La OTAN instala cada vez más armamento ofensivo cerca de las fronteras de Rusia, obligando así à Moscú a responder con el despliegue de armas defensivas.

El sistema ruso de misiles tierra-tierra Iskander (SS-26 Stone, según la nomenclatura de la OTAN) es un producto de la fábrica de misiles de Votkinsk (situada 1 000 kilómetros al este de Moscú). Se concibió especialmente para atravesar el escudo antimisiles estadounidense. El Iskander, con un alcance de 500 kilómetros, se compone de una sola etapa Soyouz NPO y funciona con combustible sólido. La 152ª brigada de misiles tácticos de Chernyajovsk, en el enclave de Kaliningrado, cuenta con misiles Iskander desplegados a 200 kilómetros de la base de Redzikowo, cuyo papel será neutralizar el escudo antimisiles instalado en Polonia.

En respuesta a los elementos del escudo antimisiles instalados en Rumania, probablemente se desplegará una batería de misiles Iskander en Crimea, con un regimiento de bombarderos Tu-22M3 de largo radio de acción. El tiempo de preparación para el lanzamiento de una batería de misiles Iskander es de 4 minutos, la táctica utilizada determina la cantidad de lanzamientos simultáneos de dos pares de misiles, con un lapso probable de 2 a 6 minutos entre andanadas. Los misiles Iskander pueden portar ojivas convencionales (termobáricas, bombas de racimo o bombas antibúnker) u ojivas nucleares. Entre Crimea y la costa rumana del Mar Negra hay 378 kilómetros y el alcance del Iskander es de 500 kilómetros.

La trayectoria de un misil Iskander no es balística, si lo fuese este misil de 3,8 a 4,2 toneladas de peso tendría un alcance de 1 500 kilómetros. El vuelo de crucero de un misil Iskander se desarrolla a una velocidad que fluctúa entre 7 600 y 9 300 kilómetros por hora, a menos de 60 metros de altitud y gran parte del trayecto se efectúa por encima de las capas densas de la atmósfera, o sea a más de 40 000 metros de altitud. Ese perfil se basa en el hecho que los misiles antiaéreos de largo alcance, como los MIM-104 Patriot PAC-3, que también tienen capacidades antibalísticas, alcanzan un techo máximo de 30 000 a 35 000 metros. Se fijó ese techo porque la mayoría de los aviones de combate nunca sobrepasan los 20 000 metros de altitud.

Sin embargo, Rumania no cuenta con misiles Patriot y los misiles antibalísticos SM-3 block 1b del escudo antimisiles instalado en Deveselu no pueden interceptar nada que vuele a menos de 80 000 metros ya que es a partir de esa altitud que comienzan a funcionar los captores de abordo.

En la fase final de su vuelo, cuando entra en el rango de intercepción del sistema Patriot, el misil Iskander comienza a efectuar maniobras para evitar ser alcanzado y lanza 10 señuelos en forma de reflectores metálicos poliédricos. La defensa antiaérea sólo dispone de un lapso de tiempo muy corto que le impide distinguir una ojiva Iskander de los señuelos. Para derribar un solo misil Iskander se necesitarían 11 misiles Patriot. Su perfil de vuelo y su equipamiento y su equipamiento de interferencia de los sistemas adversos confieren al Iskander una gran capacidad de supervivencia que lo hace prácticamente imposible de interceptar.