Permítame felicitarle por asumir la presidencia del Consejo de Seguridad para el mes de abril. Quisiera aprovechar esta oportunidad para expresar a usted el pleno respaldo y cooperación de Etiopía en el ejercicio eficaz de las serias tareas que a usted corresponden.
Escribo a usted en relación con las negociaciones tripartitas relativas a la Gran Represa del Renacimiento Etíope y quisiera en particular referirme a las cartas que han dirigido a usted los Ministros de Exteriores de Egipto y Sudán, fechadas respectivamente el 12 y el 13 de abril de 2021. En ese sentido, me gustaría explicar la posición de Etiopía sobre el tema que nos ocupa para que los miembros del Consejo de Seguridad tengan una visión más clara del proceso de negociación tripartita que se desarrolla en relación con esa represa.
Como usted seguramente recuerda, el Consejo de Seguridad examinó la cuestión de la Gran Represa del Renacimiento Etíope en junio de 2020, en el marco del tema intitulado «Paz y Seguridad en África». En aquella sesión, los miembros del Consejo saludaron la iniciativa que la Unión Africana había adoptado para facilitar la búsqueda de una solución negociada a todas las cuestiones en suspenso en el marco de las negociaciones tripartitas sobre la represa con vista a encontrar «soluciones africanas para los problemas africanos» e indicaron que apoyaban plenamente el proceso emprendido por la Unión. También exhortaron a las partes a continuar las negociaciones de buena fe y a hacer las concesiones necesarias para alcanzar un resultado mutuamente beneficioso.
Como consecuencia de ello, se puso la cuestión en manos de la Unión Africana, lo cual dio un nuevo impulso al proceso de negociación tripartita. El presidente saliente de la Unión, Cyril Ramaphosa; el presidente actual Felix Tshisekedi y nuestra organización continental hicieron todo lo que estaba en sus manos para ayudar las partes a superar sus diferencias sobre ciertas cuestiones jurídicas y técnicas en suspenso. En ese contexto, hubo una serie de reuniones durante los últimos 7 meses, en el marco del proceso emprendido por la Unión Africana, aunque Sudán y Egipto interrumpieron las discusiones en varias ocasiones. Varios observadores contribuyeron también a enriquecer las negociaciones tripartitas y el equipo de expertos que la Unión comisionó para apoyar las discusiones presentó un proyecto de proposición que Etiopía aceptó utilizar como documento de trabajo en el marco de las negociaciones emprendidas.
Desgraciadamente, Egipto y Sudán no han manifestado ninguna voluntad de continuar las negociaciones de buena fe y de hacer las concesiones necesarias para alcanzar un resultado mutuamente beneficioso. Se dedicaron, por el contrario, a hacer naufragar las negociaciones tripartitas y a internacionalizar la cuestión de la Gran Represa del Renacimiento Etíope para ejercer sobre Etiopía un máximo de presión. Sus reiterados intentos de interrumpir las negociaciones son síntoma evidente de una estrategia obstruccionista tendiente a descarrilar el proceso. En estos últimos tiempos también han intensificado sus diatribas, en particular en el contexto del inicio inminente del segundo año de llenado de la represa dada la proximidad de la temporada de lluvias. En este sentido, no sólo han comenzado a hacer sonar tambores de guerra sino que también firmaron un pacto de defensa para hacer llegar a Etiopía «una severa advertencia» sobre la «intransigencia» que [Etiopía] supuestamente ha mostrado en el marco de las negociaciones tripartitas sobre la represa.
De esa manera, Egipto y Sudán han demostrado su falta de fidelidad al espíritu panafricano consistente en encontrar soluciones africanas para los problemas africanos, además de su intención negativa de perturbar la paz y la seguridad regionales si no lograsen mantener el statu quo impuesto por su tratado injusto y exclusivo de 1959. Evidentemente, esas gesticulaciones y diatribas no contribuyen a que se instaure la confianza mutua necesaria para la preservación de una paz y de una cooperación regional duraderas. Es por ello que Etiopía juzgo necesario notificar a la ONU esta evolución lamentable de la situación en una carta dirigida al Secretario General el 11 de marzo de 2021.
La presidencia sudafricana merece felicitaciones por los incansables esfuerzos que ha desplegado para hacer avanzar el proceso de negociación a pesar de la obstrucción indebida a la que se dedican esos dos países. Conviene mencionar al respecto los dos comunicados que el buró de la Conferencia de la Unión Africana adoptó para ayudar los tres países a alcanzar una solución favorable para todas las partes. Sudáfrica transfirió el expediente a la República Democrática del Congo, que garantiza la presidencia rotatoria de la Unión Africana desde febrero de 2021. Etiopía aprecia el papel de observador que Sudáfrica sigue desempeñando junto a los Estados Unidos de América y la Unión Europea.
En cuanto al enfoque llamado «del cuarteto», quiero precisar a los miembros del Consejo de Seguridad que Etiopía no ha recibido ninguna comunicación oficial sobre el asunto, aunque Egipto y Sudán se han expresado sobre esa cuestión en los medios y han movilizado otras partes en apoyo a su proposición. Se trata de una situación tan extraña como desagradable ya que Etiopía es la propietaria de la represa y la principal participante en las negociaciones relativas a esa construcción. Sea cual sea la proposición elaborada por Egipto y Sudán, esos países deberían haberla presentado a la instancia apropiada, en este caso la Unión Africana, en el marco del proceso de negociación tripartita, para que fuese examinada por los tres países. El proceso de negociación se rige por reglas y procedimientos y ninguna de las partes debe imponer sus puntos de vista y opiniones a los demás.
Es importante recordar que el proceso de negociación tripartita se basa en la declaración de principios que los dirigentes de los tres países firmaron en 2015. Ese instrumento enuncia claramente las medidas que deben tomarse cuando los países no logran dirimir sus diferencias en cuanto a la interpretación o la aplicación de la declaración en el marco de las consultas y negociaciones. Según los términos del principio 10, los tres países pueden formular un pedido conjunto de conciliación o de mediación o someter la cuestión al examen de los jefes de Estado o de gobierno.
El paso que han dado Egipto y Sudán para promover el enfoque llamado «del cuarteto» no era conforme ni con el espíritu ni con la letra de la declaración de principios. Apuntaba en realidad a socavar las negociaciones tripartitas de la Unión Africana y a politizar conversaciones que claramente eran sobre puntos técnicos. Etiopía estima que esta actitud es absolutamente inaceptable. Al firmar la declaración de principios, los dirigentes de los tres países manifestaron su buena fe, su apego a las negociaciones tripartitas sobre la Gran Represa del Renacimiento Etíope y su voluntad de alcanzar una solución que beneficie a todas las partes. Al hacer presión para promover sus propios objetivos, Egipto y Sudán renegaron por lo tanto del compromiso que habían contraído en la declaración. Permítame usted subrayar en este sentido que Etiopía sigue plenamente apegada a la declaración de principios como base del proceso de negociación tripartita. Toda medida adoptada fuera de ese marco serviría sólo para socavar el proceso de negociación trilateral y anular los progresos realizados hasta ahora, lo cual sería evidentemente contrario a los intereses de los tres países.
Es en ese contexto que la Unión Africana, bajo la presidencia de la República Democrática del Congo, después de haber realizado las consultas necesarias con Sudáfrica, que había ejercido antes la presidencia de la Unión, y con las tres partes, convocó una reunión en Kinshasa, del 4 al 6 de abril de 2021, para facilitar el regreso a las negociaciones tripartitas. Sin embargo, Egipto y Sudán fueron a esa reunión con un objetivo evidente: oficializar el fracaso del proceso emprendido por la Unión Africana y abrir el camino al examen de la cuestión de la Gran Represa del Renacimiento Etíope por el Consejo de Seguridad. Esa es la razón por la cual los dos países hicieron todo lo posible para que la reunión de Kinshasa se estancara inútilmente en cuestiones de procedimiento antes de atribuir a Etiopía la responsabilidad del fracaso. Esta aprobó el proyecto de comunicado presentado por la República Democrática del Congo, que apuntaba fundamentalmente a anunciar la reanudación de las negociaciones trilaterales bajo la égida de la Unión Africana, la adhesión de los tres países al fortalecimiento del papel de los observadores y la conclusión de un acuerdo sobre el uso por parte de la presidencia de la Unión de los recursos a su disposición para ejercer sus funciones facilitadoras. Pero Egipto y Sudán rechazaron esas proposiciones sólo para hacer fracasar el proceso emprendido por la Unión Africana, tratando de imponer su voluntad a Etiopía.
Por su parte, Etiopía participó en la reunión con un espíritu de apertura y la intención de comprometerse de buena fe en negociaciones de fondo que permitiesen avanzar sobre las cuestiones en suspenso. Los esfuerzos que [Etiopía] ha realizado para tener en cuenta las preocupaciones de Egipto y Sudán han ido mucho más allá de las obligaciones que el derecho internacional le impone. Etiopía sólo se opone a una cosa: a que se mantenga el statu quo fruto de un tratado de la época colonial que [Etiopía] no ha firmado y que siempre ha rechazado. Egipto y Sudán hacen presión para mantener ese statu quo injusto mediante un acuerdo global de vinculante [de obligatorio cumplimiento] que impediría a Etiopía utilizar el agua que llega a la Gran Represa del Renacimiento Etíope. Etiopía no puede aceptar condiciones tan injustas, que buscan obtener su adhesión a un tratado de la época colonial y mantener el monopolio de Egipto y Sudán sobre las aguas del Nilo.
Por consiguiente, si las negociaciones están estancadas, es indiscutiblemente por culpa de Egipto y Sudán, que se han esforzado por socavar el proceso tripartita emprendido por la Unión Africana. El deseo de esos países es ver fracasar las negociaciones, pero esa decisión no les pertenece. Es prerrogativa de la Unión Africana, en su calidad de facilitadora del proceso de negociación tripartita en marcha. En ese sentido, quisiera aprovechar esta ocasión para expresar al presidente Tshisekedi la profunda gratitud de Etiopía por la competencia con la que ha dirigido esos trabajos. Etiopía desea igualmente reafirmar su apego inquebrantable al proceso emprendido por la Unión Africana, que [Etiopía] considera como la única opción viable para lograr que los tres países alcancen una solución satisfactoria para todos.
En cuanto al segundo año de llenado de la Gran Represa del Renacimiento Etíope, quiero informar a los miembros del Consejo de Seguridad que esta operación se realizará conforme al calendario previsto en la declaración de principios. El llenado de la represa es, en efecto, parte integrante del proceso de construcción y el calendario para esa operación –julio y agosto, y también septiembre si las condiciones hidrológicas lo permiten– ya fue aprobado por los tres países en el marco del Grupo Nacional Independiente de Investigación Científica. En ese contexto, Etiopía invitó oficialmente a Egipto y Sudán a designar operadores con vista a proceder a intercambios de datos antes del inicio del llenado, previsto para la próxima temporada de lluvias. Ese gesto demuestra el deseo de Etiopía de reflexionar de forma conjunta sobre dispositivos de comunicación prácticos y útiles para instaurar la confianza necesaria entre los tres países.
Es lamentable que Egipto y Sudán hayan rechazado ese gesto de buena voluntad y que sigan exigiendo, injustificadamente, que la segunda etapa del llenado no se haga sin un «acuerdo global» que impediría a Etiopía utilizar el agua que llega a la represa. Es importante subrayar que ese argumento carece de base jurídica y que contradice además el derecho natural de Etiopía a utilizar sus recursos naturales según el principio de un uso equitativo y razonable y con la obligación de no causar daños significativos. Si los dos países se oponen a que el proceso de llenado se realice sin acuerdo, la mejor manera de proceder es aceptar la propuesta de compromiso formulada por Etiopía sobre la fase de llenado y la explotación de la represa y continuar las negociaciones para alcanzar un acuerdo global. El proceso de negociación tripartita en marcha bajo la égida de la Unión Africana constituye la única plataforma viable para lograr ese acuerdo. Todo intento de ejercer presiones sobre Etiopía por medios diplomáticos u otros sólo logrará poner aún más en entredicho la confianza entre los tres países, la cual es absolutamente crucial para que avance el proceso de negociación tripartita.
Por consiguiente, Etiopía ruega a los miembros del Consejo de Seguridad que exhorten a Egipto y Sudán a retomar las negociaciones tripartitas y a respetar el proceso que la Unión Africana está llevando a cabo, iniciativa regional importante que goza del pleno apoyo del Consejo, de conformidad con el principio de complementaridad y con el deseo de hallar soluciones africanas a los problemas africanos.
Permítaseme finalmente incluir en la presente una nota que describe los progresos logrados y las dificultades que han aparecido en el marco del proceso de negociación tripartita emprendido por la Unión Africana, nota que precisa la posición de Etiopía sobre las cuestiones jurídicas y técnicas en suspenso. Agradeceré a usted que tenga a bien comunicar el texto de la presente carta y de la nota que la acompaña a los miembros del Consejo de Seguridad.
Anexo: NOTA EXPLICATIVA
A. Gran Represa del Renacimiento Etíope
La Gran Represa del Renacimiento Etíope es una presa hidroeléctrica en construcción en un lugar que presenta pérdidas por evaporación 3 veces inferiores a las de la Presa Alta de Asuán [1]. Su embalse es 2 veces más pequeño que el de Asuán. Permite el ahorro de agua e incrementar la hidraulicidad en la cuenca del Nilo. Gracias a esta represa, Sudán podrá desarrollar su irrigación e incrementar su producción de electricidad en 2 700 megawatts anuales.
El embalse se llenará por etapas a lo largo de un periodo de 4 a 7 años, en función de las condiciones hidrológicas. En cada etapa de llenado, a partir del segundo año, Etiopía aplicará una medida unilateral de gestión de sequía. La primera etapa del segundo año de llenado comenzará durante la temporada de lluvias de 2021, conforme al calendario de llenado adoptado por el Grupo Nacional Independiente de Investigación Científica, que se compone de 15 científicos originarios de Etiopía, Egipto y Sudán. El llenado por etapas constituye también uno de los elementos comunes en las reglas y directivas sobre la represa que elaboraron esos países.
Como se indica en la declaración de principios firmada por los dirigentes de los tres países en 2015, y de conformidad con la concepción de la Gran Represa, el proceso de construcción no se puede separar del proceso de llenado del embalse. Al comenzar este, con la próxima temporada de lluvias de 2021, la presa retendrá 13 500 millones de metros cúbicos de agua, lo cual representa sólo un 17,5% del flujo medio de 77 000 millones de metros cúbicos que Etiopía aporta al Nilo. El volumen de embalse inactivo se llenará al final del segundo año del proceso, lo cual permitirá utilizar todas las turbinas e iniciar la tan esperada generación de electricidad.
Las frecuentes reclamaciones y afirmaciones sin fundamento que emanan de Egipto y Sudán sobre la seguridad de la represa resultan desalentadoras ya que el ministro sudanés de Irrigación y Recursos Hídricos había declarado públicamente, el 8 de junio de 2020, que «la Gran Represa es más segura que las represas de Sudán y Egipto». En el marco de su participación en los trabajos del Grupo Internacional de Expertos, los dos países confirmaron además que la concepción y la construcción de la presa eran conformes a las normas internacionales. En el principio 8 de la declaración de principios, dijeron que apreciaban las medidas tomadas por Etiopía para garantizar la seguridad de la presa. En el marco de las negociaciones en marcha se llegó a un acuerdo sobre una disposición relativa al establecimiento de una cooperación entre Etiopía y Sudán tendiente a garantizar la seguridad de la presa. Por consiguiente, las preocupaciones expresadas por Egipto y Sudán sobre la seguridad de la presa se basan en alegaciones sin fundamento. No hay dudas de que Etiopía concede gran importancia a la calidad y la durabilidad de esa obra.
Sudán se queja constantemente sobre la primera fase del llenado de la presa y emite al respecto declaraciones infundadas, a pesar de que Etiopía ya proporcionó explicaciones satisfactorias. Las alegaciones sobre la escasez de agua supuestamente registrada en julio y agosto de 2020 no pueden estar más alejadas de la realidad. Etiopía retuvo 4 900 millones de metros cúbicos de agua, o sea menos de un 7% del flujo del Nilo Azul en 2020. [Etiopía] comunicó información al respecto a Egipto y Sudán y solicitó a ambos países que le hiciesen saber cualquier preocupación que pudieran tener, sin que estos se manifestasen en ese sentido. Durante el periodo de llenado, la presa liberó diariamente 90 millones de metros cúbicos de agua. En ese mismo momento, el Nilo Blanco alcanzó su flujo más elevado desde los años 1960, lo cual permitió a Sudán disponer de una cantidad excesiva de agua. Aún más importante, durante el mismo periodo cientos de personas murieron en inundaciones que además provocaron la pérdida de grandes extensiones de cultivos. Ante la demostración de esos hechos, Etiopía propuso, en la reunión de Kampala, la creación de una misión investigadora conjunta sobre las alegaciones de escasez de agua presentadas por Sudán, como vía para responder a las inquietudes de ese país, proposición que [Sudán] rechazó. Por consiguiente, Etiopía estima que la alegación presentada por Sudán en relación con el llenado de la presa el año pasado no resiste el análisis.
B. Plataforma de negociación de la Unión Africana
La cuestión de la Gran Represa del Renacimiento Etíope fue presentada a la Unión Africana desde junio de 2020. Su presidencia nombró una comisión de expertos encargada de apoyar el proceso de negociación, comisión que formuló una propuesta que Etiopía aceptó utilizar como documento de trabajo en el marco de las negociaciones. Por su parte, Egipto y Sudán interrumpieron las negociaciones en 9 ocasiones desde julio de 2020 (ver el cuadro que aparece abajo). Esos actos de obstrucción y las justificaciones poco creíbles que presentan los dos países son muestras de que existe un evidente deseo de hacer fracasar el proceso emprendido por la Unión Africana.
Bajo la presidencia de Sudáfrica, la Unión Africana no ha escatimado esfuerzos para alcanzar un resultado mutuamente beneficioso. El Presidente de la República Democrática del Congo, que ocupa actualmente la presidencia de la Unión, convocó a una reunión del 4 al 6 de abril de 2021. Desgraciadamente, Egipto y Sudán han tratado de imponer medidas que habrían privado a los tres países y a la Unión Africana de todo control sobre el proceso. En una iniciativa sin precedentes, exigieron que el Gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea asumiesen un papel comparable al de las partes mismas. También propusieron que los «observadores» desempeñen el papel anteriormente asumido por la presidencia de la Unión Africana. Se esforzaron además por romper la unidad y el vínculo institucional inherente entre la Comisión de la Unión Africana y la presidencia de la Unión e impidieron que la República de Sudáfrica ejerciera su papel de observador.
Etiopía ha adoptado una posición tendiente a contrarrestar la actitud poco constructiva de Egipto y Sudán y a abrir el camino a nuevos proyectos. Sudáfrica volvió así a sus funciones como observadora, el papel de los observadores consiste ahora en proponer soluciones a pedido conjunto de los países, y la presidencia de la Unión Africana ha sido autorizada a recurrir a la Comisión de la Unión y a utilizar los demás recursos a su disposición en apoyo de su papel de facilitación. Etiopía volvió a proponer terminar la elaboración de las reglas relativas al llenado y adoptarlas, llegando a un consenso entre los tres países. Propuso además que se cree un mecanismo de intercambio de datos. Desgraciadamente, ninguna de esas concesiones y ninguno de esos esfuerzos de buena fe llegaron a satisfacer las exigencias de Egipto y Sudán, que estaban decididos a hacer fracasar la reunión de Kinshasa y el proceso emprendido por la Unión Africana.
A juzgar por las declaraciones de Egipto y Sudán y por las estrategias de esos dos países, pareciera que estos no desean alcanzar un acuerdo sobre la presa. El Gobierno egipcio sigue asegurando al pueblo egipcio que su voluntad es preservar el «derecho histórico» de Egipto. También amenaza con adoptar las medidas que sean necesarias contra los países que toquen una sola gota del agua del Nilo. Etiopía no tiene la intención ni la voluntad de conceder el menor crédito a los «derechos históricos» o a la «utilización actual» que reclama Egipto. Por su parte, Sudán ha utilizado tácticas tendientes a perturbar el proceso de negociación, partiendo del principio que todo acuerdo pondría probablemente en tela de juicio su libre uso de las aguas del Nilo. El diferendo sobre la represa, generalmente presentado como un litigio entre Etiopía y los dos países situados aguas abajo, ilustra en realidad una división potencial entre Egipto y Sudán.
En ese sentido, la represa es sólo el pretexto que los dos países situados aguas abajo invocan para mantener su mutua desconfianza y sus querellas latentes. Etiopía estima que la rivalidad que se desarrolla entre bastidores entre los dos países también tiene solución: un orden basado en reglas sobre la cuestión del Nilo. Egipto y Sudán rechazan esa opción, a pesar de ser esta viable, y tratan por el contrario de obligar Etiopía a sacrificar su propio derecho a utilizar las aguas del Nilo.
C. Evolución de las negociaciones
Las negociaciones sobre las directivas y reglas relativas a la primera fase de llenado y a la explotación anual de la presa se desarrollan desde finales de mayo de 2018. En septiembre del mismo año, el Grupo de Investigación Científica, que se compone de 5 representantes de cada uno de los tres países, terminó su informe, que Egipto se negó a validar. Hasta agosto de 2019, toda comunicación con Egipto resultó imposible, a pesar de los llamados reiterados de Etiopía solicitando la reanudación de las conversaciones.
Desde las primeras horas del proceso trilateral, iniciado por iniciativa de Etiopía, hasta el punto actual de las negociaciones, el país negoció de buena fe con Egipto y Sudán. Todos los progresos alcanzados en el marco de las negociaciones pueden atribuirse a las iniciativas de Etiopía. Desde agosto de 2019, esta ha hecho todo lo posible por responder a las exigencias de Egipto, principalmente sobre la participación de terceros como observadores.
En el marco de las conversaciones de fondo, Etiopía no ha escatimado esfuerzos por adaptarse a las posiciones cambiantes de Egipto y Sudán y satisfacer sus crecientes exigencias. Principalmente ha aceptado un proceso de llenado por etapas que podría llevar hasta 7 años, aunque la presa podría llenarse en 3 años. Aunque la declaración de principios prevé la designación de una persona de referencia encargada de coordinar los esfuerzos de cooperación, Etiopía propuso el establecimiento de un comité técnico y ministerial que actuaría como mecanismo de coordinación. Ha transmitido a Sudán y Egipto datos sobre la evacuación de agua en previsión de los trabajos con vista al segundo año de llenado y está dispuesta a comunicar informaciones sobre el proceso de llenado. Hay que señalar que Egipto se negó a hacer lo mismo, seguramente debido al derroche de agua vinculado a sus propios programas y las entregas de agua fuera de embalse que ese país realiza ilegalmente. Etiopía ha aceptado la aplicación de medidas de enfrentamiento de la sequía durante el llenado y la explotación de la presa. Los esfuerzos que Etiopía ha aceptado para tener en cuenta las preocupaciones de Egipto y Sudán han ido mucho más allá de las obligaciones que le impone el derecho internacional. Los únicos puntos en los que Etiopía se opuso a los reclamos de Egipto y Sudán tienen que ver con el mantenimiento del statu quo sobre el uso unilateral del agua en sus territorios respectivos, la cuota de agua que exigían los dos países, que les permite repartirse entre ellos el flujo total de las aguas del Nilo, así como la pérdida debida a la evaporación ya que esas posiciones no tienen en cuenta a Etiopía ni a los otros países situados aguas arriba. Etiopía no puede aceptar las presiones que apuntan a obligarla a plegarse a un tratado de la época colonial, tratado que no firmó y al cual siempre se opuso. El acuerdo que buscan Sudán y Egipto, si están realmente decididos a llegar a un acuerdo, es un texto jurídico que potencialmente prohibiría a Etiopía utilizar el agua que fluye hacia la presa. Aunque ha dado pruebas de toda la flexibilidad posible y ha aceptado hacer numerosas concesiones sobre la cuestión de la presa, Etiopía no aceptará condiciones tan injustas, que buscan empujarla a firmar un tratado de la época colonial cuyo objetivo es preservar la hegemonía hidráulica de Egipto y Sudán.
Las negociaciones sobre la presa no han tenido éxito debido a las medidas adoptadas por Egipto y Sudán para preservar un «derecho histórico» a toda luz ilegal e injusto o una «porción hídrica» heredada de la época colonial. Como se indica más arriba, Egipto ha reafirmado su voluntad de hacer que nadie obtenga «ni una gota de agua de su porción hídrica». Por otra parte, Sudán no deja de sabotear las negociaciones y de bloquear todo avance en ese sentido, lo cual hace pensar que no desea un diálogo claro y basado en reglas sobre el asunto. Es esencial observar que según los términos del párrafo 1 del artículo 5 del acuerdo de 1959, Egipto y Sudán firmaron un pacto para adoptar una posición común en negociaciones con los demás países con orillas al Nilo. Ese es el principal obstáculo en las conversaciones trilaterales.
D. Enfoque adoptado por Egipto y Sudán
La cuestión del Nilo implica a 11 países. Los recursos del río se comparten entre una población de más de 500 millones de habitantes. Egipto y Sudán afirman haber sido los primeros en utilizar el río y en haber construido en él infraestructuras. Sin embargo, los demás países ribereños, de donde proviene toda el agua, no tienen absolutamente ninguna obligación para con el monopolio autoproclamado e impuesto por los dos países que se hallan aguas abajo sobre los recursos acuíferos.
Egipto y Sudán son los países que firmaron un tratado tendiente a garantizarles el «control total» y el monopolio del uso de las aguas del Nilo. Hoy pretenden que la comunidad internacional apruebe esa posición injusta en detrimento de otros 9 países, en particular de Etiopía, donde se origina el 86% de las aguas del Nilo.
La llave que permitiría desbloquear la cuestión del Nilo se halla en manos de Egipto y Sudán. La solución consiste en establecer un marco convencional y un mecanismo regional que integre los principios de uso equitativo y razonable y la obligación de no causar daños significativos. Con ese fin, Egipto y Sudán tendrán que poner remedio a los daños significativos que ya han causado a Etiopía con su uso unilateral del agua y con el monopolio que ejercen sobre ese recurso. Egipto y Sudán amenazan con perturbar la paz y la seguridad internacionales aunque no existe ningún tangible para la paz y la segurida. La hipérbole y los insultos no tienen ninguna justificación.
E. La Gran Represa del Renacimiento Etíope no amenaza la seguridad nacional o regional
La cuestión que Egipto y Sudán han sometido al examen del Consejo de Seguridad se relaciona con un proyecto de presa hidroeléctrica que no se ha completado, que no consume agua y que está en construcción en territorio de un Estado Miembro donde se origina el 86% de las aguas del Nilo.
La cuestión de la presa es objeto de negociaciones entre los tres países. El tema ha sido puesto en manos de la Unión Africana y la presidencia actual reactivó las conversaciones en Kinshasa a principios de abril de 2021. Etiopía ha reafirmado constantemente su apego inquebrantable a las negociaciones tripartitas y su voluntad de llegar a una solución que beneficie a todas las partes.
Etiopía, ferviente defensora del multilateralismo, está a la vanguardia de la acción emprendida para promover la paz y la seguridad internacionales. Su posición de principios en ese sentido ha resistido el paso del tiempo. El uso que Etiopía hace de las aguas del Nilo es plenamente conforme a los principios de utilización razonable y equitativa y a la obligación de no causar daños significativos. Además, el país ha creado una plataforma de negociación y ha hecho todo lo posible por facilitar la cooperación.
La insistencia de Egipto y Sudán en lograr que el Consejo de Seguridad obligue a Etiopía a interrumpir el llenado de la presa es muestra de una interpretación errónea del papel y los mandatos del Consejo. El principio 10 de la declaración de principios prevé que cualquier país puede invocar la cláusula de solución de diferendos y formular un pedido de mediación o de conciliación o someter la cuestión a examen por parte de los jefes de Estado y de gobierno. Sudán y Egipto están en su derecho de hacerlo. Pero estos dos países, recurriendo a los métodos dudosos que acostumbran utilizar, han orquestado una campaña política y mediática tendiente a que se forme un «cuarteto» sin informar de ello a Etiopía ni consultarla previamente. Hasta el día de hoy, Etiopía no ha recibido ningún pedido oficial proveniente de Egipto o de Sudán sobre la formación del mencionado cuarteto. Durante las conversaciones de Kinshasa, ambos países renunciaron a la idea del cuarteto y de la mediación sin más consideraciones.
Etiopía ha hecho esfuerzos importantes para lograr que las negociaciones trilaterales fructifiquen. No desea que el hecho de recurrir a un mecanismo de solución de diferendos anule los progresos ya alcanzados. Sin embargo, si los dos países ribereños situados aguas abajo deciden optar por esa vía, Etiopía también hará valer sus argumentos y sus reclamos en aras de alcanzar el resultado deseado.
El envío de la cuestión de la presa al Consejo de Seguridad es absurdo por la evidente razón de que no tiene que ver con los mandatos del Consejo. Eso demuestra además, de parte de Egipto y Sudán, una ausencia de fidelidad al espíritu panafricano que consiste en hallar soluciones africanas a los problemas africanos. Su intento de convencer al Consejo de Seguridad de que la presa constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacionales es un ejercicio insustancial. La presa es y debe ser fuente de cooperación más que de conflicto. Con la voluntad y el compromiso políticos necesarios, su enorme potencial podría aprovecharse para abrir nuevas posibilidades de cooperación y de integración regional.
Como han declarado repetidamente los Estados miembros del Consejo durante los debates sobre «el agua y la paz y la seguridad internacionales», la cooperación es la solución para el problema mundial del agua. Esa afirmación adquiere toda su vigencia en lo tocante a la cuenca del Nilo, y la solución reside en el establecimiento de un mecanismo regional y de un marco normativo sólidos y confiables. El Consejo no puede ni debe intervenir en una cuestión de naturaleza técnica, que debería ser resuelta por los países interesados. Tampoco puede imponer a un Estado Miembro un mecanismo de negociación que implique a terceras partes. A Etiopía compete escoger, de manera totalmente soberana, las plataformas de negociación que desea utilizar o las terceras partes que desea ver participar en ese proceso así como el mandato que debería confiárseles.
F. Segundo año del llenado de la Gran Represa del Renacimiento Etíope
Mientras Etiopía prepara el segundo año del proceso de llenado, siguen en negociaciones el llenado del embalse y las reglas de explotación para cada año. Durante la temporada de lluvias de 2021, Etiopía retendrá 13 500 millones de metros cúbicos de agua del Nilo Azul, o sea un 17,5% del flujo anual del río. El calendario de llenado –julio y agosto y también septiembre si las condiciones hidrológicas lo permiten– fue adoptado por los tres países. Además, como indica claramente el principio 5 de la declaración de principios, el llenado de la presa es parte del proceso de construcción.
El 8 de abril de 2021, Etiopía tomó la iniciativa de comunicar a Egipto y Sudán datos e informaciones sobre los trabajos preparatorios y el llenado efectivo durante el segundo año. Se tomó esa medida a pesar de la opacidad que ambos países han mostrado sobre sus propias infraestructuras. Resulta efectivamente deplorable que Egipto y Sudán hayan rechazado participar en el mecanismo de intercambio de datos que Etiopía proponía establecer como muestra de buena voluntad y con la perspectiva de fortalecer la confianza.
La oposición de Egipto y de Sudán al llenado previsto por segundo año no responde a causas técnicas o jurídicas. Es un intento trivial de mantener sobre el Nilo una hegemonía autoproclamada. Etiopía tiene una sola respuesta a eso: [Etiopía] tiene derecho a proceder al llenado de la presa y continuará mejorando sus recursos hidrológicos así como la ejecución de cualquier otro proyecto del mismo tipo dentro del respeto de los principios de utilización equitativa y razonable y la obligación de no causar daños significativos. Egipto y Sudán se oponen a la utilización de las aguas del Nilo por parte de Etiopía, invocando una supuesta violación de la parte que ellos mismos se han atribuido y a un derecho de uso de las aguas del Nilo impuesto de manera unilateral. Todos los proyectos de mejoramiento de los recursos en agua que han realizado Egipto y Sudán, principalmente la Alta Represa de Asuán (con dimensiones que son el doble de las de la Gran Represa del Renacimiento Etíope), se llevaron a cabo de manera totalmente unilateral y sin consideración alguna hacia los pedidos de consulta que Etiopía presentaba. La represa etíope, por el contrario, es objeto de discusiones y es estudiada minuciosamente por esos dos países y por expertos internacionales. El llenado de la represa y las reglas de explotación son examinadas detalladamente. Etiopía mantiene la frente en alto porque ha hecho todo lo que estaba a su alcance por reorientar las estrategias unilaterales e injustas que han caracterizado siempre el uso de las aguas del Nilo por parte de Egipto y Sudán.
Finalmente, Etiopía quiere reafirmar su voluntad inquebrantable de terminar la construcción de la represa y de acelerar sus continuados esfuerzos por garantizar medios de subsistencia dignos a su población. Sería interés de Egipto y Sudán renunciar a los discursos belicosos y negociar de buena fe en el marco del proceso trilateral emprendido por la Unión Africana, única opción viable para alcanzar un resultado mutuamente beneficioso.
Perturbaciones del proceso de negociación emprendido por la Unión Africana
Fecha | Estado responsable | Justificación |
---|---|---|
13 de junio de 2020 | Sudán | En medio de las negociaciones, el ministro sudanés de Irrigación y Recursos Hídricos perturbó el proceso invocando la necesidad de hacer un informe al primer ministro sudanés.
Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 27 de junio de 2020, después de la primera reunión extraordinaria realizada por el Buró de la Conferencia de Jefes de Estado y de gobierno, el 26 de junio de 2020. |
27 de julio de 2020 | Sudán | Sudán pidió la suspensión de las negociaciones por una semana, afirmando que tenía que proceder a consultas internas.
Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 4 de agosto de 2020. |
4 de agosto de 2020 | Sudán | Sudán, respaldado después por Egipto, pidió que las negociaciones se pospusieran por tiempo indeterminado.
Las negociaciones se suspendieron hasta el 26 de agosto de 2020. |
14 de septiembre de 2020 | Sudán | En medio de trabajos positivos tendientes a redactar un texto único, Sudán pidió la suspensión de los trabajos. Se decidió que ese país convocaría una nueva reunión el 14 de septiembre de 2020, pero no lo hizo y nunca explicó por qué.
Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 3 de noviembre de 2020. |
3 de noviembre de 2020 | Egipto y Sudán | Al término de una reunión conjunta realizada el 27 de octubre de 2020, los ministros de Exteriores y los ministros del Agua de los tres países habían decidido continuar las negociaciones durante una semana y terminar el examen de las cuestiones de procedimiento. Sudán insistió en cambiar las modalidades ya previstas. Etiopía propuso nuevas reglas, pero Egipto rechazó el cambio de modalidades y la reunión fue suspendida.
Las negociaciones fueron suspendidas hasta el 19 de noviembre de 2020. |
21 de noviembre de 2020 | Sudán | Conforme al consenso que habían alcanzado, el 19 de noviembre de 2020, los ministros de Exteriores y los ministros del Agua, Etiopía solicitó la realización de una reunión trilateral. Sudán no asistió a esa reunión, a pesar de que Egipto, los observadores y el equipo de la Unión Africana estaban presentes. Las negociaciones se vieron interrumpidas hasta el 3 de enero de 2021.
Las negociaciones no pudieron reanudarse hasta el 4 de enero de 2021. |
4 de enero de 2021 | Sudán | Los ministros de Exteriores y los ministros del Agua habían decidido, el 3 de enero de 2021, realizar una reunión para pasar revista a la evolución de las negociaciones. La delegación de Sudán no se presentó a esa reunión afirmando que tenía que realizar una reunión bilateral con los observadores y los expertos de la Unión Africana.
Las negociaciones se suspendieron hasta el 10 de enero de 2021. |
10 de enero de 2021 | Sudán | Los ministros de Exteriores y los ministros del Agua aceptaron la fórmula que había solicitado Sudán, que quería reunirse con los expertos designados por la Unión Africana. El 10 de enero de 2021, Sudán rechazó su propia proposición y no participó en la reunión prevista.
Las negociaciones se suspendieron hasta el 4 de abril de 2021. |
4 de abril de 2021 | Egipto y Sudán | Egipto y Sudán exigieron la aplicación de un formato que contravenía la declaración de principios al permitir que los observadores desempeñaran el papel normalmente asumido por los tres países y ponía en peligro el proceso iniciado por la Unión Africana convirtiendo a esta última en simple espectadora de las medidas tomadas por los observadores. Egipto y Sudán rechazaron la propuesta formulada por la República Democrática del Congo, tendiente a retomar las negociaciones el 20 y 21 de abril de 2021. |
Fuente: ONU S/2021/376
[1] Se refiere a la Represa de Asuán construida entre 1960 y 1970 para embalsar las aguas del Nilo en Egipto. Nota de la Red Voltaire.
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