No hay que ser un genio para saber que el Islam despierta un gran interés en gran parte de Occidente. Este asunto se ha convertido en un tema candente. La primera fuente de preocupación tiene que ver con el terrorismo o, más bien, con el vínculo entre el fundamentalismo islámico y el empleo de tácticas terroristas. En este debate, a menudo se olvidan los atentados de Oklahoma City o el asesinato de Yitzhak Rabin. Ese análisis por lo general vincula el terrorismo con el Islam en su conjunto, haciendo creer a algunos que la guerra contra el terrorismo es una guerra contra el Islam, idea que alimentan los grupos terroristas.
Frente a esto, aquellos que, por el contrario, tratan de crear vínculos entre Occidente y el Islam no cuentan con apoyo y son víctimas de la labor de zapa de la derecha cristiana, que reivindica un legado judeocristiano para agudizar las divisiones religiosas. Asimismo, esa derecha cristiana ve la presencia judía en la Tierra Santa como una señal mesiánica y alienta la colonización, atizando, de hecho, las tensiones con el Islam. Será difícil combatir esa tendencia.
Es necesario desarrollar el diálogo entre los credos. Oriente y Occidente son demasiado interdependientes para permitir que se agudicen las divisiones.

Fuente
Daily Star (Líbano)

«The terrorism debate should not divide East and West» por Thomas R. Pickering, Daily Star, 3 de enero de 2006.