Comisión parlamentaria de investigación sobre los medios desplegados por el Estado desde el 7 de enero de 2015 para luchar contra el terrorismo
Audiencia a puertas cerradas de los funcionarios de la BAC nocturna de Val-de-Marne: señores T.P., brigadier-jefe; L.S., brigadier-jefe; O.B., brigadier; N.B., vigilante; A.D., vigilante y P.T., vigilante.
Georges Fenech, Presidente de la comisión parlamentaria: Señores, con la audiencia de ustedes terminamos el estudio de la cronología de los hechos de 2015. El testimonio que ustedes van a prestar completará útilmente el de sus colegas de la Dirección de la Seguridad de Proximidad de la Aglomeración de París (DSPAP) a quienes recibimos la semana pasada.
Ustedes son miembros de la Brigaba Anti-Crimen (BAC) nocturna número 94 y ustedes intervinieron, el pasado 13 de noviembre [2015], durante el atentado cometido en el [teatro] Bataclan, sito en la esquina del pasaje Saint-Pierre-Amelot y el bulevar Voltaire, donde ustedes intercambiaron disparos con los terroristas.
Esta audiencia se desarrolla a puertas cerradas, debido al carácter confidencial de las informaciones que ustedes pudieran revelarnos. Por consiguiente, no está siendo transmitida a través del sitio web de la Asamblea [Nacional]. Sin embargo, y de conformidad con el artículo 6 de la disposición 58-1100 del 17 de noviembre de 1958 sobre el funcionamiento de las asambleas parlamentarias, las transcripciones de las audiencias celebradas a puertas cerradas serán entregadas previamente a las personas que declaran en dichas audiencias pare recoger sus observaciones. Esas observaciones serán entregadas a la Comisión Investigadora, que podrá decidir incluirlas en su informe. Permítanme recordar que, de conformidad con las disposiciones del mismo artículo, «será castigada con las penas previstas en el artículo 226-13 del Código Penal, o sea un año de cárcel y una multa de 15 000 euros, toda persona que, en un plazo de 25 años, divulgue o publique una información sobre los trabajos no públicos de una comisión investigadora, exceptuando los casos en que el informe publicado al término de los trabajos de la comisión menciona en dicha información».
De conformidad con las disposiciones del ya citado artículo 6, pasaré ahora a solicitar a ustedes que juren decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Los señores T.P., brigadier-jefe; L.S., brigadier-jefe, O.B., brigadier; N.B., vigilante; A.D., vigilante, y P.T., vigilante, prestan juramento.
Cedo la palabra a ustedes solicitándoles que describan rápidamente el papel que se vieron llamados a desempeñar, personalmente o junto con su unidad, con la mayor precisión posible en tiempo y lugar.
Señor T.P., brigadier-jefe: En la noche del 13 de noviembre [de 2015], yo estaba de servicio como jefe del vehículo BAC 952-11, destinado a operar prioritariamente en Val-de-Marne, y a bordo del cual se hallaban el brigadier N.B. y el señor N.B. Estábamos alrededor de Ivry y Charenton cuando oímos el primer mensaje en la frecuencia parisina de la radio regional 137, sobre una explosión en el Estadio de Francia. Nuestra unidad se integró a la Subdirección de Servicios Especializados, cuya misión es intervenir en toda la zona que se halla bajo la responsabilidad de la DSPAP, en caso de hechos extraordinarios. Así que decidí regresar a Vincennes. Queríamos cenar rápidamente para estar disponibles después para irnos al 93.
Recibimos la información sobre la segunda explosión cuando estábamos en camino, lo que nos llevó a acelerar nuestro desplazamiento. Luego, cuando estábamos instalándonos en Vincennes, supimos, por la frecuencia 137, que se habían registrado ataques a varias terrazas [de cafés] en París. Por iniciativa propia, abordamos nuevamente nuestro vehículo y retomamos nuestro equipamiento. Al oír dónde se desarrollaba el segundo ataque contra los cafés decidimos dirigirnos a la Plaza de la Nación, hacia donde parecía dirigirse el recorrido de los terroristas. Allí nos pusimos en posición de espera.
Estábamos allí, en la esquina del bulevar Voltaire, cuando oímos que varios ataques tenían lugar contra otras terrazas [de cafés] y que un automóvil Polo de color negro matriculado en Bélgica había huido en dirección del bulevar Voltaire. Nos metimos entonces en el bulevar para tratar de interceptar el vehículo. En ese mismo momento oímos una explosión, una detonación. Prosiguiendo nuestro camino, a unos 300 metros, llegamos a la esquina de la calle Montreuil, al Comptoir Voltaire, donde un kamikaze acababa de hacerse estallar y ante el cual deambulaban varias víctimas.
Después de transmitir la información a través de las frecuencias parisinas, puse a N.B. en posición de protección en el bulevar Voltaire, con el fusil de mazorca al nivel del vehículo, y N.B. tomó la esquina [que forman] la calle Montreuil y el bulevar, arma en mano –no sabíamos en aquel momento si los terroristas aún estaban allí. Por mi parte, hice un balance de las víctimas, dentro y fuera del bar, para solicitar la ayuda [médica]. Conté 2 heridos leves al nivel del bar, delante, y otros 2, más graves, al costado. Afuera había 2 mujeres embarazadas alcanzadas por fragmentos. En el bar, bajo la terraza cubierta, había una camarera en el suelo, muy gravemente herida, así como un señor de apariencia africana. Al fondo de la terraza, alguien estaba practicando un masaje cardiaco a una persona de sexo masculino con aspecto europeo o del norte de África.
Cuando salí del bar para pedir la ayuda médica, supe por la radio que había disparos en el teatro Bataclan. L.S. señalaba su presencia en el lugar con la BAC 952-12. Los disparos se oían a través de la radio cuando él anunció que había un número enorme de víctimas a las que estaban comenzando a evacuar. Nosotros nos sentimos impotentes porque no podíamos abandonar el Comptoir Voltaire, donde era necesario ocuparse de las víctimas.
Un vehículo de auxilio de la Cruz Roja que pasaba por allí nos prestó ayuda, al igual que una doctora y una enfermera. Nosotros seguimos garantizando la protección del lugar. Después llegaron dos vehículos de los bomberos: un vehículo de lucha contra incendio y un carro-escalera. Cuando lo interrogué sobre la presencia del carro-escalera, un bombero me contestó que eso permitía disponer de efectivos en el lugar. Los bomberos se encargaron entonces de los heridos más graves.
Allí se presentó un vehículo de policía parisino. Al ver lo viejo que era el auto, tuvimos dudas de que realmente perteneciera al parque automovilístico de la policía. El comisario de la policía judicial del 15º arrondissement de París estaba en aquel auto. Después de oír los mensajes de la radio, había metido en el auto a dos colegas con chalecos blindados pesados para venir como refuerzo al lugar de los hechos desde el 15º arrondissement. Le describí la situación y, como nosotros estábamos mejor equipados que él, decidió quedarse en el lugar y enviarnos al teatro Bataclan para que ayudáramos a nuestros colegas.
Sebastien Pietrasanta, Relator: ¿Qué hora era?
A.D., vigilante. Yo soy el chofer de la BAC 952-12. Salimos de Creteil a las 21 horas 42 minutos y llegamos al Bataclan a las 21 horas y 51 minutos.
T.P. Entre el momento en que estábamos en el Comptoir Voltaire y nuestra llegada al Bataclan deben haber pasado, como máximo, una decena de minutos.
En el Comptoir Voltaire, creíamos hallarnos ante un tiroteo, como en otras terrazas. Fue una víctima quien me explicó que un hombre había entrado en el bar y que había habido una explosión, sin precisarme que estábamos ante la acción de un kamikaze. Volví a la terraza, para comprobar que no había casquillos de bala en el suelo. Así que no se trataba de un tirador. La presencia de una enorme cantidad de tuercas indicaba que había estallado una bomba, lo cual indiqué de inmediato a TN 750.
Al llegar al Bataclan vimos, entre un camión de bomberos y un autobús de la policía, el automóvil Polo de los terroristas estacionado normalmente en la esquina que forman el pasaje Saint-Pierre-Amelot y el bulevar Voltaire. Después de equiparnos de un casco antibalas con visera no blindada y de un fusil de mazorca, O.B., N.B. y yo mismo nos desplazamos en columna para tomar la esquina izquierda del pasaje Saint-Pierre-Amelot, para cortar así la retirada a los individuos. Si salían de la sala [Bataclan] para abordar su vehículo, teníamos que estar allí para poder neutralizarlos.
L.S. estaba en la otra esquina, del lado del Bataclan, y A.D. detenía los vehículos particulares y los taxis, utilizándolos para evacuar heridos con ayuda de una camarera. También pude ver a P.T. ayudando a las víctimas a salir del Bataclan.
Los efectivos parisinos del autobús de la policía que se hallaba en el lugar, el TC 82G, no disponían de ningún equipamiento, aparte de su chaleco [blindado] individual y su arma. Habían roto una puerta que se hallaba detrás de nuestra posición. Esa puerta da acceso a los locales administrativos del Bataclan, donde habían instalado con los bomberos un puesto médico avanzado para prestar los primeros auxilios a las víctimas. A.D. y la camarera que ya mencioné anteriormente iban y venían llevando a las víctimas.
La BAC 915 de civil de Saint-Maur-des-Fossés, que se unió a nosotros, se había situado detrás de nosotros y el colega que estaba haciendo la pasantía del TC se posicionó con nosotros en la columna. Oímos 3 o 4 disparos dentro del Bataclan y una explosión, luego se abrió la puerta y nos dispararon una primera ráfaga de Kalachnikov.
Pierre Lellouche: ¿De qué puerta se trataba específicamente?
T. P. De la primera salida de urgencia de la sala [Bataclan que se encuentra] viniendo del bulevar Voltaire. [Esa puerta] sale al pasaje Saint-Pierre-Amelot.
No pude responder [al fuego] con mi arma porque un civil, que estaba fuera del campo visual del terrorista, se hallaba de pie a la altura de la puerta y trataba de transportar a una mujer herida o muerta. Las vitrinas de la tienda detrás de la cual estábamos me permitían ver al individuo armado, pero él también nos veía. Les dije a mis colegas que no estaban protegidos que se quitaran de allí. El individuo volvió a cerrar la puerta. N.B. se posicionó detrás de mí para apoyarme con su fuego.
Cuando nos dispararon otra ráfaga pude contestar con dos disparos ya que, para ese momento, el civil se había tirado al suelo. Durante la recarga táctica de mi arma, le expliqué a Nicolas que teníamos dos soluciones: «Lo mejor sería tratar de entrar, pero uno de nosotros o quizás los dos moriríamos en el intento, ya que no contamos con ninguna protección. La otra solución, sabiendo que tenemos enfrente un poder de fuego ampliamente superior, sería recurrir al factor sorpresa y cambiar de posición para que yo pueda mejorar mi posición de tiro.» Nicolas me dijo: «¡Hagamos eso!»
Así que nos movimos. Los colegas se posicionaron detrás del camión de bomberos y yo me posicioné como fuego de apoyo al nivel del eje del bloque del motor del autobús de la policía –la única parte de vehículo que garantiza protección. Tenía un buen punto de apoyo para el fusil de mazorca. Entonces nos dispararon por tercera vez. El individuo disparó hacia la esquina del bulevar Voltaire y, al darse cuenta de que ya no estábamos allí, apuntó al camión de la policía y el camión de bomberos. Una bala atravesó de lado a lado el carro de bomberos saliendo no lejos de la cabeza de A.D.. Y yo estaba otra vez imposibilitado de contestar al fuego porque el civil se había levantado de nuevo.
Entonces se unieron a nosotros los militares de Vigipirate. Al estar equipados con armas de guerra tenían más posibilidades que nosotros de contestar a los disparos. Solicité por radio la autorización de incorporarlos a la acción, pero me contestaron: «Negativo. No puede incorporar a los militares. No estamos en una zona de guerra.» Le anuncié a un soldado que si nos hallábamos bajo fuego y él no podía utilizar su arma, yo mismo la utilizaría si me quedaba sin municiones.
Pierre Lellouche: ¿Quién le dio la respuesta que usted nos refiere?
T.P. Fue la sala de mando de la prefectura, ¡a través de la radio! Nos comunicamos gracias a una frecuencia de radio: TN 750, es la más alta autoridad parisina a nivel radial.
Señora Francoise Dumas. ¿Cómo funciona eso, normalmente y en una situación excepcional?
T.P. Normalmente, nosotros escuchamos las frecuencias de Val-de-Marne. De ser necesario, también estamos siempre a la escucha de la frecuencia 137, que transmite las informaciones regionales desde la sala de mando de la DSPAP, con autoridad sobre París y sobre toda la periferia inmediata y también la periferia externa.
Pierre Lellouche: ¿Depende usted directamente del prefecto de policía? ¿Hay un oficial que dirige la sala de mando?
El Relator: Yo creo que el director del gabinete estaba en la sala de mando. Tendremos la oportunidad de aclarar esos puntos.
Brigadier O.B. Por su parte, los militares no dependen de la sala de mando de la DSPAP. Dependen de otro puesto de mando radial.
T.P. El militar me explica que no tiene órdenes y que no podrá abrir fuego, aunque le digo que nos están baleando como a conejos y que habrá que arreglárselas para neutralizar a los que salgan [del Bataclan].
El Relator: ¿Cuántos militares había?
T.P. Eran 8: 4 cerca de nosotros y otros 4 detrás.
Pierre Lellouche: ¿De cuánta munición dispone usted para su fusil de mazorca en configuración normal?
T.P. Diez cartuchos. Tenía 6 en el fusil y 4 en el bolsillo.
Pierre Lellouche: ¿Son Brenneke [calibre 7x64 mm]? ¿Tiene usted otro armamento?
T.P. Son Brenneke. Ese fusil es la única arma que tenemos. L.S. tiene esa misma arma pero su ángulo de tiro le impedía utilizarla.
En el pasaje Saint-Pierre-Amelot, el civil, a quien habíamos pedido varias veces que se retirara de allí, arrastró a la persona que estaba en el suelo hasta ponerla detrás de las puertas de emergencia y se acostó sobre ella. El terrorista, al comprobar que ya no tenía la ventaja en materia de posición de tiro, abrió de par en par las puertas de emergencia. Frente a mí, a 30 metros, el individuo se puso detrás de la puerta izquierda abierta para disparar una ráfaga de kalachnikov. Sólo se veía su brazo. Le apunté dos veces a través de la puerta. Después de rectificar mi primer disparo, que fue demasiado alto, le disparé nuevamente a la altura del torso. El kalachnikov se inclinó hacia el suelo bruscamente. Las puertas volvieron a cerrarse muy lentamente. El civil que estaba en el suelo me hizo una señal, que no entendí, levantando las dos manos. Nosotros mantuvimos la posición en espera de los refuerzos.
Después llegó el conjunto de nuestra unidad, o sea el resto de la BAC nocturna 94 de uniforme y con equipamiento pesado: casco pesado, escudo antibalas, chaleco pesado, armamento más adecuado. Nosotros fuimos a buscar equipamiento en nuestro vehículo de intervención y después volvimos a ocupar nuestra posición. En ese intervalo de tiempo, otros efectivos habían llegado como refuerzos, entre ellos la Brigada Especializada de Terreno (BST) y la BAC de Champigny-sur-Marne. La Fuerza de Intervención Rápida (FIR) de la BRI [1] llegó en aquel momento.
Presidente Georges Fenech: ¿Puede usted hacer un estimado del tiempo transcurrido entre su llegada, los primeros intercambios de disparos y la llegada de la BRI? ¿Quince minutos?
T.P. Entre el primer intercambio de disparos y el último hay casi 10 minutos. Eran aproximadamente entre las 22 horas y las 22:15 minutos. La BRI llega más o menos hacia las 22 y 45 minutos.
Presidente Georges Fenech. ¿Hacia las 22 horas y 50 minutos?
T.P. Más o menos. Yo no estaba mirando mi reloj.
Nos pidieron que los diéramos apoyo porque no eran suficientes [hombres].
Presidente Georges Fenech. ¿Cuántos miembros de la FIR había?
T.P. Al principio, debían ser una docena.
Tomaron prestado el escudo antibalas que utilizaba O.B., un segundo escudo de la BST de Champigny y, me parece, un tercer escudo de otro servicio. No tenían otra protección antibalas que sus chalecos. Su francotirador me pidió fuego de apoyo y protección antibalas para cruzar el bulevar Voltaire con el fin de tener un ángulo de tiro sobre la fachada del Bataclan. Nos equipamos con elementos pesados, con 2 escudos y 2 fusiles de mazorca, y lo acompañamos 3 hombres.
Llegó el resto de la BRI y también el RAID [2]. Se pusieron en posición. Gracias a su vehículo blindado pudieron penetrar en el pasaje Saint-Pierre-Amelot para ayudar al civil que se encontraba allí con la señora tendida en el suelo. No sé cuánto tiempo después lanzaron el asalto.
Pierre Lellouche: ¿Es normal que las fuerzas de la BRI no tengan escudos antibalas?
T.P. No sé cuál era el medio de transporte de los hombres de la BRI. Quizás vinieron en motocicleta. Los escudos plásticos o pesados, o sea rígidos, son voluminosos y los vehículos administrativos de los que disponemos actualmente no están adaptados para nuestras misiones actuales. No es posible meter un escudo antibalas en un automóvil Peugeot 308. Y ni siquiera le hablaré de los colegas de la comisaría que llegaron en su Peugeot Partner.
L.S. tenía un escudo antibalas porque andaba en un [Ford] Mondeo. Es importante que sepan que los escudos balísticos plásticos no detienen las balas de un kalachnikov, hay que agregarles una placa especial que pesa más de 20 kilogramos. Los escudos rígidos detienen los disparos de kalachnikov, pero no caben en nuestros vehículos.
Presidente Georges Fenech: Señor L.S., creo que la BAC 952-12 fue la primera en llegar al Bataclan. ¿Es así?
Brigadier jefe L.S. Yo soy el jefe del grupo de A.D. y P.T. Nosotros estábamos en el sector de Creteil cuando oímos que se habían producido explosiones en el Estadio de Francia. Nos dirigimos primeramente hacia Saint-Denis. Luego cambiamos de itinerario para ir a París y al Bataclan, cuando supimos lo que estaba pasando allí. Confieso que no soy dado a recordar horarios. El vigilante A.D. será más preciso que yo sobre ese tema.
A.D. Soy el chofer del jefe L.S. y del vigilante P.T. Salimos de Creteil a las 21 horas y 42 minutos y llegamos al Bataclan a las 21 y 51 minutos. Yo tengo la hora en la pizarra del vehículo y llamé telefónicamente a mi esposa para avisarle en el momento en que salíamos.
El Relator: ¿Ustedes llegan antes que el comisario N, que se dirigió primeramente al lugar?
L.S. Nosotros llegamos justo un poquito antes que el comisario y su compañero.
Nuestra intervención se desarrolló en tres fases.
Primeramente, el señor A.D. prepara el material de seguridad, o sea los cascos pesados y el escudo antibalas –nosotros no tenemos chalecos pesados. Mientras tanto, el señor P.T. y yo nos metemos en el pasaje Saint-Pierre-Amelot. Informamos a nuestra estación directora de lo que vemos: es una escena de guerra, personas tendidas en el suelo, heridas o muertas. Creo, luego de haber conversado con él posteriormente, que en ese momento el comisario N y su chofer penetran en el Bataclan por la entrada principal y neutralizan a uno de los terroristas. Doscientas o 300 personas salen del Bataclan por el pasaje. Nosotros pasamos revista visualmente a la multitud en busca de posibles terroristas. Nos encontramos ante un movimiento de pánico pero pedimos a las personas que pueden valerse por sí mismas que ayuden a las que son menos capaces de hacerlo. Algunas vuelven sobre sus pasos para ayudar a los heridos. Nosotros decidimos escoltar a las personas mencionadas hasta un sitio seguro para que un servicio de urgencias pueda ocuparse de ellas. Creo que nos disparan una andanada de kalachnikov [porque] vemos varias personas caer a nuestro alrededor, pero no logramos determinar el origen de los disparos. Es bastante frustrante. El señor A.D. llegó después uniéndose a nosotros.
En una segunda fase, después de equiparnos mejor, nos unimos al comisario N en la puerta principal. En ese intervalo, la BAC 952-11 se une a nosotros. Estábamos felices de verlos llegar. Después esperamos a los servicios especializados: la BRI y el RAID.
En una tercera fase, ya con todos los refuerzos presentes, garantizamos la seguridad del lugar y participamos en la evacuación de las personas heridas.
El Relator: ¡Ustedes son los primeros en llegar al Bataclan!
L.S. Así es. Somos los tres primeros policías en el lugar. El comisario N y su chofer llegan rápidamente.
El Relator: ¡A las 21 y 45 minutos!
L.S. Después llegan varios policías del 20º arrondissement.
A.D. ¡También vienen algunos de la comisaría del 3er arrondissement!
L.S. Minutos después, ya somos una decena de funcionarios [de las fuerzas del orden].
El Relator: Cuando ustedes llegan, se encuentran, según sus propias palabras, una «escena de guerra». ¿Por qué razón se concentran ustedes en el pasaje Saint-Pierre-Amelot? ¿Por qué no deciden entrar en el Bataclan? ¿No contaban ustedes con suficientes efectivos, con suficiente equipamiento?
L.S. Cuando llegamos hay personas saliendo del pasaje Saint-Pierre-Amelot, lo cual atrae nuestra atención. Pensamos que los individuos armados pueden tratar de huir por ese pasaje, por donde avanzamos nosotros. Oímos disparos y explosiones tan fuertes que golpean nuestros cuerpos.
El Relator: ¿Qué explosiones son esas? ¿Kamikazes haciéndose estallar?
L.S. Oímos, dentro del Bataclan, un ruido que se parece al de granadas estallando. También reconocemos el sonido característico de un fuego nutrido de kalachnikov. Las explosiones son tan potentes que las oímos desde el exterior, a pesar del espesor de los muros de una construcción característica de la época del barón Haussmann.
Valoramos qué podemos hacer. No disponemos de efectivos ni de medios materiales para intervenir correctamente. La mayor parte de los funcionarios [de las fuerzas del orden] estaban movilizados en los alrededores del Estadio de Francia.
Presidente Georges Fenech: Si hubiesen tenido ustedes los medios y el equipamiento necesario, ¿habrían penetrado en el Bataclan?
L.S. Quizás hubiésemos podido congelar un poco la situación. Lo que es frustrante es ver a la gente caer. Habríamos querido hacer más pero no pudimos hacerlo por falta de medios materiales.
La BRI nos dijo después que habíamos tenido el reflejo correcto: había que rodear el Bataclan para inmovilizar a los terroristas y mostrarles que estábamos allí. A partir del momento en que una presencia policial atrae su atención, es posible que [los terroristas] se interesen menos en los rehenes.
El Relator: Cuando el comisario N mata al kamikaze, 200 o 300 personas salen del Bataclan, según nos dicen ustedes. ¿Fue entonces cuando dispararon varias ráfagas? ¿Hubo víctimas de esos disparos entre los espectadores del Bataclan?
L.S. Las personas se desploman a la salida pero nosotros no sabemos si han sido heridas dentro [del teatro]. Como decía a ustedes, nosotros no sabemos de dónde vienen los disparos, a pesar de que vemos impactos. En un momento así todos nuestros sentidos están simultáneamente en alerta y perturbados. Nosotros tratamos de ser lo más reactivos posible y de analizar la situación, pero el estrés adormece una parte de los reflejos profesionales. Tratamos de trabajar correctamente. El objetivo es salvar un máximo de personas.
El Relator: Después de la intervención del comisario N, cuando los espectadores salen masivamente, ¿dispara alguien sobre ellos?
T.P. Cuando nos disparan a nosotros en el pasaje Saint-Pierre-Amelot, ya no hay allí más que el señor que mencioné anteriormente, que trata de mover a una mujer.
L.S. P.T. interviene justo después que nosotros. Cuando nosotros llegamos había gente que corría en todas direcciones saliendo del Bataclan por el pasaje Saint-Pierre-Amelot.
A.D. Cuando los espectadores salen del Bataclan, el individuo o los individuos disparan desde adentro sobre los espectadores que están casi en la puerta. Una bala de kalachnikov lo atraviesa todo. L.S. y P.T. son testigos de esos disparos.
El Relator: Esto sucede antes de las 21 horas y 57 minutos y la intervención del comisario N.
T.P. Sí.
El Relator: Después de las 21 horas 57 minutos y de la muerte del kamikaze, ¿ya no hay más disparos, exceptuando las ráfagas disparadas directamente contra la BAC en el pasaje Saint-Pierre-Amelot?
T.P. El comisario N entró con su chofer. Se oyen entonces sus disparos y una explosión. Cuando ya está neutralizado el individuo, a nosotros nos disparan las primeras ráfagas del lado del pasaje Saint-Pierre-Amelot. Durante los 10 minutos en que el terrorista dispara sobre nosotros, nosotros oímos otros disparos dentro [del Bataclan].
Presidente Georges Fenech: Porque el otro está muerto.
T.P. Uno de ellos fue neutralizado. El otro, allá arriba, está… Yo tengo tendencia a decir que mientras me disparan a mí, no están matando a otras personas.
Pierre Lellouche: ¿Qué quiere decir usted con «está…»?
Presidente Georges Fenech: Me parece que ciertas cosas no se han dicho nunca. Creo que quizás pudiéramos, a estas alturas, aclarar las cosas.
T.P. Algunos cuerpos no fueron presentados a las familias porque hubo gente decapitada, hubo gente degollada, personas a las que les abrieron el vientre. Hay mujeres que recibieron cuchilladas al nivel del aparato genital.
Presidente Georges Fenech: ¡Todo eso puede haber sido filmado por Daesh!
T.P. Eso me parece. Las víctimas hablaron de eso.
El Relator: Esos actos fueron cometidos por los dos sobrevivientes. ¿Sabían ustedes si habían herido al que le dispararon en el pasaje Saint-Pierre-Amelot?
T.P. Eso creo, pero no lo sé con certeza. Como se hicieron estallar no podemos saber si estaba herido en el tronco. Yo pienso que lo alcancé porque cesaron los disparos y la puerta se cerró. El hecho que el kalachnikov cayera y que las puertas volvieran a cerrarse me parece significativo. Más tarde hablamos con el civil que nos hacía señas en el pasaje Saint-Pierre-Amelot. Él nos dijo que habíamos alcanzado al tirador y que por eso había cesado de disparar.
Después de ese momento, los disparos que oímos dentro [del teatro] sólo eran muy esporádicos. Ya no hubo más ráfagas. Todo indica que uno o varias terroristas estaban rematando personas. Confieso que, posteriormente, no penetré más de 15 metros en el Bataclan, detrás de la BRI. Mi presencia no era necesaria, así que salí de allí. Ya había visto suficiente.
Pierre Lellouche: ¿En qué lugar se desarrollaron las exacciones contra la gente?
T.P. En los altos.
Pierre Lellouche: ¿Eso sucedió después de que volviera a subir el individuo que usted hirió?
T.P. Pienso que sucedió incluso antes, pero sólo es mi opinión personal. Mientras que nosotros manteníamos a un terrorista ocupado en la puerta de emergencia, otro hacía todas esas barbaridades en el piso superior.
Pierre Lellouche: ¿El video llegó a ser enviado?
Presidente Georges Fenech: Por lo que tengo entendido, hubo vidéos enviados.
Pierre Lellouche: Eso se puede saber si se obtuvieron los teléfonos celulares de las víctimas. ¿Los tenemos?
T.P. Se hicieron estallar [, los terroristas]. Hubo personas decapitadas, degolladas, personas a las que les abrieron el vientre. Hubo mímicas de actos sexuales sobre mujeres y cuchilladas al nivel del aparato genital. Si no me equivoco, les sacaron los ojos a varias personas.
Señor A.D. Yo quisiera aportar una precisión, en respuesta a la pregunta del señor Relator, quien se preguntaba por qué mis colegas se habían dirigido inmediatamente al pasaje Saint-Pierre-Amelot. Ellos lo dijeron: fue porque allí se veía a las víctimas saliendo por las puertas de emergencia. Pero también porque algún tiempo después de bajarnos del auto, llegó un vehículo de la policía y se estacionó ante la entrada principal del Bataclan, en dirección a la calle Oberkampf, sin duda en espera de otros colegas. Así que fue naturalmente, ya que estábamos del lado del bulevar Richard-Lenoir, que mis colegas se dirigieron al pasaje Saint-Pierre-Amelot, donde se veían víctimas, mientras que los [policías] que llegaban por el lado del bulevar Voltaire se ocupaban de la entrada del Bataclan.
Pierre Lellouche: El comisario N llega 3 minutos después que ustedes y entra directamente en el Bataclan. ¿Ustedes han hablado con él?
L.S. No.
Pierre Lellouche: En realidad, ¿ustedes ni siquiera saben [en aquel momento] que él había entrado en la sala?
L.S. No lo sabíamos. Y él tampoco sabía que nosotros estábamos del lado de las salidas de emergencia. En un segundo momento, nosotros nos retiramos para prestar algo de protección a las víctimas y así tuvimos un contacto visual con el comisario N. Nuestra tripulación se dividió después en dos grupos: A.D. se une a la BAC 952-11 del señor T.P. mientras que el señor P.T. y yo nos unimos al comisario N a la entrada de la sala.
Este último quería penetrar nuevamente en el Bataclan pero una luz nos cegaba, no conocíamos la topografía exacta del lugar y todavía no contábamos con suficiente armamento. O sea no teníamos ni los medios materiales ni el conocimiento del lugar que nos habrían permitido progresar dentro del Bataclan. Si los terroristas hubiesen salido, habríamos hecho todo lo posible por neutralizarlos pero sabíamos que no disponíamos de los medios materiales para intervenir en la sala en condiciones de seguridad.
Pierre Lellouche: ¿Es en ese momento que los colegas de ustedes sacan los heridos del Bataclan?
L.S. Dos o tres personas lograron salir, nosotros las acompañamos. Los servicios especializados nos relevaron cuando llegaron. Nosotros ampliamos el perímetro y garantizamos su seguridad trabajando, cuando era necesario, en equipos mixtos con la BRI. Estuve un rato con un colega de la BRI que seguía sus frecuencias operativas. Yo me mantuve en la frecuencia de la BAC 75 N. Intercambiábamos nuestras informaciones. Tuvimos muchas dificultades de comunicación sobre esta intervención. Eso fue un gran problema. Era muy difícil conectarse con la frecuencia de emergencia…
Pierre Lellouche: ¿Había varias frecuencias transmitiendo al mismo tiempo?
L.S. Normalmente, si usted pide la prioridad en esa frecuencia, se le concede. Pero aquella noche, todo el mundo la pedía al mismo tiempo, y eso saturó el sistema.
Jean-Michel Villaumé: ¿Los militares estaban presentes en aquel momento?
L.S. Ellos están presentes en una segunda fase, pero no al principio de nuestra intervención.
T.P. Nosotros llegamos al lugar 10 minutos después que Laurent. Nos dispararon en el pasaje Saint-Pierre-Amelot durante 10 minutos y los militares llegaron en ese intervalo ya que estaban con nosotros durante las 2 últimas ráfagas. Deben haber estado en el lugar un cuarto de hora después de la intervención del equipo de L.S.
En cuanto a la coordinación y la comunicación, los terroristas lograron lo que querían: saturar las frecuencias. Utilizaron un procedimiento militar que consiste en multiplicar los puntos de impacto para saturar los servicios de socorro y de intervención.
Fueron sorprendidos porque sin dudas no esperaban una reacción tan rápida de nuestra parte. Pero, en cierto sentido, tuvieron éxito. Laurent y yo nos presentamos en el lugar por iniciativa propia. En ningún momento pedimos autorización para ir al Bataclan. Las BAC 75, 92 y 93 fueron reagrupadas para formar la BAC nocturna de aglomeración, tenemos por tanto la posibilidad de tomar iniciativas.
Presidente Georges Fenech: Los primeros en intervenir llegaron todos por iniciativa propia. Es el caso de la DSPAP, del comisario N., de la BAC. Los que actúan siguiendo órdenes llegan en un segundo tiempo, hacia las 22 horas y 50 minutos.
T.P. Es importante saber que, en materia de cobertura radial, París está divido en arrondissements, así que las frecuencias ya estaban monopolizadas porque en la misma zona hubo una multiplicación de los ataques y posteriormente de llamados solicitando auxilio para las numerosas víctimas. Ante esa saturación, ni Laurent ni yo recurrimos a la radio para anunciar nuestros desplazamientos. Sólo la utilizamos cuando ya estábamos en el lugar: yo lo hice en el Comptoir Voltaire y Laurent en el Bataclan.
Pierre Lellouche: Cuando estuvimos en el lugar, el jueves pasado, el señor B.B y la señora C.P., miembros ambos de la CSI-75, la Compañía de Seguridad e Intervención de la aglomeración parisina, nos contaron que ellos habían pasado toda la noche evacuando víctimas. Ellos estaban en el lugar cuando ustedes llegaron, ustedes deberían haberlos visto.
T.P. La CSI no estaba en el Bataclan sino en las terrazas. Llegaron allí mucho después que nosotros.
Presidente Georges Fenech: El señor B.B. fue directamente al Bataclan.
T.P. Nosotros estábamos en la frecuencia regional 137, no teníamos las frecuencias parisinas.
Pierre Lellouche: Hay algo que no concuerda bien: yo veo al comisario llegar, apoyarse en el bar y eliminar a un terrorista. Pero estaban estos dos policías…
Presidente Georges Fenech: Estaban el comisario B.B. y C.P, que es su adjunto.
P. T. Yo participé en la evacuación con el comisario B.B. La BRI, que llegó para relevarnos, instaló un escudo Ramses ante la puerta del Bataclan antes de penetrar en el establecimiento, cuya seguridad verificaron como pudieron. La columna de la BAC 75 N los siguió con el armamento de asalto. Por orden de la BRI, nosotros comenzamos a evacuar todos los heridos que podían moverse por sí mismos. Vinieron hacia nosotros y, después de cachearlos superficialmente, los dirigimos hacia el puesto de mando de seguridad. Después comenzamos a evacuar a los heridos que estaban tendidos en el suelo. El comisario B.B. nos ayudó con otros colegas.
Pierre Lellouche: O sea, pasó una hora entre el momento en que el comisario mata al terrorista y el momento del asalto.
Presidente Georges Fenech: El asalto tuvo lugar a las 12 y 20 de la noche.
L.S. Más o menos, sí.
Los horarios de los hechos correspondían globalmente a los del relevo entre la CSI, que trabaja de día, y la BAC 75 N. Durante el relevo a veces tenemos problemas con los medios ya que algunos materiales los utilizamos en común entre los equipos diurnos y nocturnos.
Pierre Lellouche: Ustedes estaban en el lugar cumpliendo su turno de servicio. ¿No oyó usted ningún disparo entre el momento en que el comisario disparó y el momento del asalto?
L.S. Sólo de manera muy esporádica.
T.P. Tiro a tiro.
L.S. Nosotros no oímos más ráfagas.
Pierre Lellouche: ¿Cuántos tiradores hay?
L.S. Nosotros no los vemos. Oímos disparos de vez en cuando. Estoy extrapolando pero podemos imaginar que daban una vuelta y, de vez en cuando, le daban uno o dos tiros a alguna víctima.
T.P. Lo que sí es seguro es que, a partir de la llegada de los efectivos de la BRI, ya no hubo más disparos. Disculpen la expresión pero reinaba un silencio de muerte. Ya no se oía absolutamente ningún ruido.
Pierre Lellouche: En ese momento sólo quedaban dos [terroristas] con las 20 personas atrapadas arriba.
T.P. Sí, eso creo. Creo que en aquel momento se habían aislado en el lugar donde se hicieron estallar.
Pierre Lellouche: Si hubiesen tenido ustedes el equipamiento necesario, ¿habrían entrado ustedes?
L.S. Si tenemos los medios de protegernos de verdad, y el equipamiento correspondiente con la agresión, eso reequilibra las fuerzas y nos convertimos en operativos. Aquella noche, lo digo francamente, yo llevé mis muchachos al infierno. Y fuimos más allá de sus capacidades físicas y materiales. Felizmente, tengo junto a mí buenos deportistas, muchachos que cuentan simultáneamente con cabeza y piernas, que hacen su trabajo con seriedad y que son capaces de reaccionar correctamente en condiciones de estrés. Eso no puede hacerse con cualquiera. Si hubiésemos tenido más material de protección y armas más eficaces quizás hubiéramos sido más reactivos y operativos.
Presidente Georges Fenech: ¿Cuál su impresión personal sobre la intervención del comisario N, que entró en el Bataclan con una arma corta y sin ninguna protección?
L.S. Varios monitores de tiro me han dicho que el comisario N es un deportista y que se entrena regularmente como tirador. Es un hombre de terreno polivalente, tanto en el plano físico como en el plano operativo. Se siente muy cómodo con su arma. Él y su acompañante dieron muestra de sangre fría y de coraje. Realmente fueron más allá de sus capacidades y siento admiración por ellos. En relación con los medios que tenían, fueron realmente «atrevidos».
T.P. Lo que hicieron el comisario N y su colega, en el momento en que actuaron, con un equipamiento que era el mismo que el nuestro –creo que ni siquiera tenían casco, que de todas maneras no sirve de nada ante un kalachnikov–, es técnicamente, en el plano policial, lo máximo que podía hacerse. El tiro se efectuó al nivel de la puerta de acceso a la sala. Estaban escondidos pero no protegidos. Lograron neutralizar al terrorista por sorpresa.
En el pasaje Saint-Pierre-Amelot, ni Laurent con su equipo ni yo con el mío podíamos progresar. Nos habrían matado, eso es seguro.
Del lado de la entrada principal, lo que hicieron fue «perfecto». Era lo que había que hacer: tratar de neutralizar al individuo sin avanzar demasiado. Fue por eso que no avanzaron mucho dentro de la sala.
Presidente Georges Fenech: ¡A pesar de eso, regresaron por segunda vez!
L.S. A riesgo de ofrecer una mala impresión, el objetivo –lo que hicimos por propia iniciativa, de manera casi inconsciente– fue limitar a los terroristas y mantenerlos, desgraciadamente, en el Bataclan para evitar que provocaran más víctimas en otro lugar. En espera de las fuerzas especiales había que tratar de contenerlos en el lugar donde se hallaban.
El Relator: El ministro del Interior anunció que se entregará equipamiento suplementario, específicamente a las BAC. ¿Saben ustedes cuándo van a recibirlo?
L.S. Dos días después de los hechos nos reunimos con el señor Bernard Cazeneuve, el ministro del Interior, quien nos anunció que nos dotarían con vehículos y medios materiales suplementarios. Nos están llegando poco a poco. Se habla de que recibamos automóviles con un porta-equipaje más adaptado al material que necesitamos. Hemos recibido escudos antibalas reforzados con placas que protegen de los disparos de kalachnikov y [hemos recibido] armas intermedias: lanzadores de proyectiles de 40 milímetros, Tasers y granadas.
Pierre Lellouche: Yo me entreno regularmente en tiro en los locales de la policía. Sé lo que es disparar a 45 metros en la oscuridad. No es fácil, a no ser que uno esté muy bien entrenado. ¿Cuántas veces al año dispara un policía de terreno?
L.S. En la BAC tenemos «tiros opens» una vez a la semana. Logramos disparar una vez por semana o una vez cada 15 días. Tenemos entrenamiento deportivo una o 2 veces por semana. Pero hay que decir que somos privilegiados. Han existido periodos de falta de municiones en los que sólo disparábamos 2 veces 8 cartuchos. Nos encontrábamos entonces la misma situación que el servicio general, que debe disparar como mínimo 3 veces al año.
T.P. Somos privilegiados porque, gracias a las sesiones especiales de tiro de la BAC, podemos tirar mucho más que los demás. Por lo general, tiramos al menos 10 veces al año.
Pierre Lellouche: O sea que ustedes tiran una vez al mes. ¿Cuánto cartuchos? ¿Unos 50?
T.P. y L.S. ¡No! Unos 30.
L.S. Nosotros tenemos 2 cargadores de 15 cartuchos.
T.P. Por suerte nuestros monitores saben adaptarse. Proponen tiros de situación que optimizan las municiones de que disponemos. Repito que somos privilegiados: los colegas de las comisarías disparan 3 veces al año, o sea 90 cartuchos… cuando hay cartuchos.
L.S. Nos van a equipar con el fusil HK G36. Estamos tratando de encontrar stands de tiro apropiados para los cartuchos de esa arma.
Presidente Georges Fenech: ¿Es posible que el señor N.B., que todavía no ha hecho uso de la palabra, quiera agregar algo?
Vigilante N. B. Yo soy el acompañante de la BAC 952-11. Esa noche, mi jefe de vehículo era el señor T.P. y mi chofer era el brigadier N.B.
El 13 de noviembre nos detuvimos primero en el Comptoir Voltaire. Mi misión consistió en garantizar la seguridad de la esquina del café del lado de la calle Montreuil. El brigadier-jefe T.P. me daba instrucciones y me informaba. En el café, él comprobó que no había habido disparos sino una explosión.
Nosotros estábamos buscando el automóvil Polo fugitivo. Yo me tomaba el tiempo de observar las placas de inmatriculación –el automóvil Polo estaba matriculado en Bélgica– y los pasajeros de cada vehículo que pasaba.
Luego nos fuimos al Bataclan.
Nous sommes ensuite partis au Bataclan.
O.B. Cuando estábamos en la esquina del pasaje Saint-Pierre-Amelot, mientras en el Bataclan había personas sufriendo cosas atroces, nosotros tuvimos mucha suerte. Tuvimos que retroceder y el propietario de la tienda de azulejos detrás de la cual nos habíamos refugiado nos explicó que su establecimiento había sido anteriormente un banco y que los cristales eran blindados. Eso nos protegió… yo sólo tenía un escudo antibalas sin placas de refuerzo.
En la esquina oíamos gente gimiendo pero no podíamos ir a ayudarlos porque no disponíamos del material adecuado.
Presidente Georges Fenech: Para información de la comisión investigadora, señor P.T., ¿puede usted decirnos como supieron ustedes que había habido actos de barbarie dentro del Bataclan: decapitaciones, evisceraciones, cuchilladas en los genitales?
T.P. Después del asalto estábamos con varios colegas a la altura del pasaje Saint-Pierre-Amelot cuando vi salir un investigador llorando a lágrima viva y que fue a vomitar. Nos dijo lo que había visto. Yo no conocía a ese colega pero él estaba tan trastornado que contó todo naturalmente.
Alain Marsaud: ¿Los actos de tortura tuvieron lugar en el segundo piso?
T.P. Eso creo, porque yo entré a la planta baja, donde no había nada de eso, sólo personas con heridas de bala.
Alain Marsaud: Que usted sepa, ¿no hay dudas de que fueran tres? ¿No hay ninguna posibilidad de que un cuarto [terrorista] haya logrado huir?
T.P. Estamos seguros de que eran al menos tres, pero es posible que fuesen cuatro. La radio retransmitían las llamadas al número de urgencia de la policía –el 17–, se oía hablar de 3 individuos, quizás 4.
Alain Marsaud: ¿No hay posibilidad alguna de que una cuarta persona haya podido huir haciendo que la evacuaran junto con los heridos?
T.P. No es imposible. Es por eso que mis colegas cachearon superficialmente a todas las víctimas, incluso a los heridos, que salían por la entrada principal.
L.S. Efectuábamos sistemáticamente un cacheo superficial, al menos al nivel del plexo, de la base del torso y de las piernas.
Alain Marsaud: ¿Es posible que un cuarto terrorista pudiera hallarse herido y huir entre los heridos?
T.P. Entre los heridos, no lo creo.
Alain Marsaud: Sólo aparecen tres armas de guerra.
L.S. Eso ya tiene que ver con las investigaciones. Por nuestra parte, nosotros no sabemos nada de eso.
Presidente Georges Fenech: Señores, agradecemos profundamente este importantísimo testimonio. La comisión investigadora rinde homenaje al coraje que ustedes demostraron y su intervención [en el lugar de los hechos].
[1] La BRI (siglas en francés de la Brigada de Búsqueda e Intervención) depende de la Policía Nacional. Nota de la Red Voltaire.
[2] Nombre utilizado para designar una unidad de élite de la Policía Nacional francesa a la que se han asociado a posteriori los conceptos de «Búsqueda, Asistencia, Intervención, Disuasión». Nota de la Red Voltaire.
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