Al asumir la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador y su equipo de comunicación encontraron decenas de cajas llenas de contratos que confirman la perversa relación entre la prensa y los intelectuales con el poder político, en donde de manera individual, según afirmó a Contralínea el vocero presidencial Jesús Ramírez, cobraban cientos de millones de pesos de dinero público no sólo por concepto de publicidad, sino por “asesorías de imagen”, “asesorías de información”, “menciones favorables al gobierno en columnas y noticieros” y críticas a López Obrador.
Hace mes y medio publicamos aquí las listas de los principales beneficiarios de esas asignaciones presupuestales en el rubro de publicidad que hizo el gobierno de Enrique Peña Nieto a dueños de medios de comunicación, a periodistas y a intelectuales, que en conjunto sumaron 52 mil millones de pesos, lo que significó un sobreejercicio de 102 por ciento de lo autorizado por el Congreso.
En ese ejercicio informativo de transparencia, en donde aparecen también nombres de intelectuales y políticos como propietarios de medios de comunicación y, por tanto, son beneficiarios del dinero público, un colega periodista del mundo cultural y duro crítico de los intelectuales orgánicos me manifestó su extrañeza de que no había incluido en la lista a la revista Letras Libres, propiedad del escritor Enrique Krauze, uno de los principales activistas en la campaña sucia contra López Obrador.
Le dije que investigaría sobre esas partidas millonarias que el gobierno priísta le hubiera entregado a Krauze y esto es lo que encontré: la revista Letras Libres no aparece entre los más beneficiados con publicidad oficial porque la mayor partida anual de dinero público la recibía Krauze a través de su otra empresa: Editorial Clío, la cual –en sociedad con Televisa– transmitía unas series históricas y en esos espacios televisivos se incluía la publicidad del gobierno.
Por tal motivo, de acuerdo con cifras oficiales sobre la publicidad que el gobierno priísta le entregó en 6 años, las dos empresas de Krauze (Letras Libres y Editorial Clío) recibieron, en total, 88 millones 762 mil pesos del presupuesto público, a un promedio mensual de 1 millón 232 mil 805 pesos.
Y es que Enrique Peña benefició al famoso historiador con 18 millones 600 mil pesos en 2013; en 2014, con 14 millones 462 mil pesos; en 2015, 25 millones 470 mil pesos; en 2016, 7 millones 666 mil pesos; en 2017, 19 millones 92 mil pesos, y en 2018, 3 millones 472 mil pesos.
Un intelectual televisivo
Hace algunos años escribí en esta columna que Editorial Clío y Televisa tienen relaciones empresariales que resultan benéficas no solamente en el mundo de los negocios, sino en las relaciones que tienen los intelectuales y los medios de comunicación con el poder político. Sobre todo si se trata de una figura destacada como la del historiador, quien tiene una presencia real en un sector de la cultura mexicana.
Para algunos, la mezcla de negocios e historia resulta un producto sospechoso por híbrido y, para otros, algo que se puede vender en la televisión como documental o telenovela. En ambos casos, se obtienen cuantiosas ganancias.
En aquellos años, Editorial Clío había perdido un juicio con una empresa que se llama Cipsa, y para evitar los riesgos de los embargos y los procedimientos para hacer efectivo lo que ganó su demandante, Enrique Krauze y sus representantes legales habían ingeniado la constitución de un adeudo millonario con Televisa, el cual aparentemente no se pagó y dio lugar a un procedimiento legal.
Se trataba de un juicio simulado de embargo contra Clío, a fin de que Cipsa no pudiera ejercer sus derechos de acreedor. Pero el hecho fue denunciado ante la Procuraduría General de Justicia e inmediatamente el ingeniero Krauze compareció ante algunos medios de comunicación para dar una primera explicación y señalar que el juicio solamente se había promovido para evitar que los pagarés se extinguieran por el paso del tiempo. Es decir, con esas manifestaciones confirmó que la demanda no se había presentado para cobrar, sino simplemente para aparentar un propósito distinto.
Entrevistado en aquella ocasión, Krauze afirmó en su defensa que no había simulación alguna: “Aquí nosotros hemos reconocido una deuda real que nosotros tenemos con Televisa y que Clío va a pagar. Eso se va a probar en tribunales.
“Nosotros le pagamos a Cipsa hace unos días 700 mil pesos, pero la tenemos demandada por fraude, porque quiere extorsionarnos para sacarnos dinero.
“Con Cipsa, tanto Televisa como Clío estamos en litigio con los dueños de esa empresa, porque los tenemos demandados por administración fraudulenta de una persona que trabaja allí, pero esto se debe dirimir en tribunales y lo que éstos digan lo acataremos.”
Para explicar aquel problema legal, Krauze dijo que la Editorial Clío era socia de Televisa y ambas empresas realizaron ajustes administrativo y de capitalización para la editorial por 20 millones de pesos.
“Estamos en vías de pago y capitalización. Clío ha tenido una cuenta corriente con Televisa y teníamos un adeudo, pero hemos llegado a un acuerdo de cómo vamos a pagar y a capitalizar. Estamos en proceso de capitalizar y en unos días vamos a retirar todas las demandas”, dijo el escritor, quien añadió que como parte de esa capitalización de 20 millones de pesos se va a pagar el pasivo, de modo que “entre Televisa y Clío no hay ningún problema en absoluto”.
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