo la culpa de que eso haya ocurrido, ojalá no hubiese ocurrido pero ocurrió. Pero para que los latinoamericanos, los caribeños nos reencontremos con nosotros mismos de verdad, nos entendamos verdaderamente y es más, mucho más que eso, para que consigamos las claves para descifrar los enigmas de nuestro pasado y enrumbarnos hacia un futuro mejor, debemos no sólo decir estas verdades, cada día conocerlas más y cada día sentirlas más y no seguir repitiendo las grandes mentiras que nos vienen enseñando desde hace 200 y más años. Así que honrar a esos nuestros libertadores, honrar a esa resistencia quiero hacerlo con el permiso de ustedes en esta sede de ALADI.
Ahora decía que estos nuevos vientos no son nuevos en verdad, que son viejos, habrá que recordar que cuando tristemente el Ejército de Artigas fue derrotado y se desmembró, una columna de aquel Ejército cruzó los Andes, recorrió no sé cuántos miles de kilómetros y se unió al Ejército que comandaba el Mariscal Antonio José de Sucre antes de ser Mariscal por allá en Pichincha un grupo de uruguayos y un grupo de paraguayos se destacaron al lado de Sucre y de los hombres y mujeres que desde Venezuela, Nueva Granada venían hacia el Sur a buscar esa integración libertadora. De esa, de ese esfuerzo surgió el camino, el camino que Bolívar fue el que supo recoger y llevar, llevar más lejos, proyectar más lejos y más claro, pero todos pensaron de una u otra manera en el mismo proyecto.
Usted hablaba, señor Presidente, de ese gran pernambucano a quien rendimos tributo hace poco el compañero Lula y este servidor allá en Pernambuco, al general revolucionario y Bolivariana José Ignacio De Abreu Lima. Grande, grande entre los grandes, poco conocido, ah, porque, pero nos borraron los padres nuestros, los borraron y nos vendieron otros padres y otras culturas. Aquel De Abreu Lima impresionante su historia, impresionante, derrotarob una revolución en Pernambuco, asesinado su padre el Cura Roma, se fue al Caribe y a los 20 - 21 años, era casi un niño, se unió a Bolívar allá en el Orinoco; fue redactor de El Correo del Orinoco, se hizo General en batallas, estuvo en Carabobo en la batalla de independencia de Venezuela, estuvo en el cruce de los Andes unos años antes, estuvo en la batalla de Boyacá, la batalla que libertó Nueva Granada, la batalla que libertó Venezuela. Y luego como usted bien lo recordaba, cuando a Bolívar lo traicionan y lo echan de Venezuela, no los españoles ya los españoles habían sido echados por el pueblo en armas, Bolívar se va casi solitario a morir a Santa Marta y a exclamar lleno de amargura ¡he arado en el mar!. A su lado, el pernambucano, y después de muerto Bolívar, se declaró el pernambucano junto a cuatro o cinco más custodios con su vida de las cenizas de Bolívar, lo expulsaron a los pocos días de la Nueva Granada, como expulsaron a la Manuela Sáenz, la insepulta de Paita, la Libertadora del Libertador, la quiteña inmortal; como asesinaron a Antonio José de Sucre a sus 35 años, fue asesinado por el brazo de la oligarquía asesina y traicionera, la misma que echó a Bolívar, la misma que echó a Manuela, la misma que echó a Simón Rodríguez o Samuel Robinson quien anciano murió por allá en un río, nadie le hacía caso, después de muerto Bolívar se despedazó el proyecto y todo lo que olía a Bolívar y a bolivarianismo fue desterrado, asesinado, echado, enterrado.
Nosotros hoy somos herederos de esa tragedia, otra sería nuestra historia y la historia de este continente si aquellos viejos vientos hubiesen trascendido a la concreción del proyecto Bolívar. Bolívar lo llevó más lejos, decía, lo recogió de todos seguramente, de Miranda; lo recogió del viejo Miranda, a sus 60 años vino Miranda a Venezuela después de varios años, se había ido muy joven porque no era muy querido por los mantuanos en Caracas, el venezolano más universal, sin duda, poco reconocido, Miranda porque también lo borraron de la memoria histórica, hoy estamos recuperándolo, recuperándolo y dándole su lugar en la historia. Jefe de tropas y líder en la revolución de la independencia de los Estados Unidos al lado de Washington, allá estuvo Miranda, había estado en Cuba un poco antes. Y luego a los pocos años aparece allá en la Corte de Catalina la Grande y luego en la Revolución Francesa llegó a Mariscal de Francia, comandante del Ejército del Norte y luego a los pocos años Generalísimo en Venezuela, aquel hombre estuvo en las tres grandes revoluciones de su tiempo.
Bolívar tomó de Miranda la idea de Colombeia, el primero que habló que se tenga memoria y referencia de Colombia fue Miranda, cuando en Londres editaba un periódico llamado El Colombiano y a sus memorias las llamó la Colombeia y hablaba del Incanato para recuperar las más profundas tradiciones de lo que fue el Imperio Inca.
Bolívar recoge y convierte aquel sueño en territorio liberado lo convierte en Ejército, en pueblo, lo convierte en canciones, lo convierte en repúblicas, en constituciones, pero aquello no eran suficiente, él lo sabía y es cuando convoca al Congreso de Panamá, casi al mismo tiempo que James Monroe estaba lanzando allá en Norteamérica aquella terrible consigna que todavía suena como amenaza para millones de nosotros: América para los americanos. Al mismo tiempo Bolívar decía en el Sur, no, Suramérica para los suramericanos. Y se convirtió Bolívar entonces en un peligro para los intereses hegemónicos de las oligarquías criollas y también del poder naciente en los Estados Unidos, chocó duro Bolívar con los intereses de Norteamérica, tan fuerte que una carta dirigida a un amigo decía por allá en 1825 una frase que tristemente se convirtió en profecía: Los Estados Unidos de Norteamérica -escribió así textualmente- parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad. Profético. ¿Qué ha pasado en estos casi 200 años? Y precisamente convocaba entonces al Congreso de Panamá -viendo el mapa, entonces tenía la visión geopolítica muy clara- Panamá, decía -ustedes, todos saben que entonces Panamá era parte de la Gran Colombia, sólo que después hubo aquella independencia pero fue inducida y al poco tiempo apareció el Canal gracias a mi General Torrijos que logró hacer una buena negociación y le devolvió a los panameños su canal y la soberanía del territorio de Panamá, pero Bolívar decía: el Istmo de Panamá debe ser para nosotros lo que fue el Istmo de Corinto para los griegos, lugar de anfictionía, de encuentro, de pueblos, de gobiernos. Y convocó con una gran esperanza aquel Congreso Anfictiónico, pero Bolívar decía con mucha claridad para que formemos la liga más poderosa que se recuerde de naciones, la liga de naciones. No estaba hablando de libre comercio, es mentira cuando alguien dice que estamos persiguiendo los sueños de Bolívar con el ALCA. Mentira, no es eso, esa es la in-versión, ese es el antibolivarianismo que asume el discurso bolivariano, viejo truco de las oligarquías como ocurrió en Venezuela, mataron a Bolívar y después dije-ron Viva Bolívar y lo utilizaron y lo convirtieron en mármol. Hoy ha vuelto, hoy ha vuelto, la profecía de Neruda creo que tenía, o tiene vigencia hoy en su Canto a Bolívar: Despierto cada cien años, cuando despiertan los pueblos. Bolívar anda vivo, anda vivo en, se convirtió como dijo el indio aquel que picaron en pedazos los imperialistas españoles y cuando lo estaban picando ya, que se estaba desmembrando gritó: ¡Muero hoy pero algún día volveré hecho millones! Han vuelto ellos hecho millones, nadie va a parar estos vientos, cada día van a ser más fuertes en América Latina, sólo está comenzando el ventarrón, sólo está comenzando el ventarrón. Se requieren líderes para entender el ventarrón.
No se requiere de mercaderes ni de comerciantes, hasta Cristo los echó del templo un día a latigazos limpio, Embajador, usted que todo o sabe, Puente Leyva. Cristo un día agarró un látigo y los sacó a latigazo, yo soy muy cristiano, creo que la doctrina de Cristo hoy como bandera de transformación y de justicia tiene más vigor que nunca en los dos siglos después del nacimiento de Cristo. ¡Fuera, fuera del templo los mercaderes! Mancharon el honor de la casa del Padre. Ahora ¿el sueño de Bolívar, el Congreso de Panamá fracasó? No es cierto que Bolívar sea el padre del Panamericanismo, otra de las grandísimas mentiras que nos han vendido. Creo que rechinarán las cenizas de Bolívar allá en el Panteón de Caracas cuando cada vez que alguien lo repite, que el Congreso de Panamá es o fue la primera versión del Panamericanismo de hoy. No, es totalmente contrario.
Por eso es que nosotros los venezolanos de esta hora, quienes hemos asumido un papel de revisión de esas raíces y de reconexión con esa historia real y de construcción de un proyecto, un proyecto que afortunadamente se hizo Constitución, aquí está el proyecto, por eso fue que los golpistas de abril lo primero que hicieron después de haber logrado llegar a Palacio, aunque el whisky que habían mandado a comprar y la champaña no pudieron ni siquiera servirlo, lo dejaron allí ante el huracán, el ventarrón, ellos no contaban con el ventarrón del pueblo y ese ventarrón los sacó del Palacio, pero lo primero que hicieron fue un decreto que quedó para la historia del fascismo y del golpismo y del gorilismo y del, todo lo que representan esa visión oligárquica, excluyente y negadora de la soberanía de un pueblo desconocieron esta Constitución, dijeron: se restituye la Constitución anterior y la república recupera su nombre y le quitaron el nombre de Bolivariana. Aquí está ese proyecto, ha costado un tiempo y un gran esfuerzo.
Ahora este proyecto no es sólo este proyecto, este proyecto es parte de un esperado, concebido proyecto mucho mayor, es sólo una pieza del tablero, hasta ahora ha sido muy incómoda, ah, yo por eso la cargo siempre y ante los neoliberales así como ante los vampiros saco la cruz y ellos se retuercen, se retuercen, lo he comprobado, a algunos les da jaqueca, insomnio, porque este proyecto es antineoliberal. Aquí por ejemplo se prohíbe expresamente la privatización de los sistemas de seguridad público que cayeron en manos de oligarquías, de mercaderes. Aquí se prohíbe la privatización de las empresas básicas del Estado como Petróleos de Venezuela y de ahí venía el golpe, quieren a Pdvsa, una de las mayores reservas de petróleo del mundo, golpe pe-trolero también. Pero en fin, Bolívar planteaba la integración, sí, cuando se habla de integración nosotros aplaudimos, sí, pero también aplaudimos y preguntamos de qué integración estamos hablando.
Ayer hubo una reunión de Presidentes, la más fugaz creo yo que haya habido y habrá nunca en Asunción, después del almuerzo nos invitaron a una reunión CAN-MERCOSUR, yo incluso tuve que sus-pender con mucha pena algunos compromisos con algunos sectores sociales y políticos del Paraguay, y de la Confederación Suramericana de Fútbol, para esperar la reunión. ¿Cuál es la agenda? No, vamos a hablar CAN-MERCOSUR. Recuerdo que Uribe me dijo: yo me voy ya Chávez. Pero luego: no, me quedo porque hay esta reunión. Y cuando nos sentamos, después de una espera de hora y tanto, dos horas, se lee un documento de una página, alguna pregunta quien iba a preguntar algo, nadie preguntó nada, entonces terminó la reunión. Yo creo que duró dos minutos, hubo un aplauso a la brevedad. Yo no creo en esa integración así, así lo digo, lo he dicho en Bogotá, lo he dicho en Lima, lo he dicho en Caracas, lo he dicho en Brasilia y lo digo aquí. Con la verdad en la que creo ni ofendo ni temo, sólo alerto y llamo. No creo que sea posible la integración en el marco del neoliberalismo, el neoliberalismo es desintegrador, es desintegrador, es contrario al espíritu de la integración, se basa en el individualismo, se basa en la competencia, es elitesco, es antidemocrático, no toma en cuenta la opinión.
¿A quién le hemos preguntado nosotros, a qué pueblo se le ha preguntado, a qué campesino se ha convocado para que opinen sobre la unión CAN-MERCOSUR? ¿A qué trabajadores, qué seminario se ha hecho para pedir opiniones de trabajado-res, de los jóvenes, de los estudiantes de las universidades, de las amas de casa, de intelectuales, de pensadores, de críticos? No, a veces creemos que tenemos la ver-dad en la mano y hacemos una mesa redonda o cuadrada y en reuniones de dos minutos o de dos días tomamos resoluciones y ninguna tiene vigencia, ninguna tiene impacto, una realidad concreta. Andamos en otro mundo, hay dos mundos, la realidad es otra.
Decía Bolívar cuidado con las repúblicas aéreas que están en el papel pero des-conocen una realidad. No es integrable este continente, Suramérica -cuando hablo de continente hablo de Suramérica- porque no creo que sea integrable Suramérica con Norteamérica tal como está planteado. Firmar el ALCA como está planteado, lo he dicho desde hace casi cinco años, desde la reunión aquella de Québec, cuatro años, sería firmar el acta de defunción de nuestros pueblos, es decir de nuestros hijos pues. Yo tengo una niña de seis y una nieta de cinco, y mi hija mayor está a punto de parir en una semana otro nieto y sería firmar su acta de defunción de ellos. Sería darles a nuestros hijos y nietos el pasaporte al quinto infierno decía el Dante Alighieri que hay cinco infiernos, uno puede llegar al primero y la cosa no es tan grave, se puede devolver, o el segundo pues un poco más difícil, el tercero mucho más difícil, el cuarto es muy difícil pero a la puerta del quinto infierno dice el Dante hay un letrero -en candela por supuesto- que dice: el que entre aquí pierda toda esperanza. El ALCA sería firmar, no para nosotros que ya hemos vivido, yo tengo 49, soy un muchacho pero ya viví, ahora Rosinés mi hija de seis no ha vivido. ¿Tengo yo algún derecho para firmar el acta de defunción de ella y de sus sueños para vivir un mundo mejor? ¿O más bien tengo la obligación de luchar por ese futuro de ella y de ellas, y de ellos, los chiquitos que están naciendo ahora mismo y que van a nacer en los próximos días, en los próximos años? Todo eso hay que pensarlo.
Entonces en Venezuela estamos concibiendo la integración de otra manera, debo decirles algo que es muy alentador para nosotros, cuando comencé a asistir a las reuniones de Presidentes, por allá por 1999, en verdad uno se sentía casi solitario en esas reuniones, casi solitario; en una ocasión llegué a pararme y dije: bueno aquí estamos hablando entre sordos porque uno quería debatir un tema, la deuda externa por ejemplo, ese tema tenemos que debatirlo, Venezuela, ni siquiera hablo por mi país, no es el caso más grave en el continente latinoamericano pero para darles una idea cuando llegamos al Gobierno nosotros, Venezuela tenía una deuda de 25 mil millones de dólares más o menos, deuda externa. Hemos pagado sin falta aún en tiempos del sabotaje petrolero cuando los terroristas internos apoyados por sus aliados internacionales, sabotearon refinerías, sabotearon oleoductos, sabotearon puertos y pasamos más de un mes sin exportar una gota de petróleo, lo cual hizo que perdiéramos 10 mil millones de dólares en esos dos meses, tuvimos que comprar gasolina incluso por primera vez en nuestra historia. A pesar de eso pagamos sin falta la deuda, los compromisos, hemos pagado de esos 26 mil, la cuenta inicial, hemos pagado casi 20 mil millones de dólares y debemos casi lo mismo ¡qué maravilla! Debemos casi lo mismo. ¿Eso es ético? ¿Qué responsabilidad tienen los acreedores en esto? Ellos son inocentes. Mientras a veces uno como Presidente anda buscando un milloncito de dólares para unas escuelas por allá que no tienen agua, o unos cinco o diez milloncitos de dólares para subirle la pensión a los ancianos, sin embargo hay que pagar en un año 4 y 5 mil millones de dólares de una deuda que además no se sabe muy bien si es legal, y los que la asumieron por Venezuela no están, están, sí están, muy ricos viviendo en el exterior, muy ricos, con mucho dinero.
Entonces cuando uno planteaba ese tema era como si el diablo se hubiera hecho presente ahí, entones yo un día rompiendo el protocolo, bueno casi nunca lo sigo pero en esas cumbres hay tiempos y cosas, yo pedí un derecho de palabra extraordinario, dije. No Chávez, que ya nos vamos. Yo dije, yo no me voy de aquí, yo quiero decir algo pues. En mis palabras que no estaban escritas -aquí tengo algo escrito pero no lo voy a estar leyendo- hablé de la deuda externa y de la importancia de darle una repasada ahí entre el grupo de Presidentes, solos, no había prensa ni nada, ni un chismoso que fuera mira que tal dijo esto, nosotros solos. No se quería debatir ni el tema de la deuda ni otros temas álgidos pues de nuestra realidad dura y difícil de hoy.
Hoy en cambio no sólo en las reuniones privadas se habla de esos temas, es que uno oye como oíamos al Presidente y amigo Kirchner en su discurso de toma de posesión decir con todo coraje a nombre de un pueblo golpeado como el argentino, fundido como la Argentina, palabras textuales del ex presidente Duhalde, a la Argentina le aplicaron la fórmula mágica casi exacta del laboratorio neoliberal, ahí está el resultado, el que no quiera verlo que no lo vea pues, el que tenga corazón póngase la mano ahí, pero ese era el ejemplo que hasta hace pocos años nos planteaban, la Argentina, va para el primer mundo directo. Mentira, iba para el quinto infierno directo sin escala, afortunadamente los pueblos reaccionan a pesar de la gran manipulación mediática, alienante, distorsionante, los pueblos reaccionan, el dolor, el impacto de la crisis, entonces oíamos al presidente Kirchner decirlo por toda la mitad del medio como se dice: la Argentina pagará si le va bien a la Argentina. Ese tema es uno de los grandes temas que hay que debatir y hay que cambiar el tratamiento subalternizado que le hemos dado a ese tema y de aceptar condiciones verdaderamente indignantes en el tratamiento de ese tema y de muchos otros temas.
Entonces hoy afortunadamente ya no nos sentimos nosotros los venezolanos que andamos con este proyecto y recorriendo estas tierras y conociendo y reconociéndonos no nos sentimos ya casi solitarios como nos sentíamos hace cinco años atrás, los vientos soplan y soplan y soplan y seguirán soplando. ¿Cuál es nuestro concepto? -brevemente. La integración nosotros la vemos un poco así como en tres ámbitos, y dejo esta idea sólo para la reflexión. En primer lugar o el primer ámbito es la integración endógena, es la integración por dentro de cada país. Venezuela por ejemplo todavía tiene y tendrá por un tiempo de varios años graves problemas de integración dentro de ella misma. ¿Cómo se va a integrar una pieza desintegrada a un cuerpo mayor?, es imposible, sencillamente imposible, no hay integración posible con los niveles de desintegración que tenemos dentro de nosotros mismos y cuando hablo de esa desintegración interna, me refiero a la desintegración territorial, territorio visto como ente desintegrado, dividido hacia adentro, desintegración política; Venezuela por ejemplo asumiendo un concepto y un término que nos parece válido y lo hemos recogido aquí incluso pero con otra visión, la descentralización pero a nombre de la descentralización mal entendida y peor practicada, la cuarta república venezolana había generado varias republiquitas en una república. Qué peligrosa es la descentralización mal entendida. Recuerdo que en una ocasión en un acto público en mis primeros meses de Presidente yo tuve que decirle a un Gobernador en un Estado cualquiera de Venezuela, recordarle públicamente delante de prensa y todo que yo era Presidente de Venezuela no sólo en Caracas, también ahí en esa ciudad, porque comenzaron a nacer los caudillismos locales y bueno una Constitución local, sí, se trata de una Federación pero bien entendida, hay una soberanía nacional, ningún ente local y regional puede estar por encima de la soberanía nacional o de la gran ley nacional, eso estaba ocurriendo en Venezuela y todavía hay restos de lo viejo, ha costado mucho, ha costado mucho.
Una división interna, una desintegración del Estado, un Estado desmantelado, descuartizado y descuadernado que sólo ahora con esta nueva visión, repito, hemos venido reintegrando el Estado y dándole nacimiento a un nuevo Estado como está señalado acá deber ser la República de Venezuela en el artículo 3 un Estado democrático y social de derecho y de justicia, creando instituciones o recreándolas o salvándolas, rearticulándolas pero el Estado producto de la visión neoliberal, aplicada con saña, bueno el Estado fue disminuido, dividido y desarticulado.
Qué bueno cuando ayer el presidente Nicanor Duarte en su muy buen discurso allí en Asunción hablaba de la necesidad de retomar el Estado como líder, como guía, como orientador y como impulsor, como motor no sólo de la economía, por-que el dilema no es Estado y economía, es la sociedad, constructor de una nueva sociedad debe ser el Estado. En eso el neoliberalismo hizo mucho daño. ¿Estado para qué?, un poco la pregunta aquella ¿y planificación para qué? ¿Estado para qué? ¿Empresas del Estado para qué?, nos decían. ¿Nacionalismo para qué? Algún intelectual venezolano una vez escribió un artículo diciendo que yo soy decimonónico porque soy patriota, nacionalista. Lo soy, y resulta que me lo he conseguido después -eso fue hace años ya- y nos conocimos en alguna reunión social y le dije: tiene usted razón, yo soy decimonónico, siento que hay que tomarla, el siglo XIX se quedó perdido, el proyecto de la patria grande, de la Gran Colombia se quedó, fue desintegrado, fue picado en pedazos, fue sepultado, fue traicionado. Hoy hay que retomarlo y por supuesto darle los toques de tiempo porque el espacio es el mismo y el tiempo no es mucho el que ha pasado, ni siquiera 200 años, muchos de aquellos planteamientos hoy tienen vigencia todavía, aplicar nuestra inventiva, actualizar y darle la mayor vigencia y sobre todo la proyección hacia este siglo XXI.
Entonces ese primer ámbito así como concebido por nosotros es la integración por dentro, toca a cada país jugarla respetando la soberanía de cada uno, pero cooperando en esa reintegración y entendiendo la soberanía de cada cual y la forma que cada cual o cada pueblo y el ritmo que cada quien puede imprimirle a ese proceso de integración por dentro. Yo hace poco, por ejemplo, reclamaba públicamente a un Gobierno hermano y amigo pero que ha sido muy débil a la hora de impedir que en su territorio se fomente una conspiración contra Venezuela, o también hay otros lugares donde vienen funcionarios de Estados Unidos a dar declaraciones y a veces hasta amenazas contra Venezuela. No sé, creo que tenemos que exigirnos respeto a cada proceso, a cada, a cada particularidad entre el vecindario no, porque es algo así como que usted y yo seamos vecinos ahí en el barrio y entonces yo permita que en mi casa venga un invitado a tirarle piedras a usted, ¿qué vecino soy yo? ¿Qué vecino soy yo?
Pero decía entonces del proceso de integración, la integración social eso es fundamental, es lo más importante, es más importante que el territorio, más importante que el Estado, la sociedad, los excluidos decía Rojas Penso hace unos minutos ¿y qué vamos a hacer con los excluidos pues? ¿Tiene el ALCA alguna propuesta para los excluidos de siempre, que son millones? Eduardo Galeano cuando escribió Las venas abiertas de América Latina creo que habla de 150 millones en el ojo del huracán o de la tormenta. Hoy son muchos más, unos 200 millones de latinoamericanos y de caribeños. ¿Qué plan hay para ellos?, no vaya a ser el plan que un golpista venezolano explicaba ante la televisión después del golpe de abril y el golpe continuó pues, fue un golpe continuado hasta diciembre y enero y se convirtió en golpe militar petrolero, mediático, las televisoras privadas apoyando el golpe y no hemos cerrado ninguna, ahí están todavía pero procesos abiertos hay, que ese es otro problema que tenemos nosotros, los medios de comunicación en manos de oligarquías que cuando llega un Gobierno y no se entrega a esa oligarquía entonces es guerra contra ese Gobierno y terrorismo contra un pueblo, caso el venezolano, caso típico el caso venezolano, los cuatro jinetes del Apocalipsis llaman por las calles de Venezuela a los cuatro canales más grandes de televisión privado que hay en mi país, verdadero instrumentos del golpe del chantaje, del terrorismo, ese es otro tema porque creo que el caso único no es el de Venezuela, sólo esperemos que los vientos sigan soplando y veremos, y veremos que los vientos de cambio sigan soplando.
Pues bien, la inclusión, la reintegración social, los pobres, los marginados de siempre. Decía uno de estos golpistas entonces cuando le pregunta algún buen entrevistador: bueno pero ustedes, porque seguían planteando después del golpe que Chávez tenía que irse ya, ya tenía que irse y le preguntaba el periodista: pero bueno ¿y ya no se fue, pues?, ustedes se lo lleva-ron a una isla y salieron como entre 5 y 8 millones de personas con la Constitución en alto. Entonces le pregunta el periodista ¿qué van a hacer con ellos pues, qué van a hacer con esos millones de personas? Entonces dijo aquel fascista, dijo y expresó lo que esa oligarquía tiene aquí cierta-mente, dijo: No, de ellos se encargará el Ejército, un poco la doctrina aquella de seguridad nacional que aquí se aplicó -desde aquí, desde esta tribuna quiero enviar un saludo a mi general Liber Seregni, soldado de este pueblo que supo enfrentar a los gorilas y dio ejemplo de dignidad a nosotros los soldados de estos pueblos y de estas tierras. Pero hay fascistas por allí, las oligarquías recurren al fascismo cuan-do sienten que la democracia como ellos la entienden ya no es posible, democracia para una minoría es lo que ellos quieren y dictadura para las mayorías, negación de las mayorías, represión cuando haya que reprimir. Créanme que yo viví un momento, momentos de mi vida muy duros, quizás el más difícil fue después del Caracazo, el Caracazo, ahí comenzó esta etapa de la historia venezolana, el plan del Fondo Monetario Internacional ¡bendito sea Dios!, el Fondo Monetario Internacional. Qué nefasto ha sido el Fondo Monetario Internacional y eso también tenemos que discutirlo, a ver si vamos a seguir sumisos a los mandatos del Fondo Monetario Internacional, a ver qué legitimidad tiene para darle órdenes a países soberanos el Fondo Monetario Internacional. Pues a Venezuela le dieron órdenes y le aplicaron en el 89 las políticas de shock así llamadas, de shock, bueno fue un shock, una explosión y a nosotros soldados de la República pues nos dieron la orden: bueno hay que parar ese pueblo que salía a protestar, a exigir y hubo una masacre, una masacre, hasta niños y ancianos murieron acribillados por las balas de los fusiles de soldados venezolanos y fuerzas policiales venezolanas. Decíamos entonces nosotros los soldados bolivarianos en los cuarteles, aquello generó una respuesta de indignación y de furor en la juventud militar sobre todo y en la corriente bolivariana a la que yo pertenezco desde casi niño; decíamos desde los cuarteles nos cayó la maldición de Bolívar pues, además de todo lo que ha ocurrido. Maldición de Bolívar porque en alguna ocasión Bolívar escribió: Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su propio pueblo, maldito sea. Las armas de un soldado deben estar al servicio de los intereses de un pueblo, no para masacrar a su propio pueblo como si fuera un Ejército invasor en su propio territorio. Ese fue el papel que le asignaron a buena parte de las Fuerzas Armadas latinoamericanas en el siglo XX, ese es otro tema que hay que tocar, ese es otro tema que hay que tratar, el papel de los militares en este tiempo, también estaba desarticulado en Venezuela la Fuerza Armada por un lado y la sociedad por otro lado, hoy estamos en un proceso de unión cívico militar.
Los indígenas, los niños de la calle ¿qué hacemos con ellos? Los que se quedaron sin escuela, los analfabetos. Anoche yo pasaba revista con Fidel de un plan de los tantos que Cuba y Venezuela estamos adelantando y nunca me cansaré de agradecer al pueblo cubano y a su líder Fidel, porque con todo lo que Cuba sufre los rigores de estos últimos tiempos en lo económico sobre todo, sin embargo ahí está Cuba dando ejemplo de cooperación, Venezuela tiene como herencia del pasa-do excluyente todavía más de un millón de analfabetas, el año pasado decidimos entrarle a ese problema pero a fondo por-que veníamos activando planes pero tradicionales, con los métodos tradicionales, y no logramos pasar nunca de 20 mil analfabetas, alfabetizados por año, pero cuando me llevan el año pasado las cifras del censo, último censo nacional, y es más de un millón de analfabetas, entonces decidimos elaborar un plan extraordinario, pedimos ayuda a Cuba, diseñamos -ya Cuba tiene experiencia en esto, no tiene Cuba analfabetas, desde hace muchos años acabaron con ese problema y tienen premios reconocidos o premios otorgados por UNESCO en ese tema y en otros temas como la salud, por ejemplo, pues bien ese hermano país que cuanto me alegro verlo aquí representado en esta mesa porque democráticamente en otras mesas no puede ir, democráticamente- pues con el apoyo de Cuba, asesores, y luego Fidel hasta televisores envió y unos cassettes y un método llamado Yo Sí Puedo, lo venezolanizamos por supuesto en un esfuerzo conjunto cívico militar, un voluntariado nacional, Pdvsa ahora en manos del Estado realmente cooperando, los estudiantes de las universidades, un llamado nacional y es impresionante el resultado en apenas tres meses de preparación el primero de julio comenzó el plan, lo hemos llamado Misión Robinson en honor a Simón Rodríguez, aquel gran filósofo que entre otras cosas fue maestro de Bolívar, pero no es que fue maestro de Bolívar, esa es una forma denigrante de llamarlo, fue grande Simón Rodríguez Bolívar lo llamó el Sócrates de Caracas, un gran filósofo revolucionario, pedagogo; pues Simón Rodríguez en honor a él, a su memoria y a su legado le dimos el nombre de Misión Robinson, el primero de julio comenzamos con 100 mil venezolanos y venezolanas incorporados a las aulas, no sólo en las aulas, en los barrios más pobres, en casa, en cualquier galpón ahí llegó la Misión Robinson. Hemos comprado más de 100 plantas eléctricas para llevarlo a los sitios más remotos, el televisor, los videos, un grupo de facilita-dores, las cartillas, los libros, los lápices, papel y la voluntad, por delante la voluntad.
Bueno desde el primero de julio, a pesar de que estábamos entrando en época de vacaciones, factor de riesgo en el plan, al día
de antier cuando salíamos me daban la relación, estábamos ya llegando a 800 mil venezolanos y venezolanas, he visto ancianos de 95 años sentados aprendiendo a leer y a escribir y he visto a niños que eran de la calle, he visto prisioneros, presos en las cárceles aprendiendo, es un esfuerzo nacional. Bueno de 25 mil, promedio máximo normal al año, este año nosotros vamos a llegar seguro a un millón y además es que aprendan a leer y a escribir en dos meses con métodos muy modernos y no sólo como antes, porque yo fui alfabetizador el año 62 por allá, 63, pero lo que uno le enseñaba era, con un cartilla, a un señor campesino leer Ala, Pala, Tapara, Maraca y listo. Cuando él sabía decir Ala, Pala, Tapara, Maraca y sabía colocar su nombre Juan, listo, alfabetizado. No, esa es una mentira, eso es un fraude. Ahora están aprendiendo de verdad a leer y escribir, están abriéndose a un mundo, y luego al terminar esto -anoche estábamos revisando precisamente cómo hacer para, ya tenemos la fecha lista, el 28 de octubre en honor a Simón Bolívar, ese es el día de su Santo, vamos a comenzar la segunda fase de la Misión Robinson- ese millón, la primera oleada del millón que serán los 100 mil que comenzaron el primero de julio van a comenzar educación básica, primer grado hasta sexto grado, y en dos años debemos tenerlos ya con educación básica aprobada, todo con métodos muy modernos utilizando incluso la vía telemática. Bueno ese es un ejemplo de cómo ahí es necesario integrar el país por dentro, ¿cómo un país va a desarrollarse con un peso tan grande de población analfabeta? Para el caso nuestro un millón de personas y un poquito más, bueno cuánto es 5 por ciento de la población, pero hay países que tienen hasta el 15 por ciento de analfabetismo.
Yo propongo, señor Presidente, que además de seguir trabajando, yo no niego la importancia y la necesidad seguir trabajando con mucha paciencia sin dar carreras, eso sí, porque es algo tan serio en lo que no se puede dar carrera el Área de Libre Comercio, yo no creo que ten-gamos que fijarnos una fecha, no, eso tiene un ritmo propio. Donde sí creo que hay que fijarse fecha y plazos urgentes todos no es en zonas de libre comercio, yo las llamaría zonas libres de Zona Libre de Analfabetismo. Por qué no decimos que en dos años -y podemos hacerlo con el caso venezolano se está probando que sí se puede hacer y otros países también han tenido muchos éxitos anteriores, muchos, modestamente yo pongo lo que estamos viviendo ahora mismo, que en Venezuela nunca se había acometido ese problema- pero con la experiencia de muchos países aquí representados, uniéndonos todos, yo estoy seguro que nosotros en el 2005 si nos propusiéramos con una fortísima e irreductible voluntad política y utilizando no muchos recursos tampoco, no muchos, no, con pocos recursos económicos pero con el gran recurso de la voluntad unitaria y del trabajo y de llamar a nuestras colectividades, a las clases medias, darle rol social a los militares mucho más de los que hasta ahora han jugado porque es una fuerza importante, la Fuerza Armada, hay que, también lo decía ayer el presidente Nicanor Duarte y lo aplaudí mucho como soldado, hay que reivindicar el papel libertador de nuestras Fuerzas Armadas porque en el siglo XX las convirtieron a casi todas en fuerzas de ocupación y fueron odiadas por nuestros pueblos, yo puedo decir hoy como soldado -y le doy gracias a Dios que me permita decirlo- el pueblo venezolano hoy ama a sus soldados, los ama, antes les temía, hace cinco años atrás, ocho, diez años atrás ver un soldado el pueblo temía a los soldados, hoy los ama porque andan juntos con el pueblo. ¿Por qué no nos fijamos un plazo?
Ya estoy entrando al segundo ámbito de la integración como la vemos, la integración regional. No es posible, hermanos y hermanas, no es posible pero para nada que nosotros podamos integrarnos con otras regiones del mundo que nos llevan además años luz en niveles de desarrollo y de vida con los altos grados de desarticulación y de desintegración social, política y económica que tenemos en nuestra región. Vamos a tomar esto con calma, no nos dejemos arriar como si fuéramos un rebaño de ganado, o como el caballo cuando le clavan las espuelas y le dan con la fusta, nosotros no somos bueyes ni caballos, somos seres humanos. No nos dejemos arriar, nos han arriado demasiado ya, seamos nosotros mismos, vamos a tomar el coraje de nuestros pueblos que supieron enfrentar todo lo que enfrentaron con dignidad, tenemos eso en la sangre, vamos a sacarlo que fluya el coraje histórico de América Latina, que no valgan amenazas ni presiones.
En una ocasión, fue en la Cumbre de Canadá, yo dije lo que quería decir, que creía que tenía que decir a nombre de mi Gobierno y después de discusiones en Caracas, entre otras cosas dije Venezuela no puede firmar eso del 2005, el ALCA, en primer lugar porque esta Constitución -y la saqué también, algunos se retorcieron muy duro, creo que se rompió la silla de alguno- esta Constitución dice que todo asunto de trascendencia nacional deberá ser sometido a referéndum popular, yo no puedo tomar una decisión por 23 millones y no sólo 23 millones, por 100 millones de los que van a nacer en el siglo XXI, hay que consultar a sus padres, a sus madres, a los maestros, a todos a ver si están de acuerdo con esto del ALCA, así que como voy a firmar yo que Venezuela firmará antes del 2005. No, yo no puedo firmar eso. Y luego algunos buenos amigos me decían: Chávez, qué bueno lo que dijiste. Y yo les decía ¿y por qué tú no lo dijiste también? Silencio.
A veces temores, a veces mucha confusión, ilusiones. Decía Simón Bolívar cuando era un joven Coronel apenas en Caracas, cuando algunos decían los más conservadores aún patriotas, aún, esto no es condenable, son patriotas pero que dicen no, pero hay que tomar más tiempo. Veamos las cosas con calma decían algunos, se trataba de declarar la independencia de España, estaba el Rey preso como sabemos, allá, de Napoleón. Y Bolívar se para y da un discurso, el primero que se conoce de aquel joven y dice: ¿Cómo que vamos a ver esto con calma, 300 años de calma no bastan? Y llamó y terminó diciendo: Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana, vacilar es perdernos. Hoy yo me atrevo a tomar esa frase de mi General Bolívar: pongamos sin temores las nuevas piedras fundacionales de nuestra libertad, vacilar sería perder a nuestros hijos, empujarlos por el despeñadero más grande, hagámoslo ahora, yo creo que llegó la hora, llegó el momento de hacerlo, nos tocó a nosotros hacerlo, no es diferible esta responsabilidad, es nuestra, quiso el tiempo y el espacio que fuera nuestra. Hagámoslo, como coraje tuvieron muchas generaciones antes de nosotros, de intentarlo aun cuando no lo lograron, creo que nunca como antes en mucho tiempo es posible ahora, creo que nunca como antes es posible ahora.
Ayer hablaba el presidente Duarte también del mundo pluripolar, comienza a aparecer ese término, antes casi nadie se atrevía sino hablar del nuevo orden -cómo se llama- el nuevo orden económico internacional, la globalización. ¿Qué globalización? ¿Una globalización para esconder un neoimperialismo? Hablemos claro, hablemos claro. ¿Cómo se pretende, por ejemplo, que los agricultores venezolanos compitan en pie de igualdad con los agricultores de los Estados Unidos?, subsidiados, apoyados, con un alto nivel de productividad con la ciencia y la tecnología, y nosotros estamos por allá todavía con escuelas de burros. Hace poco fui a visitar una escuela de burros, parece que los burros no son tan burros, al menos dicen los maestros que aprenden más rápido que los bueyes, o sea que el buey salió como perdiendo ahí; hay escuelas de burros en Venezuela, por allá en las sabanas de Apure ¿para qué?, para arar con burros los campesinos pues, que nosotros teníamos 20 años en Venezuela y ningún Gobierno, porque claro el neoliberalismo pues, el mercado lo arregla todo decían, entonces los gobiernos habían olvidado que había que darle créditos a los campesinos, no, a los productores y que había que, necesitan maquinarias, así que el parque de tractores y maquinarias industrial para los pequeños y medianos productores en Venezuela lo conseguimos hecho una chatarra, gracias al gobierno de Brasil, tanto el actual de Lula como el anterior de mi buen amigo el presidente Cardoso, y al gobierno chino de Jiang Zemin y ahora el nuevo gobierno chino; sendos convenios nos han permitido equiparnos en corto tiempo de miles de tractores y allá están y se los estamos dando a crédito al pequeño productor, pero sobre todo en cooperativas siguiendo un poco aquello de Cristo, cuando ustedes estén juntos y vivan como hermanos estaré con ustedes. No se trata de la solución individual, de un tractor para cada uno, es imposible, es un tractor para el grupo, para la cooperativa, para la asociación.
Entonces es un proceso el de integración hacia adentro que debe ser paralelo, ahí es bueno que como yo les voy a pedir Rojas Penso y señor Presidente, que nos ayuden, pedimos ayuda en esta discusión, queremos esta discusión, que no sigamos asumiendo que el único modelo viable es el que traemos como herencia pesada las zonas de libre comercio. Yo no me he alejado ni me alejaré del debate del Libre Comercio, todo lo contrario, hemos estado estudiando mucho, ahora estamos estudiando muchísimo para prepararnos para la reunión de la OMC en Cancún y me conozco todos los temas, me han enseñado estos buenos amigos economistas, planificadores, hemos llamado, hemos pedido ayuda a otros países y estamos mucho más claros hoy de qué se trata, ese es otro peligro, la OMC, otro gran peligro, porque es el neoliberalismo con sus armas imperiales, institucionalizadas que pretenden desconocer las constituciones de nuestros países pues. ¿Cómo se va a renunciar a la llamada compras del Estado? Nosotros no podemos renunciar a ello, para que nos invadan con capitales, bienes, servicios. ¿Cómo se va a renunciar a la soberanía de un país, al derecho de todo Gobierno a definir sus políticas propias en base a sus particularidades? No podemos renunciar a eso, Venezuela no va a renunciar a eso cuéstenos lo que nos cueste, ahora tengo la percepción muy favorable de que el mundo se levanta contra, cada día más y con más fuerza y coraje y espíritu unitario contra esa pretensión. Entonces como pedimos ayuda, haremos esfuerzos por aclarar nuestras concepciones para el debate. Aceptamos por supuesto y no nos molestaremos nunca cuando nos digan no, Chávez está loco -bueno muchos lo han dicho, no me molesta para nada- es una locura.
Bueno pero no importa discutamos la locura, yo creo que el neoliberalismo es una locura y estoy dispuesto a discutirlo y a debatirlo. Esos dos ámbitos deben trabajarse en paralelo, el interno en cada país según nuestras propias particularidades y posibilidades, ayudándonos mutuamente como el caso del analfabetismo, o el caso por ejemplo de la desnutrición infantil. Yo ayer oía por ejemplo, estábamos hablando en la mesa sobre aftosa, porque nos dieron carne, no, allá en Asunción, en el almuerzo, aquí a lo mejor también, y es rica la carne por aquí, exquisita, entonces Fidel siempre subversivo le lanzó una pregunta ahí: Mira que la aftosa, ¿tú tienes aftosa? -le preguntó a alguien- digamos la verdad ¿tú tienes aftosa, tú tienes aftosa? Entonces yo le recordaba después a Fidel, bueno sí esa es una preocupación lógica, no, y hay planes, hay planes para declarar una región o un país libre de aftosa. ¿Qué cosa no?. Esos planes abundan y son muy buenos, necesarios, pero qué poco vemos planes para que un país esté libre de niños desnutridos. ¿Qué será más grave, la aftosa en el ganado o los niños desnutridos, los niños de la calle?. Propongo que nosotros invirtamos el término de Área de Libre Comercio y eso lo sigamos trabajando, habrá que tener paciencia para eso, eh, mucha paciencia porque a veces por un queso, o por un vino o por la carne terminamos peleando, yo nunca voy a pelear por un vino, por un queso, es más una vez le dije a alguien yo no soy mercader, yo no soy Presidente para estar vendiendo vinos o vendiendo petróleo, eso le corresponde al Ministro de Minas vender petróleo, yo no voy a llamar nunca a un Presidente de un país: mire cómpreme petróleo. Yo no soy un mercader, soy un líder político, mi tarea es política, así entiendo mi función de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. Eso tiene un ritmo distinto, la Unión Económica es mucho más lenta, eso lleva décadas, en cambio la unión política basta un instante de coraje para asumirla, basta un instante, basta la voluntad para asumir un proceso de integración política.
Entonces cuando digo que pedimos ayuda es para el debate y el desarrollo de esta tesis, nosotros estamos escribiendo cosas y discutiendo allá. Es la primera vez que yo hablo este tema en una reunión de este nivel, me he tomado esa libertad y les agradezco su paciencia, pero creemos que esos dos ámbitos deben trabajarse en paralelo. Y sólo después de haber obtenido que deben ser fijadas matemáticamente, creo que fue Pitágoras el que acuñó una frase: "Dios habla por las matemáticas".
¡Claro! La matemática, no podemos estar estableciendo, como casi todos los documentos que he firmado de cumbres presidenciales, comenzando por la cumbre aquella del Milenio y todas nuestras cumbres. Bueno, manifestaciones de buena voluntad por todos lados: "lucharemos contra el hambre, lucharemos contra la exclusión", pero luego uno pregunta: ¿y dónde están los planes? No, a lo social sólo se le da un saludo a la bandera y buenos discursos, pero a la hora de sentarse a calcular en matemáticas sólo se mira lo económico: cuántas toneladas, cuántos dólares, cuáles es el balance, etcétera, pero nunca o muy pocas veces nos sentamos a calcular cuántos niños desnutridos tenemos y en cuántos años podemos llevarlos a cero esa cifra. Yo propongo que comencemos a debatir ese tema, áreas libres de analfabetismo, áreas libres de desnutrición infantil, áreas libres de gente sin vivienda, áreas libres de destrucción ecológica. Yo creo que ese es el camino, el camino que debemos asumir, mucho antes que el camino de la integración en zonas de libre comercio, para enfrentar con éxito el reto de un mundo pluripolar, de eso se trataría, un mundo pluripolar. Sería ese tercer ámbito de la integración, o como algunos llaman: la Globalización, el mundo pluripolar. Creo, firmemente que en este continente, Sudamérica, y el Caribe, hay suficiente potencial: primero, humano; segundo, natural, de riquezas naturales para que aquí se haga realidad el sueño aquel que Bolívar lanzó en Kingston, en Jamaica, cuando hizo una carta respondiéndole -como él dijo- a un americano meridional: "Soy el primer en soñar con ver con-formado en esta región del mundo la más grande nación de la Tierra, más grande por su libertad y por su gloria que por las inmensas riquezas que guardan sus entrañas". Y Venezuela ha pensado y ha propuesto cosas, no es retórica esto nada más, no son ideas solamente. Qué tal si nosotros -he dicho una y cien veces- por Brasil, por Colombia, por Perú, por Ecuador, he dicho: "qué tal, por qué nosotros no podemos conformar Petroamérica". Qué fuerza tendríamos nosotros con una empresa multiestatal petrolera en Suramérica y México también, por supuesto. Hasta ahora hay algunas respuestas, comienzan a llegar respuestas pero durante casi cinco años aquello fue hablarles a sordos. Hace poco firmamos con el Gobierno del Ecuador un memorandum de entendimiento y una intención para nombrar una comisión y estudiar la idea.
Alguien me preguntó en alguna ocasión: "¿Chávez sería una OPEP latinoamericana?", pudiera serlo, pero pudiera serlo, hay que ver la fuerza negociadora que tiene la OPEP, la recuperó después de varios años, la OPEP no valía medio. En eso nosotros hemos jugado un modesto papel, pero importante de recuperar a la OPEP. Una Petroamérica con la riqueza que tiene Brasil, Petrobras, ahí están las empresas, Petrobras, Petrotrin, hace poco tuvimos en Trinidad y Tobago, Petrotrin, Pdvsa, Ecopetrol, Petroperú, Petroecuador. Para hablar sólo del arco del norte de Suramérica donde está una de las más grandes reservas de petróleo del mundo y no sólo de petróleo, algo que es más valioso que el petróleo, el gas. A medida que pase el tiempo el gas va a adquirir mayor valor de uso y de cambio que el mismo petróleo. Ese es un elemento para la integración concreta de nosotros aquí. Pdvsa cuando no era del Estado venezolano, sino que conformaba un Estado dentro del Estado, porque ahí en Venezuela realmente cayó un gobierno pero no fue el mío, el de Pdvsa cayó. Nosotros despedimos 17 mil técnicos y altos gerentes de Pdvsa y ahora funciona mucho mejor la empresa, los golpistas pues y los saboteadores los despedimos y algunos están huyendo porque tienen orden de detención por terrorismo y sabotaje, y ahora bajamos en 20% el costo de producción Una corrupción desmedida, unos sueldos en dólares, porque tenían que ganar lo mismo que las empresas privadas multinacionales y pare usted de contar. Pero lo que les iba a contar era que en una ocasión por casualidad estando en Europa me enteré que Pdvsa andaba buscando varios miles de millones de dólares en Europa, pidiendo un crédito y estaban a punto de lograrlo, sin consultar con la República, para nada, ellos se consideraban un Estado dentro del Estado y lograban préstamos de miles de millones de dólares solo por su cuenta, solo Pdvsa. Seguimos lográndolo sólo que ahora bajo control de la República.
Ahora, traigo ese ejemplo sólo para que pensemos nosotros los suramericanos cuánto pudiéramos conseguir de inversiones, y no con condiciones impuestas que te dan un préstamo y te quitan el alma. No, en condiciones de dignidad, en contra del capital que tenemos en petróleo y gas, una multiestatal, Petroamérica o Petrosur, me está gustando más ahora Petrosur que Petroamérica, uno va evolucionando en esto, ¿no? Es mejor Petrosur, el rumbo es el sur, me gusta la Cruz del sur mucho más que la Estrella Polar. ¡Qué linda es la Cruz del Sur! Ese es el rumbo de nosotros. Artigas lo decía: "La solución está aquí entre nosotros mismos", no va a venir de fuera la solución de nuestros dramas, está aquí entre nosotros mismos.
Bueno, Petroamérica pudiera ser. Ahora, para eso hace falta un grado superior de voluntad política, atrevernos a hacerlo. Que si alguien por allá se va a molestar, bueno, que se molesten, les pasará la molestia. Decía mi abuela: "...el que se ponga bravo, bueno, tiene... aquí en la casa, en la familia, tiene doble trabajo, porque va a tener que contentarse algún día", y sobre todo cuando se trata de petróleo y de gas. En una ocasión cuando íbamos a ir por Bagdad, desde Washington dijo alguien que estaban muy irritados porque yo iba a ir a Bagdad. Yo inocente al fin, yo no sabía que ningún presidente había ido a Bagdad después de la guerra aquella del Golfo, bueno, y nadie fue y llegó la otra guerra y sólo yo quedé anotado en un libro por allá: "Chávez visitó Bagdad". Yo fui a Bagdad a defender los intereses de mi país, allá nació la OPEP y aquel presidente Saddam Hussein, el presidente de Irak y con él había que hablar como también con el rey Faad y con Khadafi y con Buteflika y con Obasanjo, y también con los mexicanos, allá tuvimos también, no son de la OPEP, lamentablemente, quisiéramos que México fuera parte de la OPEP, pero, bueno, allá México y su soberanía. Pero mantenemos una relación como que si lo fuera, de coordinación estrecha, tanto como con Zedillo en aquel tiempo como luego ahora con Vicente, y con Noruega igual y con Rusia que es un gran productor, mantenemos estrecha coordinación extra OPEP para equilibrar el mercado y obtener un precio justo del petróleo.
Bueno, yo recuerdo que estando en Teherán con nuestro amigo y hermano el presidente Mohamad Jatami, de ahí íbamos a ir a Bagdad, llegaron las declaraciones de un vocero de Washington: "Que estamos muy irritados y que al presidente Chávez le pedimos que suspenda su viaje y que no podrá pasar la zona de exclusión aérea". Yo dije "no, yo voy por tierra, si en camello hay que ir yo voy a ir en camello", y lo que me preguntó un periodista: "¿Qué opina usted que están irritados en Washington?". Bueno, les mandaré una cremita de esas para la irritación, para que no les vaya a dar un mal, una cosa mayor. Pero qué nos importa a nosotros que se irriten en Washington cuando se trata de ser libres, y vuelvo a tomar a Bolívar en aquel discurso memorable, fue un 4 de julio de 1811 que ya citaba yo, pero él dijo otras cosas muy importantes, en una de ellas dijo: "Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos, nosotros sí estamos dispuestos a ser libres". Qué nos importa que se irriten donde se irriten si está en juego el destino de nuestros pueblos. Pero luego, fíjate, Clinton una vez me dijo: I like the bands, porque nosotros propusimos, Puente Leyva, de una banda para equilibrar los precios del petróleo porque es una locura estar un año que el petróleo está en 40 dólares y al año siguiente está en 5, y cuando baja tanto va a subir otra vez como la pelota, rebota, es inevitable, y cuando sube mucho también, va a bajar. Una cosa de locos, ¿no?, para los productores y los consumidores, para todo el mundo pues. Hemos propuesto una banda, un mínimo y un máximo y regularlo.
Clinton no entendía eso, primero decía que era un atentado contra los intereses de los Estados Unidos, porque el precio comenzó a subir producto de que nosotros empezamos a recortar producción, recortamos 2 millones de barriles en acuerdo con todos los presidentes de OPEP que vinieron a Caracas, menos Saddam y Khadafi que por razones obvias no vinieron, pero mandaron sus vicepresidentes con plenos poderes, y decidimos buscar la banda y ahí está el petróleo en la banda, la tenemos ahorita en 26, y fuimos a México, a Rusia y estamos de acuerdo y estamos cada tres meses en reuniones mirando para buscar un precio equilibrado y justo, y eso es positivo para todo el mundo. Al final Clinton entendió: I like the bands (yo no hablo mucho inglés pero medio lo entiendo) y me lo dijo en Nueva York, I like the bands.
Pero Petroamérica sería, señor presidente, imagínese usted Petrobras y Pdvsa juntos y otros más, pero no sólo eso, nosotros hemos propuesto también que transformemos el Fondo de Reservas, Latinoamericano de Reservas en un Fondo Monetario Latinoamericano. Alguien dijo: "no, pero es que allá arriba pueden pensar que es el Fondo Monetario tal...". Bueno, entonces cambiemos el nombre pues, si de nombre se trata llamémoslo Fondo Financiero Latinoamericano y vamos a potenciar ese fondo... potenciemos la Universidad Andina Simón Bolívar, hablando de la propuesta de unir el Fondo del Plata y un Fonplata, ¿verdad?, hay un Fonplata, hay una Corporación Andina de Fomento, que busquemos la manera de integrar eso, que podamos crear un Banco Latinoamericano para el Desarrollo, Brasil tiene uno, Venezuela tiene otro muy modesto pero está allí, para financiar el desarrollo, para los microcréditos, eso soluciona mucho la pobreza extrema y comienza la gente a salir de esa situación horrorosa. En fin, yo creo que es perfectamente viable pensar en esto, no sólo viable, necesario, y con las diferencias que podamos tener buscar los puntos comunes y cambiar, cambiar, estamos en tiempos de cambio, necesario es cambiar, o cambiamos o cambiamos. Decía Víctor Hugo: "No hay nada tan poderoso como una idea cuya época ha llegado". Muchas gracias.
Miren, se me salvaron, se me salvaron porque todas estas láminas me la dieron para hablar del ALCA, pero en la próxima invitación.
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