Esta es la conjetura de Gustavo Cabrera, abogado, nacido en Costa Rica y coordinador latinoamericano del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) que aglutina a la entidad en 14 secretariados, conformando el SERPAJ América Latina.

“Ser un movimiento social alternativo en términos de inclusión, un movimiento social independiente, autónomo, crítico frente al poder, horizontal, menos vertical, menos de viejo cuño de líderes, de personalismos. Un movimiento de autoconvocatoria, de participación, de inclusión, diverso, multicultural, multinacional, tener los ejes centrales de los Derechos Humanos”, define Cabrera en esta entrevista con La Oreja Que Piensa.

 ¿Cómo ves la lucha, los procesos sociales en América Latina?

 Hay un nuevo escenario con distintos actores en nuestra América Latina. Hay gobiernos que alternan a los proyectos del Banco Mundial, a los proyectos del Consenso de Washington porque esta cooperación internacional ha alineado a muchos movimientos sociales en el trabajo de los proyectos sociales. Muchos de estos gobiernos progresistas -por la cooperación internacional del BID- tienen que concertar con lo que llaman el tercer sector o la sociedad civil, que yo no coincido con este concepto. Pero así como dicen los programas del BID y del Banco Mundial que obligan a los movimientos sociales que tengan que ir a discutir con el gobierno políticas públicas y estas mismas están prediseñadas desde el Consenso de Washington, del Banco Mundial y el BID.

Y se aplican nada más para América Latina, haciendo incidencia en los cambios meramente cosméticos de las políticas públicas, rediseñando lo que ellos ya tienen previsto, por lo tanto no cambian el destino final de los pueblos. Con el advenimiento de las “democracias” en América Latina o la llamada concertación democrática sucede que hay movimientos sociales que ejercen este proceso, que son cooptados por los gobiernos que a través de programas que les bajan a los funcionarios, de proyectos que les dan dinero, de otras prebendas, inclusive a través de cargos públicos para entregarles puestos de poder.

Otro movimiento social que se instaló es el reivindicativo, gremialista. Este fue toda la vida, que se quedan solo por el trabajo, por el salario, contra el aumento de los precios. Son movimientos sociales de grupos, de comunidades, de sectores o poblaciones que se quedan ahí, en la reivindicación propia del gremio, ya sean gremialistas, camioneros, trabajadores de la educación, taxistas, albañiles, etc. Pero no se solidarizan con otros, no les gusta la consigna de otro movimiento. No se solidarizan con la lucha internacional de los movimientos campesinos, indígenas, con las mujeres, por que están en su interés gremial local cortoplacista.

El tercer movimiento –que es el que nosotros estamos ubicados- para América Latina es el movimiento alternativo que busca un cambio estructural de estas propuestas. De desenmascarar lo que esta detrás de los poderes económicos y políticos de cada país. De esta concertación de poderes públicos y alguna sociedad civil. Lo que está detrás de estas campañas donde se cree que es la democracia, donde esta la participación, donde se ha encubierto a través de la dictadura mediática una imagen de un Estado que abre mesas de dialogo, de concertación pero es solo una cosmetología porque el poder real no lo están otorgando y es muy utilizada por parte de estos poderes públicos, económicos y políticos. Utilizar esa técnica que se llama negociar, negociar sin ceder y ceder sin negociar. Entonces los poderes no existen, es una farsa. Nosotros creemos que desde los movimientos sociales alternativos hay que desenmascarar la raíz estructural de la realidad, dar respuestas que desafíen esa realidad, que abran realmente el camino con cambios de transformación.

Esas transformaciones tienen que articularse en acciones no violentas o propuestas concretas en la economía, en la salud, en la educación, que abran el camino pero que confronten el proyecto, no que simplemente abran el camino como propuesta alternativa sino que también vayan denunciando y confrontando el proyecto que también implica un riesgo.

 ¿Este es el debate que se esta dando en estos momentos en América Latina?

 Sí, un gran debate, interesante por cierto. Nuestras acciones no violentas desde Serpaj en América Latina junto a los pueblos tienen varios ejes. El primero es la propuesta alternativa. Desde la no violencia creemos que el plan constructivo, que la propuesta alternativa debe ser estar siempre presente. La segunda implica un riesgo personal, en interponer nuestro cuerpo, nuestras manos, nuestras voces, levantarlo implica ser señalado, estigmatizado, perseguido, criminalizado, es el riego personal de la acción directa. La tercera es la más importante: es la Acción. No quedarse en la solidaridad del papel, participar de ese movimiento con las mujeres, con los indígenas, con los oprimidos, los excluidos. En este sentido desde el SERPAJ creemos que desde el movimiento por la paz y la no violencia junto a los demás movimientos sociales tenemos que hacer visible este tema.

Así vemos los movimientos sociales de América Latina con dificultades mayores en aquellos países en el cuál los gobiernos son “democráticos”, “progresistas” “de izquierda” que también a través del poder que tienen han comenzado a generar presión sobre movimientos sociales que siguen levantando los derechos humanos, la noviolencia, la democracia y que también se los criminaliza.

 Detención en Honduras.

 Como coordinador latinoamericano del Serpaj participé junto a la asociación americana de juristas a los dos meses del golpe de estado en Honduras. Tuvimos encuentros con la Corte Suprema, con dirigentes políticos, sociales, con mujeres indígenas. Llegan las elecciones en Honduras y como Serpaj Costa Rica participamos como observadores junto al Consejo Americano de iglesias. Las elecciones venían de un proceso espurio por lo tanto no las reconocimos. Llegando a San Pedro Sola, lugar que a mi me tocó vigilar junto a un pastor evangélico, quedamos expuestos en medio de la represión con gran cantidad de personas que no iban al proceso electoral y que fueron reprimidos sin ningún sentido en la plaza principal. Nuestra responsabilidad era informar a la Comisión de misión internacional (con centro en Tegucigalpa) sobre los desaparecidos, los heridos, con todo el ejército en la calle. Cuando nos disponemos a recoger el auto, fuimos detenidos por los militares, nos tiran al suelo, con hostigamiento y durante 4 horas privados de la libertad sin saber donde estábamos. Pude esconderme detrás del Jeep y llamé a compañeros para informar nuestra situación. Nos quitan el teléfono. Al rato se comunica el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pèrez Esquivel exigiendo que nos liberen.

 ¿Cómo te vinculas al Serpaj?

 Cuando vinieron los procesos sociales en América central con sus luchas había una identidad de los pueblos en El Salvador y Nicaragua. Allí es donde conozco al Serpaj. En una visita de Pérez Esquivel a Nicaragua. De venir encabezando una misión de la paz, y ponerse en medio de la guerra con los Contras y el pueblo de Nicaragua, atravesando el Río San Juan, caminando para lograr la paz, poniendo su cuerpo, su palabra. Esto me llevó a pasar de una acción pastoral a una acción de reflexión, de política de movimientos sociales por la paz. Allí veo que el Serpaj es el punto correcto, encuentro la raíz cristiana, el movimiento NO VIOLENTO. Allí pensé: esta es la sombrilla que necesito para mi vida y hace 20 años que estoy en Serpaj Costa Rica.

 ¿Cual es tu responsabilidad?

 Fortalecer la red del Serpaj. Cada cuatro años hay una asamblea general latinoamericana y allí fui designado coordinador hace dos períodos. Los cambios que se van dando con las políticas regionales y globales en términos de los procesos económicos e internacionales. Esta es nuestra agenda del planeta: energía, comercio, negocio, migraciones, pasar a nuestras agendas subregionales en la misma línea. Nos preguntamos: como construir la paz en esta América Latina, en este mundo global, como hacer que el planeta sea inclusivo, participativo, y que además permita que la paz que ahora no gozamos sea a futuro. Repensarnos es la gran tarea. Los movimientos sociales son los vehículos comunicadores que dan señales simbólicas que dan señal de futuro. Nuestros actos, cualquiera que se haga en una red, esta implicando una señal, un símbolo y con esta propuesta mediática del planeta donde todo tiene un significado. Tenemos como Serpaj una gran tarea de dar una señal. Cual es ese mensaje de construcción de paz de ahora hacia el futuro.

 ¿Cómo ves la prensa propia, la prensa de las organizaciones sociales, la que se genera en los barrios, esa prensa alternativa que va por fuera de los medios masivos de comunicación?

 Los medios de comunicación alternativo tienen una enorme tarea de unirse a estos movimientos alternativos, participativos, horizontales, que denuncian, que están con la verdad, que aporten con la investigación de las causas, que sean multiculturales, que no discriminen, que sean diversos, que acepten la persona humana en todas su riquezas . Esta es la tarea de un medio de comunicación, pero fundamentalmente los alternativos tienen la tarea de desmentir a las grandes trasnacionales de la comunicación, a esta dictadura mediática global que es lo que más afecta en términos de nuestro mensaje. Cuando hablamos de medios de comunicación masivo social estamos hablando de medios como las radios comunitarias, o un boletín de un sindicato, de un canal de televisión local, estos medios asumen esa responsabilidad social.

Los medios de comunicación masivos no son el reflejo de la sociedad, de la construcción de los pueblos. Transforman su palabra en un discurso político ideológico por que esta detrás siempre eso, es criminal cuando ellos pueden controlar la opinión pública, cuando ellos tienen control de la conciencia, del corazón y la mente de la gente.

Es criminal para un comunicador saber que lo que va a decir puede llevar al desastre. A la violación de los derechos humanos, a ocultar la realidad, o apoyar el crimen o esconder una verdad para que alguien se beneficie o beneficiar sectores que van a destruir la vida, los derechos humanos.

 Nota publicada por la Agencia La Oreja que Piensa (www.laorejaquepiensa.com.ar)