Rusia señala que, entre Armenia y Azerbaiyán, no favorece a nadie en el Alto Karabaj. Al mismo tiempo, concentra sus esfuerzos contra los yihadistas turcomanos en Siria, aunque ha calificado al gobierno de Damasco de «aliado no estratégico». Lo que está sucediendo hace pensar que Moscú ha llegado a la conclusión de que será muy difícil evitar una guerra con Turquía. El Kremlin pagaría entonces su arriesgada política comercial de construcción de un gasoducto a través de Turquía. Mientras tanto, el ejército ruso pone a prueba su nuevo equipamiento de guerra radioelectrónica que, si arroja los resultados esperados, le garantizaría la superioridad en casi todos los campos de batalla.
Al reiniciarse el conflicto en el Alto Karabaj, vimos los drones Harop y Bayraktar TB2 de Azerbaiyán destruir con mucha precisión los blindados, radares y sistemas de misiles antiaéreos enemigos, contribuyendo decisivamente a la creación de bolsones en la profundidad de la defensa del adversario [1].
Eso no sorprendió a los expertos militares porque recuerdan que en septiembre de 2019 los drones yemenitas penetraron fácilmente las defensas antiaéreas estratificadas de Arabia Saudita, que se basan en el uso del sistema de misiles tierra-aire Patriot y del avion radar AWACS. Aquellos drones sorprendieron totalmente a la defensa antiaérea saudita, instalada en un terreno plano, donde no puede beneficiarse de los obstáculos que podría ofrecer una geografía montañosa, como la del Alto Karabaj. El resultado fue la destrucción de la refinería de Abqaiq y las instalaciones petroleras de Khurais mediante golpes de muy alta precisión [2].
Ahora le toca al misil antitanque israelí Spike NLOS demostrar su eficacia. Azerbaiyán posee 250 misiles de ese tipo –con alcance de 25 kilómetros– instalados a bordo de helicópteros Mi-17. El sistema de direccionamiento o guía es de cámara electróptica TV/infrarroja, montado en la nariz del misil. Gracias a una fibra óptica conectada al misil, el operador ve en una pantalla la imagen transmitida por la cámara de televisión del misil y puede corregir la trayectoria. El largo del cable de la fibra óptica es de 8 kilómetros. El direccionamiento del misil Spike NLOS hacia los objetivos que puedan hallarse a más de 8 kilómetros del punto de lanzamiento se realiza a través de un transmisor-receptor de línea de datos.
Esa vulnerabilidad puede aprovecharse únicamente con el uso de sistemas de interferencia eficaces, que sean capaces de “romper” los códigos cifrados de la línea de datos del misil, a menos que se logre descubrir esos códigos, lo cual es un proceso difícil con probabilidades de éxito que no van más allá del 60 al 70%, después de haber analizado el espectro de frecuencias de decenas de lanzamientos de misiles Spike NLOS gracias a un sistema de guerra electrónica altamente sofisticado y los equipos de análisis complejo están disponibles únicamente en los ejércitos de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Rusia.
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Rusia tiene más de 5 000 soldados en la República de Armenia. En la base militar de Gyumri hay una brigada rusa de 3 500 efectivos, equipada con tanques, con blindados de transporte de infantería BTR, blindados de transporte anfibio BMP, obuses autopropulsados, lanzacohetes múltiples Grad y sistemas de defensa antiaérea de corto alcance. En la base aérea rusa 3624, cerca de Ereván –la capital armenia– hay un escuadrón de aviones de combate MiG-29 y un escuadrón de helicópteros Mi-24P y Mi-8MT. Las fuerzas antiaéreas rusas presentes en Armenia son el 988º regimiento de misiles antiaéreos de largo alcance, equipado con el sistema S-300V4.
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Al día siguiente del inicio de la invasión azerbaiyana en el Alto Karabaj, aterrizó en Armenia un avión de carga de gran capacidad AN-124 de las fuerzas armadas rusas proveniente de Rostov del Don. Ese avión traía 100 toneladas de cargamento destinado a la base militar 102 y transitó por el espacio aéreo iraní para evitar el espacio aéreo de Azerbaiyán.
Posteriormente, un avión Il-80/86 de vigilancia de señales perteneciente a la escuadrilla de vuelos especiales de Moscú aterrizó directamente en el aeropuerto de Gyumri, donde se encuentra la base militar rusa 102 en suelo armenio. Ese avion no tiene ventanillas y dispone de escudos y antenas que permiten bloquear los pulsos electromagnéticos. En caso de ataque nuclear, los responsables rusos abordan 4 de esos aparatos, desde los cuales pueden comunicarse con las tripulaciones de los submarinos rusos portadores de misiles balísticos. Detalle sorprendente: ese avión militar ruso, capaz de transportar 42 toneladas de carga, transitó a través del espacio aéreo turco.
Durante la guerra en Siria, Rusia puso a prueba sus técnicas antiterroristas, el armamento de su infantería, las bombas de su fuerza aérea y sus misiles crucero, contra los cuales el enemigo no podía defenderse. Siria fue, por consiguiente, un polígono de pruebas. Sin embargo, las 142 toneladas de carga que llegaron de Rusia representan poco para apertrechar a Armenia con las municiones o el armamento pesado necesarios para detener la ofensiva azerbaiyana. Además, lo cierto es que, hasta ahora, Rusia no ha intervenido en los enfrentamientos del Alto Karabaj y no está interesada en intervenir.
Lo que le interesa a Rusia es someter a prueba el funcionamiento de sus nuevos sistemas de guerra radioelectrónica, en condiciones lo más cercanas posible a la realidad. Por eso creo que los aviones de carga rusos transportaban ese tipo de equipamiento para desplegarlo en Armenia.
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Desde 2017, Rusia ha realizado grandes reestructuraciones, eliminando el equipamiento obsoleto de la base militar 102, en Gyumri, y reemplazándolo con equipamiento de avanzada. Los comunicados del ministerio ruso de Defensa mencionaban el traslado de sólo algún equipamiento electrónico destinado al ciberbatallón de la base 102 en Armenia: el «sistema InFauna», los medios de comunicación Auriga y los complejos Lieer-3. La base 102 también puede haber recibido otros tipos de equipamiento de guerra radioelectrónica.
RB-531B InFauna es un dispositivo de interferencia incorporado en 2014 al equipamiento regular de las fuerzas armadas rusas. Va montado en los vehículos que garantizan la protección de los convoyes militares. Detecta a distancia el campo electromagnético de los artefactos explosivos que pueden ser activados por ondas de radio o teléfonos móviles y los hace estallar. InFauna dispone también de un generador de alta potencia que crea nubes de aerosol para enmascarar los grupos de vehículos protegiéndolos así de la detección optoelectrónica de los sistemas de búsqueda y localización del enemigo y de los misiles de direccionamiento preciso por láser.
Auriga-1.2V es otro dispositivo incorporado a las fuerzas armadas rusas en 2014. Se compone de varias miniestaciones móviles portátiles para la transmisión de video integradas a las redes del sistema centralizado MK VTR-016 del ministerio de Defensa. Cientos de esos dispositivos, desplegados a cientos o incluso a miles de kilómetros unos de otros, transmiten información de forma secreta. Eso es posible gracias al uso de los satélites rusos de comunicación militar. Uno de los componentes básicos de ese sistema es el servidor Huawei, el más eficaz del mundo.
RB-341V Lierer-3 es un sistema de recolección de información a través del reconocimiento aéreo y de recolección de datos a partir de las redes GSM. En caso de necesidad, es capaz de bloquear –interfiriéndola de manera selectiva– la señal de ciertos transmisores solamente, que pueden seleccionarse, por ejemplo, a partir de una red (internet, telefonía móvil, línea de transmisión de datos). Las estaciones que interfieren las señales están montadas en 2 drones Orlan-10 y pueden delimitar la zona de interferencia concentrándose en objetivos seleccionados en un espacio determinado dentro de un radio de 6 kilómetros y garantizando la interferencia sin interrupción durante 24 horas.
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En 2017, el diario ruso Izvestia reveló que el nuevo sistema RB-109A Bylina fue utilizado de manera experimental en los ejercicios militares Vest-2017, que contaron con la participación de los ejércitos de Rusia y Bielorrusia. El sistema de gestión automatizada Bylina está destinado a las brigadas de guerra radioelectrónica de las fuerzas armadas rusas. Cada uno de los 4 mandos interarmas (distritos militares) de las fuerzas armadas de Rusia cuenta con una brigada de guerra radioelectrónica organizada en 4 batallones. Las brigadas motorizadas y las brigadas de tanques también incluyen una compañía de guerra radioelectrónica.
RB-109A Bylina analiza automáticamente, en sólo segundos, todo el conjunto del campo electromagnético en el teatro de operaciones, detecta e identifica los transmisores del enemigo y determina los medios óptimos para contrarrestarlos. Para las unidades de diverso tipo y las subunidades de guerra radioelectrónica, lo más difícil es garantizar el uso eficaz de los sistemas de interferencia sincronizándolos en tiempo y espacio para no afectar sus propios medios de comunicación, de detección de blancos y de gestión del tiro. Gracias a la inteligencia artificial basada en el uso de algoritmos, Bylina es el único sistema del mundo capaz de resolver ese problema a nivel de todo el espacio donde se desarrollan las operaciones militares.
El sistema dispone de una interfaz automática con cada puesto de mando del batallón, de la compañía subordinada y con cada sistema de guerra radioelectrónica individual. Los oficiales de la brigada de guerra electrónica sólo tienen que vigilar la dirección de la operación por el sistema RB-109A Bylina.
Ese sistema ya está en fase de ensayos en las fuerzas armadas rusas. Sin embargo, para obtener un panorama más completo de su eficacia, los especialistas rusos deben verificar su funcionamiento en las condiciones de un conflicto verdadero en el que intervienen aviones de combate de 4ª generación, drones de ataque, los misiles antitanques teledirigidos más eficaces, municiones de alta precisión, etc. Las fuerzas armadas de la Federación Rusa han propuesto que, de aquí al año 2025, todas sus brigadas de guerra radioelectrónica estén equipadas con RB-109A Bylina. Para cubrir con la máxima eficacia un teatro de operaciones tan vasto como la cuarta parte o un tercio de un continente, una de las opciones sería montar el sistema Bylina en un avión del tipo IL-80/86.
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En términos de guerra radioelectrónica, las fuerzas terrestres rusas superan a las de cualquier país occidental. Los especialistas del Pentágono ya lo saben, además de que ya quedó demostrado durante los ejercicios militares radioelectrónicos rusos Electron 2016.
Quienes todavía no creen que los rusos pueden bloquear las frecuencias de control de los drones, sólo tienen que recordar que el 1º de febrero de 2020, el equipamiento desplegado en la base aérea rusa de Hmeymim [en la República Árabe Siria] neutralizó un gran grupo de decenas de drones enviados simultáneamente desde el territorio bajo control de los yihadistas aún atrincherados en la gobernación de Idlib. Los sistemas de guerra radioelectrónica de la base rusa simplemente desactivaron los drones en vuelo.
También vale la pena recordar que otros ataques anteriores realizados con drones contra la base aérea de Hmeymim fueron rechazados por el sistema antiaéreo Pantsir-S. Todos los ejercicios militares rusos realizados en 2020 han incluido acciones dedicadas específicamente a la neutralización de ataques con drones mediante el uso de los nuevos sistemas Borisovlegebsk-2, Rtut-BM, Lorandit, etc.
Borisoglebsk-2 RB-301B entró a formar parte de la dotación de las fuerzas armadas rusas en 2018. Se compone de una estación de recepción y análisis automático de frecuencias. Detecta los canales utilizados en el direccionamiento de los drones enemigos y los canales de direccionamiento del armamento de precisión, etc. Ese sistema dispone también de transmisores y de antenas de interferencia que interrumpen los canales de direccionamiento de los artefactos enemigos (telemetría y control, líneas de transmisión de datos y de video). Al ser utilizado junto con el sistema R-330Zh, Borisovebsk-2 es capaz de detectar, seguir y bloquear el sistema de navegación satelital (GPS) que los drones pequeños y medianos usan como sistema de referencia.
El dispositivo Rtut-BM es una versión modernizada del SM-2 soviético. Es capaz de controlar de manera remota la explosión de la ojiva de proximidad radial de los proyectiles de artillería y de los misiles guiados lanzados desde un vehículo aéreo enemigo. Las ojivas de proximidad están concebidas para estallar a entre 5 y 3 metros del blanco, de manera que su metralla afecte al operador y provoque a la vez daños materiales. Rtut-BM engaña a la ojiva de proximidad y la obliga a pasar del modo de direccionamiento de precisión a un modo de detonación por contacto con el suelo. En ese caso, la explosión de la ojiva se produce a una altura de 300 a 500 metros.
RP-377LA Lorandit es una estación portátil que busca las fuentes de emisiones de frecuencias y de interferencias en la gama que va de 3 MHz a 3 GHz.
[1] «Las operaciones militares en el Alto Karabaj y su posible evolución», por Valentin Vasilescu, Red Voltaire, 22 de octubre de 2020.
[2] «Los drones de los huthis abrieron la caja de Pandora», por Valentin Vasilescu, Red Voltaire, 28 de septiembre de 2019.
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