A la cumbre asistieron los mandatarios Nicanor Duarte (Paraguay), Tabaré Vázquez (Uruguay), Evo Morales (Bolivia) y Hugo Chávez (Venezuela).

La agenda incluye el análisis de los términos económico-financieros del proyecto que transportaría gas natural desde la ciudad de Tarija, en el país altiplánico, hasta el Puerto Casado en Paraguay, en el término de dos años.

Bolivia es el segundo país con mayores reservas de hidrocarburos en la región con un total de 48,7 billones de pies cúbicos.

Ahora se trata de conformar un segundo eje con Bolivia, Paraguay y Uruguay, países que no fueron incluidos en el primer programa (anillo energético) que fue anunciado en 2005.

En enero pasado, Chávez dialogó con sus pares de Brasil y Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva y Néstor Kirchner, sobre las posibilidades de construcción del gasoducto.

Paraguay, además de utilizar el gas boliviano en todo su territorio, podría servir como plataforma de acceso del gas boliviano a mercados como los de Mato Grosso do Sul, de Brasil, y Misiones, de Argentina.

Este lunes, la canciller paraguaya, Leila Rachid, informó a la prensa que la reunión ’intentará reflotar el antiguo organismo regional URUPABOL (Uruguay, Paraguay y Bolivia)’.

Ese programa "buscaba estimular el desarrollo económico y comercial de los tres mediante convenios de cooperación en todos los ámbitos", precisó.

El gasoducto entre Bolivia y Paraguay se integraría al denominado anillo energético, que busca crear una red para garantizar la independencia gasífera y energética en Sudamérica.

Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay se enlazarían a una gigantesca red para transportar al extremo continental el fluido proveniente del yacimiento de Camisea, en la selva peruana, permitiendo el autoabastecimiento regional.