Como muchos norteamericanos, pienso que Angela Merkel es la mejor opción para Alemania ya que sus discursos rompen con el antiatlantismo del SPD. Además, los alemanes saben muy bien que las reformas radicales son necesarias en estos momentos. Paradójicamente, los buenos resultados alcanzados por el Linkspartei pueden ser explicados por la voluntad desesperada de una parte del pueblo alemán de enfrentarse a la política tradicional. De una forma u otra, desconcertados por el marasmo económico, los alemanes están dispuestos de forma manifiesta a adoptar una política de ruptura.
Hoy, Alemania tiene la posibilidad de escoger entre una reforma de su sistema social para adaptarlo al mercado globalizado y un método más acorde a la visión norteamericana que consiste en reducir los impuestos y estimular el consumo. La primera ha sido abucheada y el segundo será difícil de aplicar desde el punto de vista cultural y financiero. Sin embargo, tal procedimiento podría provocar a mediano plazo una reactivación del crecimiento superior al 3%.
El estado actual de las relaciones transatlánticas es obra en gran medida de Gerhard Schröder y Jacques Chirac, quienes hicieron cálculos personales. Ambos pudieron pensar que un enfrentamiento con Estados Unidos podía garantizarles cierta autoridad nacional. Pero si Alemania y Francia logran asociarse sobre una base distinta a la del antiguo tropismo antinorteamericano, toda la orientación global de la estrategia europea saldrá fortalecida. La elección de Angela Merkel podría sacar a Alemania de esta opción esterilizadora que constituye la desconfianza con respecto a Estados Unidos. Berlín no limitaría su política exterior a las relaciones bilaterales con París, reductoras y, a fin de cuentas, factor de aislamiento. El acceso al poder de personalidades como Angela Merkel y Nicolas Sarkozy provocaría un rápido y significativo cambio en lo que se refiere a las relaciones tanto transatlánticas como infraeuropeas. El tándem franco-alemán podría tener un peso positivo en el destino europeo sobre la base de una renovada alianza con Washington.
Es difícil saber cuál será el peso de Alemania en Europa pero ese país, al igual que el resto de la Unión Europea, debe reconsiderar su relación con la OTAN y conferir a esta organización un papel clave para transformarla en sede de negociación de las decisiones sobre desafíos planetarios cruciales como la situación en Afganistán, Irak y el Medio Oriente. Los vínculos entre Berlín, Pekín y Moscú están unidos a Schröder, no al continuum de la diplomacia alemana. El verdadero problema de la Alemania contemporánea radica en su deseo de desempeñar un papel mucho más trascendental en la arena internacional, pero de manera indirecta, a través de instituciones tales como las Naciones Unidas y la Unión Europea.

Fuente
Le Figaro (Francia)
Difusión: 350 000 ejemplares. Propiedad de la Socpresse (creada por Robert Hersant, hoy es propiedad del constructor de aviones Serge Dassault). Es el diario de referencia de la derecha francesa.

«L’alliance Merkel-Sarkozy sauverait la relation transatlantique», por Gary Schmitt, Le Figaro, 19 de septiembre de 2005.