¿Era el único camino? ¿Había en el horizonte una salida distinta luego de la medida adoptada por el gobierno de Brasil? ¿Para qué? ¿Por qué ahora? Podrían formularse infinidad de preguntas como éstas, llenar páginas y páginas con opiniones divergentes acerca la decisión tomada por el gobierno nacional de cancelar los primeros días de este año la totalidad de la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional. Tantos interrogantes como los nueve mil y pico de millones de dólares que se pagaron podrían expresarse respecto de esta disposición eminentemente política y de carácter histórico, que puede ser fundacional de un nuevo tiempo si le siguen, enlazados como en un filme, varios fotogramas que evidencien políticas redistributivas en favor de los que menos tienen y más necesitan.

Tras el anuncio del presidente Kirchner en un Salón Blanco colmado, y el inicial asombro generalizado, las Madres emitieron un documento manifestando justamente su sorpresa por la decisión presidencial y urgiendo una “distribución de la riqueza, ya”, conscientes que este debe ser el sentido de las acciones que le sigan al pago de “una deuda ilegítima, construida a sangre y fuego desde la dictadura militar y continuada por los sucesores del saqueo de la Patria”, tal como la calificaron. Entendida como una oportunidad histórica que tiene la patria -que según sea aprovechada- acompañará el impulso dado en estos tiempos al proyecto de unión latinoamericana por fuera de los dictados del imperialismo norteamericano.

Como toda acción política lo anunciado generó opiniones en contra y a favor, divergencias totales y parciales que fueron recogidas en la prensa y escuchadas en cada charla o encuentro. El economista Alan Cibils, del Centro Interdisciplinario de Estudios de las Políticas Públicas (CIEPP), entrevistado por este Periódico coincidió con el gobierno en cuanto a los por qué de esta medida; sin embargo se pronunció en contra. “Me parece que al Fondo Monetario había que sacárselo de encima, esto está muy claro, no de ahora sino desde hace mucho tiempo. Desde antes de la crisis estuvo recomendando políticas equivocadas, prestó mucho dinero para mantener un sistema que se caía y que sólo sirvió para fomentar la fuga de capitales”, precisó Cibils. No obstante, el economista cuestionó la forma: “Lo que el Gobierno ha decidido hacer, es la manera más reaccionaria posible que uno se pudiese imaginar, pagarle todo al Fondo y por adelantado, y encima utilizando reservas con mecanismos que son cuestionables desde el puno de vista de la normativa del Banco Central, y poniendo, aunque no mucho, en riesgo la estabilidad monetaria que le queda al país”.

Al momento de las diferentes opciones que se podrían haber tomado, el economista del CIEPP esbozó algunas posibles que se descartaron y que a su entender eran mejores. “La Argentina tenía varias opciones, quizá la menos conflictiva, aunque al Fondo no le iban a gustar, era decir ‘la deuda la vamos a pagar pero en otros términos, la vamos a reprogramar en veinte o treinta años’, cosa que no cause problemas con el resto de la deuda”. Y continuó “otra solución preferible hubiera sido, decir que el Fondo se equivocó mucho en la Argentina, prestó equivocadamente en la Argentina, entonces igual que a los acreedores privados se les va a aplicar una quita similar y una reestructuración en cuanto a tasas de interés y cronograma de pagos, también similar. Y la otra, que desde el punto de vista técnico quizá hubiese correspondido, desde el punto de vista político es más difícil, hubiese sido decirle al Fondo que no corresponde pagar la deuda porque las acciones y las políticas del FMI en el país causaron muchísimo daño y entonces no corresponde pagar esta deuda”.

Más plata para desarrollo productivo

También consultado por el Periódico de las Madres, el periodista de Página/12 y economista Raúl Dellatorre, si bien lo dejó traslucir, no se pronunció abiertamente a favor del pago, y lo vinculó a una estrategia regional de la que todavía falta la adopción de medidas. “Acá lo que se ve es que hubo conversaciones previas con el gobierno de Brasil y el de Venezuela y esto me parece que va encuadrado en una estrategia regional y que para juzgarla faltan todavía algunos elementos, sobre todo con cómo se va a reflejar esto a nivel interno”. Se refería a los 6 mil millones de pesos que quedan liberados del presupuesto nacional para el 2006, y que Dellatorre propone utilizarlos en planes de desarrollo productivo. “Si por ejemplo hoy nos encontráramos con que con esto se conformara algún tipo de fondo para respaldar los emprendimientos como las empresas recuperadas o algún otro tipo de organización de gente que sale por afuera del mercado y busca fortalecer la situación de los sectores que están en situación precaria creo que sería muy importante, y una señal clara que se está saliendo de esa tutela y no sólo, sino que se está saliendo de un modelo”.

Con otras palabras pero en el mismo sentido, Evel de Petrini (Beba), de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, apuntó en la Plaza, al término de la marcha de todos los jueves -la número 1497, para ser más preciso- que “el FMI ya no podrá ponerles condicionamientos a los argentinos con sus recetas de ajustes permanentes en beneficio de los poderosos. ¡Fuera el neoliberalismo de estas tierras! ¡Fuera para siempre! Nunca más gobiernos vendepatria. Ya no será el FMI una excusa para la distribución de la riqueza que se produce”, poniendo de manifiesto el otro término de un necesario binomio, el de pago y redistribución.

Asimismo, Hebe de Bonafini anunció el jueves siguiente a la decisión presidencial, que las Madres optaron por dejar de marchar con la bandera azul en demanda del no pago de la deuda externa y comenzaron a hacerlo con otra en la que exigen “distribución de la riqueza, ya”. Ese cambio de las Madres marca el apoyo a la medida dispuesta por Néstor Kirchner, que ya había quedado plasmado con un documento elaborado por la Asociación al día siguiente de conocida la decisión presidencial.

Un nuevo tiempo político se vive en el país, han anunciado las Madres, no exento de marchas y contramarchas, plagado de contradicciones y de definiciones impensadas, como dijera Dellatorre en el reportaje: “La experiencia que tenemos en materia de derechos humanos o mismo en la Justicia, donde hubo cambios importantes y que marcaron un quiebre con la etapa anterior, en la economía está pendiente, y acá debería darse un quiebre en lo económico para también considerar los derechos económicos como derechos humanos que no están siendo respetados”. Momento que se presenta abierto, y en disputa permanente y donde el pueblo no puede rehusarse a la pelea.

Comencemos a distribuir la riqueza ¡Ya!

Nos sorprendió la decisión del Presidente Néstor Kirchner de pagar la deuda al Fondo Monetario Internacional.

Siempre sostuvimos que no debíamos pagar la deuda con el hambre del pueblo, pero las Madres de Plaza de Mayo entendemos la importancia de esta decisión y la oportunidad única que tiene nuestra Patria.

Sin embargo, todos debemos preguntarnos: ¿Qué debemos? ¿A quién debemos? ¿De quién dependemos? y, ¿A quién nos debemos?

Debemos una deuda ilegítima, construida a sangre y fuego desde la dictadura militar y continuada por los sucesores del saqueo de la Patria. Se enriquecían los poderosos mientras nos sumergían en la miseria.

Pero también tenemos una “deuda interna” que es responsabilidad de todos y cada uno de los que vivimos en esta tierra. Una deuda con los niños, con los más desposeídos, con los desocupados, en definitiva, con el Pueblo.

La deuda con el FMI nos hacía rehenes del imperialismo y nos sometía a las extorsiones de los grandes grupos económicos que condicionaban todo nuestro futuro. Ellos, y sus aliados locales nos fueron despojando de la vida y la dignidad. Nuestros 30.000 hijos desaparecidos dieron la vida para enfrentar este proyecto de dependencia y esclavitud.

Ha comenzado otra etapa de la vida argentina, cuyo desenlace dependerá de cómo se aproveche esta oportunidad de cambio. El Fondo Monetario Internacional ya no será la excusa para comenzar a repartir la riqueza de la Patria.
Las Madres de Plaza de Mayo nos debemos a nuestros hijos desaparecidos y ellos se debían a su pueblo. Sentimos que es posible construir un mundo más justo y solidario.

Asociación Madres de Plaza de Mayo