En su último casete de audio, el jefe de Al Qaeda aplicó una nueva política editorial. Primero se mostró tranquilizador para con los yihadistas que, en los foros de Internet, se preocupan por su posibilidad de ganar la «guerra contra los infieles». Bin Laden los tranquiliza aludiendo a textos de Zawahiri y de Zarkaui. Sin embargo, 2005 no fue un año bueno para los yihadistas: millones de mujeres votaron en Afganistán y en Irak, en el Líbano ocurrió la Revolución del Cedro y los debates sobre la democracia causan furor entre los árabes en Internet. Los árabes jóvenes se vuelven cada vez más hacia la libertad.
Ante estos hechos, Bin Laden tuvo que salir de su caverna, tratar de calmar a sus tropas y resquebrajar la moral de su enemigo. Para hacerlo retoma elementos del debate político estadounidense en su discurso antes de amenazar con nuevos ataques a Estados Unidos. Por último, acaba por proponer una tregua a Estados Unidos si éste se retira de las tierras musulmanas y reconoce a Al Qaeda como el representante de esos países. Bin Laden exige ser tratado como un califa.

Fuente
Washington Times (Estados Unidos)
Propiedad del reverendo Sun Myung Moon (Iglesia de la Unificación).

«Osama’s unmistakable message», por Walid Phares, Washington Times, 25 de enero de 2006.