¡No hay ningún apuro para concluir un TLC con Estados Unidos! Además, hay que recordar a los olvidadizos casuales que el pueblo vía referéndum tiene que aprobar un acuerdo de esta naturaleza. Quienes juegan a las prisas están escondiendo algo o ya vendieron su alma al diablo. O a los grandes comerciantes, que los hay, en todas partes.

Que el señor García Pérez se haya mostrado complaciente con el ministro Ferrero revela entre otras cosas, que no está enterado gran cosa de qué se trata o de que quiere dar muestras de buen comportamiento al gobierno de Estados Unidos. Pero ¿para qué? No hablemos de antimperialismo, tema absolutamente olvidado en el Apra, sino que hay otra dificultad interesante. El Partido Demócrata y por boca de su candidato presidencial, Kerry, ya ha hecho saber que una administración suya, revisaría todos los TLCs porque sólo favorecen a Estados Unidos.

En Atlanta, hace muy pocos días, los gobiernos de Ecuador, Perú y Colombia, comprobaron, como sabían desde el principio, que quien pone las reglas es Estados Unidos. No tienen ni la más remota voluntad de modificar su sistema de subsidios a la agricultura. Además, ¡colmo de colmos!, no dejaron de hacer notar que los que han estado mendigando el TLC son los países andinos. Por tanto, hacen lo que quieren con nuestros “equipos negociadores” que ni siquiera saben cómo abordar el tema de la desprotección de nuestros recursos genéticos porque las fauces de la industria pirata quiere robarse, bajo el nombre de patentes, el ingenio del mundo tradicional.

Ayer mismo, ecologistas, autoridades e indígenas de Ecuador expresaron su preocupación del capítulo sobre patentes de plantas y animales planteada por Estados Unidos como condición para los TLC. El coordinador ecuatoriano de la Dirección de Biodiversidad, Wilson Rojas, aseguró que existe el peligro de que se patenten plantas usadas por indígenas andinos como conocimiento ancestral para curaciones.

Frente a esto: ¿qué dicen los “negociadores”? Nos cantan maravillas y el cuento es que habrá muchos puestos más de trabajo. Pero la experiencia mexicana dice todo lo contrario porque el gobierno de Fox ha tenido que imponer un impuesto a las bebidas gaseosas que se fabrican con la fructuosa importada de Estados Unidos. Porque, de lo contrario, colapsa la industria azucarera y ¡todo el mundo a la calle! Además, luego de 10 años, el nivel de vida de los aztecas se ha degradado a niveles increíbles.

Si México, tan lejos de Dios pero tan cerca de Estados Unidos, tiene una experiencia más bien delicada y hasta deprimente, ¿cuál es el trasfondo de la desesperación que lucen los “negociadores” del TLC? ¿Cuál es el gato encerrado? Con el TLC no se incrementó la oferta laboral en México sino en algunos sectores porque cada año hay cientos o miles de jóvenes sin esperanza de trabajo y para ellos no es difícil emigrar hacia el norte.

Hoy Perú importa algodón y con el APTDEA los beneficiados son los agricultores estadounidenses. Cifras: 93.8% es el incremento de nuestras importaciones agropecuarias desde Estados Unidos. ¿Es eso lo que quieren hacer con el TLC? ¡Qué disparate!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!