A pesar de una costosa campaña publicitaria que sólo ha permitido reclutar cerca de 600 nuevos soldados británicos, más de 6,000 soldados de infantería abandonaron las filas del Ejército Territorial de Su Majestad el año pasado, probablemente debido al despliegue en Irak, cuya fecha límite se niegan a fijar las autoridades. Según un reciente informe oficial, las fuerzas terrestres británicas cuentan actualmente con un total de 35,000 soldados –la cifra más baja desde su creación, en 1907– de los cuales sólo 12,000 se encuentran en un nivel operacional adecuado para poder intervenir como refuerzo en el Cercano Oriente.

Para atenuar este grave déficit, se prevé el pago de una «prima de reclutamiento» de 500 libras esterlinas (735 euros) por cada soldado «apadrinado» durante el período de Navidades. Lo que indica que el ejército británico se ve obligado a transformar a todos sus soldados en buscadores de reclutas.