“Los pibes –define Bianchi- tienen una estructura de concentración para lenguaje de video: imagen, fuerza, sonido, pá pá Y, yo antes pensaba que esto se debía a un problema de exclusión, es decir a la falta de alimentación o a la falta de posibilidades, pero hoy creo que la razón más importante es la estructura de pensamiento que se les impone. Frente a eso, los títeres, que son instrumentos mediante los que desarrollamos una historia, tienen una gran posibilidad de comunicación. Porque hay una parte de esa historia que desarrolla el público. Vale decir, que hay un tramo del desarrollo intelectual, del proceso creativo, imaginativo que lo completan los pibes. Hay muchas anécdotas sobre esto. Por ejemplo, me han preguntado alguna vez, ¿cómo hace el títere para cerrar los ojos?. Y, se sabe que el muñeco, que es de gomaespuma, nunca no ha podido cerrar los ojos, ha sido la imaginación del pibe que ha completado el proceso. Sucede algo muy parecido con la lectura de un libro, porque el estímulo a la imaginación es una constante”.

Ximena Bianchi cuestiona la actual propuesta televisiva “sabemos que en la tele –señala- hay de todo y no hay variedad, porque todo es muy malo, No existe una convocatoria para que la gente piense. No hay propuestas para el desarrollo y la continuidad de una historia, que son elementos de importancia en la construcción de las personas. Todo está inmerso en la cultura del zapping y es en este sentido, te repito, que los títeres están emparentados con los libros, por esa posibilidad tan rica, que te brindan, la de completar historias. Por eso, creo que el problema de concentración no es sólo de los pibes, sino que está en la propuesta que se le haga. En los estímulos que seamos capaces de generar. Los pibes son seres pensantes. Yo siempre digo que los chicos, son chicos, no tarados.”

Una demostración acerca de que los títeres no son un arte menor fue el festival Al Sur del Sur. Ese tránsito, de mediados de julio, emprendido por los 240 actores con sus muñecos, en las 140 funciones, -90 de ellas gratuitas-, por La Boca y Barracas, donde todo chico o adulto que asistió, habrá tenido una historia para completar.