En el contexto de una crisis financiera internacional, acompañada de una caída de los precios internacionales del petróleo, el gobierno de Venezuela anunció el pasado viernes 8 de enero nuevas paridades para su moneda. El valor del bolívar frente al dólar pasa de 2.15 unidades a 2.60 para sectores prioritarios: salud, importaciones de alimentos, maquinarias, libros, artículos tecnológicos, etcétera.
También se creó un segundo tipo de cambio de 4.30 bolívares por dólar para otros rubros que no son de primera necesidad: importaciones de automóviles, telecomunicaciones, tabaco, bebidas, productos químicos, petroquímicos o electrónicos, entre otros. Esta medida ha sido acompañada de previsiones financieras para apoyar el ingreso de los trabajadores y del sector privado. Hasta ahora, son las empresas estadunidenses proveedoras de bienes de consumo en Venezuela, y no el pueblo, el sector más castigado por la aplicación de las nuevas paridades.
Cabe recordar que en 2009, mientras en Europa y Estados Unidos desaparecieron millones de empleos, Venezuela logró bajar el índice de desocupación laboral a menos de 7 por ciento. Al mismo tiempo, se conservó la calidad del empleo, la seguridad social, los beneficios, la estabilidad laboral, los convenios colectivos y sobre todo la capacidad de consumo de los trabajadores, pues se aumentó el salario mínimo nacional en 25 por ciento, lo que lo mantiene como el más alto de América Latina. También se crearon nuevos fondos de apoyo a los sectores sociales y al empresarial con el objeto de promover la producción nacional y estimular las exportaciones.
En este contexto, los esfuerzos del gobierno venezolano se caracterizan por el interés de blindar su economía ante los embates de los capitales financieros trasnacionales, en momentos en que en el país se aplican políticas tendientes a la promoción de la equidad distributiva y al respaldo de los intereses de su población, frente a las inéditas oscilaciones de los mercados mundiales.
La decisión se tomó después de cinco años (febrero de 2003) de estabilidad en la paridad cambiaria oficial, con lo cual el gobierno espera reducir sus importaciones en 40 por ciento. Por la importancia de las medidas tomadas, es conveniente recordar e integrar las causas y los resultados que se esperan de esta estrategia económica que ha sido publicada en diversos medios de comunicación.
Las causas
Por décadas, la dinámica del Producto Interno Bruto (PIB) se vio sustentada en el comercio importador, la especulación financiera y las telecomunicaciones. En la práctica, la sobrevaluación del bolívar operó como un subsidio al dólar y a las importaciones. Gracias a una divisa barata, el gran negocio importador floreció y prosperó, desestimulando el esfuerzo productivo interno.
La participación en el PIB de la actividad agrícola e industrial se redujo de manera significativa y se profundizaron las características de una economía petrolera cada vez más dependiente de las importaciones. Además, Venezuela llegó acumular una inflación de 25 por ciento en 2009.
Las exportaciones por concepto de petróleo integran el 90 por ciento de los ingresos en divisas para este país y el precio del petróleo venezolano terminó 2009 con un promedio de 57 dólares por barril, en comparación con el de 85 dólares en 2007, lo que llevó al gobierno a reducir la concesión de dólares al precio oficial a los importadores y al ciudadano común.
Los nuevos tipos de cambio de Bolívar Fuerte (Bs.F) 2.60 y Bs.F 4.30 por dólar significan que las importaciones que correspondan en cada caso se encarecerán en 20.93 por ciento y ciento por ciento. Esto representa una oportunidad para que la producción nacional recupere el terreno perdido, toda vez que ahora podrá competir en precios con la oferta importada, la cual ya no gozará de un dólar subsidiado.
Las medidas tomadas
La política cambiaria es clave para inducir transformaciones estructurales en la economía. A través de la conducción correcta de esta variable, es posible sustituir importaciones por producción nacional y estimular las exportaciones. Los cambios en materia de política cambiaria deben ser acompañados con otras decisiones en materia de políticas agrícola, industrial, tecnológica, fiscal, monetaria, financiera, arancelaria y de precios.
Se ha aumentado en 25 por ciento el salario mínimo para elevarlo a 1 mil 200 bolívares: 10 por ciento a partir del 1 de marzo y otro 15 por ciento en septiembre próximo, por lo que seguirá siendo el más alto de América Latina. El nuevo salario mínimo es independiente de bonos y otros recursos proporcionados a los trabajadores.
Se anunció la transferencia de los excedentes de las reservas del Banco Central de Venezuela -unos 7 mil millones de dólares- al Fondo Nacional de Desarrollo. Asimismo, se anunció la creación del Fondo 19 de Abril, con el objeto de garantizar el desarrollo de las misiones sociales que inciden en las áreas de salud e inclusión ciudadana.
Para lograr los objetivos de seguridad y soberanía alimentarias, el aporte de la actividad agropecuaria debe subir del actual 5 por ciento a por lo menos 12 por ciento del PIB. El aporte del sector manufacturero debe elevarse del actual 15 por ciento a, por lo menos, 20 por ciento, tal como lo establecen los estándares internacionales para considerar que una economía se ha industrializado.
Para los objetivos planteados, se deberá elevar la densidad empresarial de 0.3 establecimientos manufactureros a, por lo menos, 1 establecimiento por cada 1 mil habitantes. Ello deberá elevar el número de industrias de 7 mil 800 a 26 mil, creando nuevas y mejores fuentes de empleos productivos que generen bienes de alto valor agregado para sustituir de manera eficiente el alto volumen de importaciones y diversificar la oferta exportable. A manera de comparación se ha informado que Colombia tiene 1.2 y México 1.7.
El control de cambios continuará por medio de la intervención del Banco Central de Venezuela para evitar el manejo especulativo con las divisas. El cambio legal lo hace la Comisión de Administración de Divisas con base a los valores oficiales. Los viajeros hacia destinos como Europa, Asia, África y Oceanía pueden obtener al año 3 mil dólares; 500 dólares más que con la anterior disposición.
Con los recursos que ingresen por el ajuste cambiario se creará un fondo bicentenario para impulsar la producción nacional, y otro fondo para financiar actividades productivas para sustituir importaciones.
Como parte de las políticas complementarias al ajuste cambiario, se habilitaron las líneas telefónicas 0800-EXPORTA y 0800-PRODUCE para los empresarios que decidan incorporarse al plan nacional de sustitución de exportaciones.
Los ministerios de Planificación y de Finanzas fueron fusionados y la nueva entidad que los integra estará a cargo del ministro Jorge Giordani, experimentado economista y antiguo titular del Ministerio de Economía y Finanzas, gracias a quien la economía venezolana logró sostener por más de cinco años un ritmo de crecimiento estable.
Las expectativas
Se espera reducir en 40 por ciento las importaciones con el nuevo tipo de cambio y convertir la economía nacional en un sector competitivo y productivo; menos dependiente de la renta petrolera.
Para este año se estima un crecimiento económico de 0.5 por ciento, frente a la caída de más de 2 por ciento del PIB registrada en 2009.
Las compañías de Estados Unidos resentirán el impacto de la devaluación de la moneda venezolana, pues muchos de sus productos subirán de precio y eso afectará sus ganancias. Éste es el caso de Avon Products y Colgate-Palmolive, así como Energizer y la empresa llantera Goodyear Tire & Rubber Co, la cual ya ha declarado que espera pérdidas por cerca de 150 millones de dólares.
La disposición podrá impactar negativamente en la inflación, indicador que el año pasado se ubicó en 25.1 por ciento -la tasa más alta de América Latina-. No obstante, se dotará de mayores recursos al fisco, y se fortalecerá a la industria petrolera de ese país. PDVSA, la empresa petrolera venezolana que genera el 95 por ciento del total de divisas, obtendrá más bolívares por cada dólar que venda al exterior.
Todo indica que la estrategia económica del gobierno de Venezuela en materia de política cambiaria dará los resultados esperados, ya que en el entorno crítico actual, caracterizado por una especulación monetaria nunca antes vista, la medida del gobierno venezolano de crear nuevos tipos de cambio se presenta como parte del proceso de recuperación de su soberanía monetaria.
Por otra parte, cabe resaltar que se trata de una devaluación planificada, diferente a las medidas que resultan de una devaluación súbita, como ha sido el caso de muchas economías desprovistas de mecanismos de control estatal. A ello se agrega que el gobierno venezolano contará con recursos adicionales gracias a la recuperación que desde ahora refleja el precio internacional del barril de crudo, lo cual se verá reflejado en los apoyos que brindará el gobierno de Venezuela para lograr el equilibrio en la balanza comercial y en los incentivos para la producción nacional y las exportaciones.
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