En Buenos Aires, no en vano llamada "la quinta provincia" por la cantidad de inmigrantes gallegos que a ella llegaron, el cambio de signo político se hace evidente, entre otras cuestiones, en la presentación que, ante el Juez Federal Daniel Rafecas efectuaron el 18 de julio dos representantes de la Federación de Asociaciones Gallegas en la Argentina. Manuel Campos y Luis Fernández Ageitos, respectivamente, Vicepresidente y Secretario de la entidad que agrupa a aproximadamente cuatro mil socios, entregaron la Querella que imputa a militares responsables de la desaparición de gallegos y sus familiares, en relación a los delitos de lesa humanidad cometidos bajo la dirección del Primer cuerpo de Ejército. Fueron acompañados por representantes de organismos de Derechos Humanos y por Fermín Paz, secretario de la Confederación Intersindical Gallega (CIG), organismo por quien especialmente también llegó a Buenos Aires Lois Pérez Leira del Departamento de Migración.

"El Juez Rafecas es un hombre joven y con mentalidad nueva, quien nos pidió colaboración en la causa y que dejáramos de lado lo burocrático para trabajar en ella", amplió a la ANC, Fernández Ageitos de la Federación, para quien el próximo paso consiste en "reunirse con los abogados de las organizaciones de DD.HH. para avanzar en el tema". La denuncia incluye doce casos de desaparecidos de origen gallego durante la dictadura, entre 1976 y 1983, si bien las fuentes consultadas calculan que los desaparecidos de la colectividad son aproximadamente 90, sobre un total de 600 españoles, "pero sólo estos doce casos pertenecen a la jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército". La presentación judicial puede determinar que se profundice en la investigación sobre el ex ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, por la desaparición de Juan Casariego del Bel, director de Inversiones Extranjeras de dicho ministerio, desaparecido en 1977, e incluido en la misma.

Los otros desaparecidos incluidos en la denuncia son: Ernesto Fernández Vidal, Ramón García Ulloa, Dolores del Pilar Iglesias, Manuel Souto Leston, Urbano López Fernández, Manuel Gómez Aguirre, Jaime Lozano Nieto, Inés Olleros, Miguel Castiglioni Cornes, Alberto García López y Alicia D’ Ambra Villares. Y según informó Fernández Ageitos, la Federación y la CIG solicitaron al Parlamento y al Ejecutivo de Galicia que constituyan una comisión de investigación de los delitos de lesa humanidad cometidos en la Argentina contra ciudadanos gallegos y sus familiares; así como también que la Xunta de Galicia (Gobierno colegiado), presente una querella institucional y brinde asistencia jurídica a los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado en la Argentina.

La Federación, fundada en 1921, y presidida actualmente por Francisco Lores Mascato, fue un lugar de referencia fundamental para los exiliados Republicanos de la Guerra Civil Española, al abrigo de los ideales nacionalistas gallegos y en ella dejaron huellas imborrables personalidades de la cultura como el escritor, militante y muralista Luis Seoane, el plástico Laxeiro, el escritor político y dibujante Daniel Alfonso Rodríguez Castelao, el periodista y escritor Lorenzo Varela, o el poeta Arturo Cuadrado, entre otros. Entre 1904 y 1936, Buenos Aires llegó a tener más de trescientas sociedades gallegas, sostenidas por un caudal inmigratorio cuya última oleada masiva se produjo en la década del ’ 50. En a actualidad, si se suman a los nativos sus descendientes sanguíneos, la comunidad gallega en la Argentina se compone de 350.000 integrantes

"No sólo queremos estar presentes con la gaita y la nostalgia" -sintetizó el vocero de la Federación- "aunque nos ocupamos de las manifestaciones culturales trabajamos también por la memoria, de cara a Galicia y de cara al pueblo argentino que nos cobijó como inmigrantes, por lo cual no sólo tenemos el derecho de realizar esta petición, sino el deber de hacerlo". Queda claro, por otra parte, si tenemos en cuenta que Dionisia López Amado, Madre de Plaza de Mayo es gallega y que Salvador Barbeito Doval, seminarista palotino, -asesinado en la Iglesia de San Patricio el 4 de julio de 1976 junto a otros cuatro miembros de su congregación - también lo fue, que los gallegos han dejado en la Argentina algo más que la muñeira, el pulpo y la Romería.