Nota de opinión

El mapa de los cuerpitos menudos

Por Cecilia Ceriani.- No se sentía bien. El catarro había empezado hacía pocos días, tenía algo de fiebre, decaimiento. Decidieron internarlo en el Hospital de Niños porque los síntomas indicaban neumonía. Pero una vez ahí, los médicos diagnosticaron algo más: desnutrición crónica. Sus 14 kilos de cuerpito menudo y su historia lo explican. Con ocho años, el pibe cumple con el peso aproximado de cualquier nene de tres y soporta la deficiencia nutricional desde que nació, pesando apenas un kilo y medio.

Los especialistas se admitieron sorprendidos porque hacía tiempo que no recibían un caso así. Y porque, hasta el momento, nadie hubiera percibido que su talla convertía en obvia la desnutrición.

El pibe de cuerpo desgarbado vive con su mamá en Bañado de Ovanta, una zona rural en el departamento de Santa Rosa, a unos 110 kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca. Cada día viaja hasta la escuela de San Pedro, donde asiste a primer grado, curso que repitió por la falta de madurez mental causada por las deficiencias nutricionales.

Según un relevamiento oficial, la provincia comenzó 2007 con 3.500 casos de desnutrición infantil. Las autoridades de las escuelas de las zonas más empobrecidas denunciaron que a lo largo del último ciclo lectivo varios alumnos "se desmayaron por el hambre" en horas de clase. “La falta de alimentación provoca retrasos de maduración y tampoco permite desarrollar competencias y habilidades", explicó a la prensa Mario Marcolli, director del Hospital de Niños.

Así, la pobreza se vuelve hambre que se vuelve desnutrición que se vuelve deficiencia en el desarrollo de cuerpos y mentes. Y se vuelve más hambre, más desnutrición, más insuficiencia que se repite en tiempo y espacio.

De ese modo lo reseña el periódico catamarqueño El Ancasti, que resume la situación en el norte del país: El 45 por ciento de la población infantil de la ciudad de Corrientes padece algún grado de desnutrición. El Programa de Integración de la Salud del Sistema Provincial de Tucumán contiene a más de 15.000 pibes menores de seis años con problemas de peso y, según especialistas, habría otros 30.000 chicos malnutridos que no ingresan al programa por no coincidir con los indicadores de la tabla de talla y peso. En el Chaco se está relevando las condiciones de vida de la población, luego de que 11 personas murieran durante el último mes por desnutrición.

Y así, ese mapa de cuerpitos de talla insuficiente se convierte en mapa político.

Porque así, esa pobreza que se vuelve hambre que se vuelve desnutrición que se vuelve deficiencia en el desarrollo se vuelve también reproducción de un sistema al que le sirve la debilidad de los cuerpitos menudos.