El traslado de los misiles bolivianos a Estados Unidos sume al ejército en una verdadera crisis.

El presidente interino, Eduardo Rodríguez, (a la derecha en la foto), en espera de la próxima investidura del nuevo presidente Evo Morales, debió así aceptar la dimisión del ministro de Defensa, Gonzalo Méndez y del comandante del Ejército, Marcelo Antezana (a la izquierda en la foto), habida cuenta de las «irregularidades» en la destrucción de misiles bolivianos por parte de Estados Unidos. Al hacerlo, confesó haber autorizado la destrucción de esos misiles, pero no su traslado.

«Washington solicitó la repatriación de sus misiles a su territorio para destruirlos porque Estados Unidos temían que Morales ganara las elecciones presidenciales», declaró el ex general Marcelo Antezana a una radio local, antes de retractarse.

Durante las elecciones de diciembre de 2005, Evo Morales, a la sazón candidato, había presentado una queja contra Eduardo Rodríguez quien había autorizado esas transferencias.

El desarme de Bolivia hace posible una intervención estadounidense aerotransportada para derrocar al presidente Morales.