Para denunciar la realidad, primero hay que apropiársela. En este sentido, la experiencia comunicacional de Los Calandracas y El Teatral Barracas en “Los chicos del cordel” es una acertada confirmación de arte y propiedad. El director Ricardo Talento y los 75 actores de teatro comunitario ensayan un recorrido por la conciencia del barrio de Barracas -desde la plaza de Osvaldo Cruz al 2300- en el que la realidad es provocada constantemente a formar parte de la escena, sin ninguna alteración demagógica u obscena y sin apelar a golpes bajos.
Así, son comprendidos en el escenario itinerante desde los vecinos que toman fresco en la vereda junto a perros siesteros, hasta los que han llegado más recientemente al barrio y fueron obligados a “resguardar” su humanidad, con los trenes encima –literalmente-, bajo las vías de la ex línea Roca.
El humor, la ironía, el grotesco, el despliegue creativo en las letras de canciones colectivas, y finalmente, esa troupe de niños que siguen naciendo, así en el teatro como en la vida, para comprometernos a no mirar fuera del escenario.
La propuesta teatral que ha cerrado el ciclo 2006, afortunadamente, podrá ser recorrida el año que viene.
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