En entrevista exclusiva con Prensa Latina en su apartamento de Teherán, el presidente del Centro de Investigaciones Estratégicas y Doctrinas de Seguridad de Irán, Hassan Abbasi, sustentó su afirmación a partir de concepciones sobre la nueva correlación de fuerzas en el orbe.

Abbasi, autor de unos 30 libros sobre temas militares, de seguridad y religión islámica, mencionó la teoría del "cybernetic", según la cual, el mundo semeja un cuerpo humano con dos puntos clave: cerebro y corazón, además de otros elementos periféricos.

Estados Unidos, de acuerdo con esa lógica de razonamiento, se sitúa a la cabeza como el cerebro productor de información e Irán "es el corazón del mundo", productor de energía, mientras otras naciones constituyen las extremidades con diverso grado de protagonismo y o dependencia.

"Por eso, bajo ninguna condición habrá guerra entre Irán y Estados Unidos, porque sería entre el cerebro y el corazón, y eso es fatal", vaticinó el profesor conferencista de la Universidad de Teherán, al dejar entrever que "pudieran haber algunos bombardeos, pero sólo eso".

Cómo razones económicas de peso, Abbasi vislumbra que si se produjera una beligerancia por seis o más meses, el precio del barril de petróleo alcanzaría los 400 dólares, y los 200 apenas en los primeros 20 días. Eso destruiría la economía mundial, acotó.

Refirió que la agresión de Israel a los campamentos de la milicia de Hizbolá en el Líbano, en 2006, fue un frustrado experimento de cómo sería un enfrentamiento a gran escala entre Washington y Teherán, con el agravante de la posibilidad de un conflicto prolongado.

Estados Unidos, con una población de más de 300 millones de habitantes ya no puede defenderse, si se toman en cuenta los gastos con 150 mil soldados en Iraq, porque tendrá que desplazar al menos dos millones para combatir a los iraníes, consideró el analista.

Agregó que su país posee un tercio de todo el territorio de Europa y tres mil kilómetros de costas en el norte y el sur, además de condiciones climáticas y la topografía del terreno montañoso desfavorables al invasor.

Desde el punto de vista militar, Irán cuenta con un 70 por ciento de su población joven que le permite resistir más, y con dos cuerpos de uniformados, uno para defender al país que son las fuerzas armadas con 500 mil efectivos, según estadísticas oficiales.

El otro destacamento puntualizó Abbasi- se denomina Guardianes de la Revolución Islámica o Pasdaran y lo integran cinco divisiones: tropas terrestres, aéreas y marítimas, además de nueve millones de milicianos voluntarios -los llamados Basijis- y la unidad élite Al Quds.

Al Quds controla a las fuerzas que están fuera del país, y fue incluida dentro de las instituciones sancionadas en octubre pasado por el gobierno estadounidense. "Washington se ve en un conflicto con este grupo, por eso lo identifica como terrorista", apuntó el entrevistado.

Recordó, por otro lado, que desde las elecciones de 2005 en las que venció el presidente Mahmoud Ahmadinejad, fue de los primeros en prever que Irán iba a ser arrastrada por el gobierno de George W. Bush a lo que denominó "estrategia del pollo".

Lo anterior, ejemplificó, se produce cuando en medio de una crisis dos personas se aprestan a chocar y al final del tenso trayecto una desvía el recorrido y queda como cobarde o más débil.

Esta estrategia de pollo recordó Abbasi- pasó en Cuba en 1962 durante la Crisis de los Misiles o de Octubre, y fueron dos meses en los que la Unión Soviética estuvo a punto de un conflicto con Estados Unidos, pero Ahmadinejad lleva ya 26 meses resistiendo a Bush.

Abbasi manejó dos razones por las que si ocurre una guerra entre Irán y Estados Unidos, el saldo será muy malo para Occidente.

Primero, "el corazón nunca obedece al cerebro", y Teherán no toma en cuenta la hostilidad ni las sanciones económicas aprobadas por Washington o en el propio Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que continuaría con sus proyectos de desarrollo de energía nuclear pacífica.

Otro argumento muy importante, en opinión del estratega, es el credo islámico de los iraníes, a quienes comparó con los kamikazes japoneses, aunque con la diferencia de que no se inmolan, "para nosotros -dijo- es buscar una muerte que nos lleva al paraíso, nos haga mártires".

Desde la percepción musulmana, un mártir nunca se suicida porque se cree en la vida después de la muerte y el Corán refiere que ese sacrificio eleva al punto máximo a quien lo hace, explicó.

"Los Basijis vienen a combatir preparados para morirse. La hipótesis de muchos es que viene el enemigo a matarnos, y en realidad nosotros vamos dispuestos a que nos maten. En ese punto el enemigo no puede hacer nada más", concluyó.

Fuente: Teherán, PL, para RIA Novosti.