Fue un fascista del bando de Franco cuando la Guerra Civil Española de 1936, el que pronunció aquel grito que ha pasado a la historia como el más sonado canto a la intransigencia y al fanatismo más irracional.

El intransigente vertical era un militar y se llamaba Millan Astray: ¡Que muera la inteligencia y que viva la muerte! Esa era su divisa de combate.
En Miami ese energúmeno español tiene imitadores. Me refiero a lo de "que muera la inteligencia", porque en cuanto a lo de morirse por sus ideas, ni hablar.

Ayer fueron a Washington exiliados cubanos de Miami y de otras ciudades norteamericanas con el propósito de manifestar ante el Congreso de los Estados Unidos puntos de vista encontrados sobre la leyes que se discuten en el Capitolio sobre la política de debe seguir el gobierno de Estados Unidos con respecto a Cuba.

De un bando, los que sostienen que después de más de 40 años de confrontaciones, Estados Unidos debe cambiar su política hacia Cuba, no solo porque eso es de beneficio para el pueblo cubano sino porque también lo es para Estados Unidos.

Comercio con Cuba. Relaciones con Cuba. Viajes libres de los ciudadanos de Estados Unidos a Cuba. En fin que se acabe de una vez lo que queda de la Guerra Fría.
Esa es la política sensata que siguen con respecto a Cuba la mayoría de las naciones del mundo.

Dicen que los que nos oponemos a la política de Washington hacia La Habana somos una minoría y que la inmensa mayoría de los cubanos exiliados están a favor de que se mantengan las sanciones contra Cuba. Quizás en Miami sea así, pero Miami no es Estados Unidos ni tampoco Miami es Cuba o el mundo. Hay que estar ciego para no ver que el inteligencia señala que el camino que conduce al bienestar del pueblo cubano pasa por el levantamiento de las sanciones norteamericanas contra la isla. Y que se puede estar contra el embargo por razones muy humanitarias, como es el caso de la iglesia católica, que por razones filosóficas bien claras esta libre de todo sospecha de simpatías a la ideología que proclama el gobierno cubano.

Claro que para los que gritan Muera la Inteligencia, el Papa es comunista. A ese bando pertenece los que fueron a \Washington a decirle a los Congresistas norteamericanos que no aflojen, que aprieten las tuercas, que no den ni un paso atrás en el Miami. Son los que repiten el grito de ¡muera la inteligencia!

Y enredados en su propio laberinto de irracionalidades tienen comprometido al Presidente Bush que quizás no sepa que sus amigos cubanos de Miami y sus consejeros ultra conservadores que le dictan su política hacia Cuba por razones electoreras pertenecen a la caterva de los Millan Astray, el español de la Guerra Civil que llegó a la fama por su grito fascista de ¡Muera la Inteligencia!