El 8 de octubre de 2021, en entrevista concedida a RIA-Novosti, el primer ministro de Mali, ‎Choguel Maiga, acusaba los servicios secretos de Francia de dedicarse a entrenar los terroristas ‎que el ejército francés decía combatir en ese país africano. ‎

El 23 de diciembre de 2021, Francia dirigía a Mali una nota –firmada también por Bélgica, ‎Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Italia, Canadá, Lituania, Noruega, Portugal, ‎Rumania, Chequia y Suecia– donde se deploraba que el Estado maliense recurriese la empresa ‎militar privada rusa Wagner.‎

El 11 de enero de 2022, Mali denunciaba una violación de su espacio aéreo por parte de las ‎fuerzas francesas en ese país –la llamada Misión Barkhane. El general francés Laurent Michon ‎respondió entonces que las fuerzas francesas sólo habían utilizado las prerrogativas incluidas en el ‎acuerdo franco-maliense firmado durante la Operación Serval de las fuerzas armadas francesas ‎en Mali. Seguidamente, el gobierno maliense de transición anuló todos los acuerdos y las fuerzas ‎francesas comenzaron a retirarse de Mali. ‎

El pasado 3 de julio, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) puso fin ‎a todas las sanciones que había adoptado contra Mali desde el 9 de enero. ‎

El 6 de julio, el gobierno de transición de Mali envió al Consejo de Seguridad de la ONU un ‎calendario detallado de las reformas políticas que ha planificado hasta la elección de un nuevo ‎presidente de la República, prevista para febrero de 2024. ‎

El pasado 6 de agosto, la Federación Rusa entregó al ejército de Mali un importante lote de ‎aviones y helicópteros. ‎

El 16 de agosto, el presidente del gobierno de transición de Mali, coronel Assimi Goita, solicitó al ‎Consejo de Seguridad de la ONU la realización de una reunión especial sobre el respaldo que ‎Francia aporta a los yihadistas. ‎

En la solicitud enviada al Consejo de Seguridad, el coronel Goita precisa que dispone de pruebas ‎que demuestran el doble juego de Francia. ‎