Israel conocía el plan de ataque del Hamas desde hace más de un año, revela el New York Times. Así lo demuestra el documento de 40 páginas, de los servicios de inteligencia israelíes, denominado «Murallas de Jericó». Ese documento describe punto por punto, aunque sin precisar la fecha, el ataque que el Hamas realizaría finalmente el 7 de octubre de 2023.

Durante todo un año, antes del 7 de octubre de 2023, «Murallas de Jericó» se divulgó ampliamente entre los responsables del ejército y de los servicios de inteligencia de Israel, quienes supuestamente estimaron que «un ataque de tal envergadura sobrepasa las capacidades del Hamas».

En julio pasado, sólo 3 meses antes del ataque, un experimentado analista de la Unidad 8200 (la agencia de inteligencia electrónica de Israel) avisó de que el Hamas había realizado un gran ejercicio similar a lo que se describía en el plan. Pero un coronel de la inteligencia echó abajo el informe del analista.

El 7 de octubre de 2023, el Hamas ejecutó el plan de ataque con una «precisión sorprendente»: una lluvia de cohetes, que sirvió de barrera protectora a los atacantes; uso de drones para neutralizar las cámaras de seguridad y las ametralladoras automáticas a lo largo del muro israelí alrededor de Gaza; hombres armados cruzando la barrera de seguridad a través de brechas abiertas con buldóceres. Exactamente lo que estaba previsto en el plan que los servicios de inteligencia israelíes habían denominado «Murallas de Jericó».

Esa documentación excepcional, que el mainstream político-mediático parece querer ignorar, viene a confirmar lo que habíamos demostrado, basándonos en hecho y no en opiniones, desde la edición 113 de Grandangolo, publicada bajo el título [1].

O sea, el ataque del Hamas no fue una sorpresa para los dirigentes israelíes sino que estos más bien contribuyeron a su ejecución para tener el pretexto que les serviría para poner en aplicación su propio plan estratégico. Y el plan estratégico de los dirigentes israelíes consiste en exterminar la población de Gaza. Los muertos y los heridos graves, principalmente mujeres y niños, ya se elevan hoy a 60 000 –a la escala de la población italiana, eso sería 2 millones de italianos muertos o heridos graves.

Pero el plan israelí también consiste en convertir Gaza en un lugar inhabitable, bombardeándola con miles de artefactos de guerra suministrados a Israel por el gobierno de Estados Unidos. En menos de 7 semanas, los bombardeos israelíes han destruido cerca del 70% de las edificaciones en el norte de Gaza. Y ahora, las fuerzas armadas israelíes están haciendo lo mismo en el sur de ese territorio. Para tener una idea de lo que eso significa basta recordar que durante toda la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos de los aliados sobre Alemania destruyeron el 60% de los edificios en Dresde y en otras ciudades alemanas.

En el plan de los dirigentes israelíes, la solución final consiste en deportar la población gazauita al desierto del Sinaí, eliminar Gaza como territorio y después… hacer lo mismo en Cisjordania. Llamando las cosas por su nombre, los dirigentes israelíes no sólo cometerían así crímenes de guerra sino un verdadero genocidio.

Clasificado como crimen internacional, el genocidio es la destrucción metódica de un grupo étnico, racial o religioso, mediante la exterminación de las personas que lo componen o la disolución y la dispersión de sus grupos familiares y perturbando el funcionamiento de todas sus instituciones sociales, políticas, religiosas y culturales.

[1«El 11 de septiembre del Medio Oriente», por Manlio Dinucci, Grandangolo (Italia) y Red Voltaire, 13 de octubre de 2023.