El congresista Sergio Tejada Galindo debe reivindicarse, yendo de la modesta infracción constitucional -la ya atribuida a García en el Informe de la Megacomisión que él preside ¿cómo favor encubridor?- a una sarta de delitos cometidos por el histriónico, bipolar y soberbio ex mandatario.

¿Qué hacía AGP reuniéndose en Palacio, hasta 5 veces, una vez por 4 horas, con los postores que fueron escogidos a dedo para remodelar 52 colegios emblemáticos por la considerable suma de S/. 1,251´203.350.70 nuevos soles? ¿Qué trataban con ellos Luis Nava Guibert y Mirtha Cunza de Larrauri, Secretario General de Palacio y Secretaria Personal de AGP?

¿Qué trataba en Palacio de Gobierno AGP con el Secretario General del Ministerio de Educación, Asabedo Fernández Carretero, el funcionario factótum del entonces Ministro de Educación, José Antonio Chang Escobedo, convertido en su único delegado por Resolución Ministerial N° 001-2009-ED de 5-1-2009, o sea, en el hombre clave de la remodelación de los colegios emblemáticos, pues podía firmar contratos de la ejecución de las obras y designar a los miembros de los Comités Especiales de Selección de postores e incluso modificar su constitución si alguien se le torcía? ¿Despachaba García con un secretario de ministro, a quien convocaba a su antojo?

¡Ya existen indicios concurrentes de sobra -el Informe los reseña, pero no saca conclusiones- para encarcelar a AGP por delitos! La raquítica infracción constitucional atribuida a García carece de contenido penal; no priva de la libertad, como pena, a nadie.

La pelota con púas incisivas e incandescentes, pues, está en la cancha de la Megacomisión, ya que los elementos indiciarios que no se investigan, pese a conocerlos, demuestran el apenas disimulado ilícito de encubrimiento personal.

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