Mientras la prensa de Occidente y de las monarquías del Golfo sugieren que los yihadistas se inspiran fundamentalmente en la lectura del Corán, en Siria los hechos están demostrando que se drogan con Captagón.
En 2 días, el Ejército Árabe Sirio ha interceptado un auto repleto de pastillas de Captagón y un camión cisterna que transportaba una tonelada de tabletas de esa droga.
El Captagón (fenetilina) es una anfetamina que provoca un estado de euforia e insensibilidad al dolor. Mezclado con otras drogas, como el hachís, el Captagón forma parte de la ración alimenticia básica de los yihadistas, quienes se vuelven así insensibles a su propio sufrimiento y al que causan a los demás. Su uso los vuelve capaces de enfrentar las peores privaciones y de cometer las peores atrocidades.
Contrariamente a una idea muy extendida, la motivación fundamental de los yihadistas no es de índole religiosa sino la búsqueda de placeres inmediatos. Las principales fuentes de reclutamiento son la delincuencia de poca monta y las cárceles.
Fabricado en 2011 por la OTAN en un laboratorio situado en Bulgaria, el Captagón se produce actualmente en todo el Medio Oriente, incluso en territorio sirio.
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